Cárceles de azúcar, Xenia García

 

¿Puede una feminista llevar tacones? ¿En qué consiste ser hombre como Dios manda? ¿Es la liberación de la mujer una nueva esclavitud? ¿Puede una figurita de madera convertirse en nuestro Caballo de Troya perpetuo? ¿Y la belleza? ¿Nos hace más felices?

 

Hola amigos míos, hoy os traígo un libro de relatos que recomiendo al mil por cien. Sí, se lo que me vais a decir, que siempre recomiendo los libros que os comparto y bla, bla, bla. Pero lo cierto es que si bien yo ya conozco la forma de escribir de Xenia García, al leer este nuevo libro suyo he comprendido el que haya sido premiado por una institución tan importante como la Fundación Monte León. 

 

Os dejo el enlace, por si queréis saber un poquito más:

 

https://www.lanuevacronica.com/el-certamen-de-cuentos-mas-antiguo-de-espana 

 

Pero vamos a lo que vamos. ¿Qué nos vamos a encontrar en su interior?

 

La vida misma, sin almíbar. 

 

Ya os hablé de la forma de escribir de Xenia cuando os comenté la lectura de su obra "Como trigo que cae". Os la comparto:

 

http://pergaminodesuenos.blogspot.com/2017/12/el-trigo-que-cae-xenia-garcia.html 

Normalmente os diría que Xenia ha vuelto a las andadas, pero en esta ocasión, más que volver a las andadas, yo diría que ha dado varios pasos, muchos pasos en realidad, hacia adelante, aunque ello parezca increíble teniendo en cuenta la forma de escribir que tiene. 

 

La conocí en un taller de escritura en Sevilla, en Casa Tomada. Ya entonces era un auténtico deleite escucharla leer sus historias. 

 

El tiempo no la ha hecho mejor escritora, pues ya lo es desde siempre. Pero sí que es cierto que le ha dado fuerza a su escritura, donde es capaz de discernir a la perfección todos los matices del ser humano.

 

No tiene pelos en la lengua, llama a las cosas por su nombre, y dibuja con todo tipo de colores la personalidad tan diferente de un ser a otro. 

 

 

 

En estas cárceles de azúcar nos retrata, a través de una serie de relatos, las diversas vivencias de unos personajes que además, se entrelazan entre ellos. Me ha encantado ver como los relatos guardan conexión llegando a conocer a los personajes como integrantes de una mismo núcleo, aunque sea de forma lejana. 

 

Comienza los relatos con independencia de los anteriores y con frases que son capaces de engancharte al cuento sin posibilidad de escape. Después, narra la historia con tal veracidad, que realmente estás ahí. Son relatos por lo general cortos, con lo cual además, lees uno y dices... bueno, voy a leer otro. Cuando te das cuenta has llegado a la página final

 

 

Desde mi humilde punto de vista, un retrato perfecto de aquello que callamos, de los miedos no verbalizados, de las dudas disueltas en la cotidianidad, expresado con el lenguaje sencillo del día a día, pero con la fuerza de quién grita (aunque sea en silencio) aquello que necesita gritar.