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-
¿Has sido hoy bueno?
- Sí
mamá.
- Sabes
que no me gustan las mentiras.
- He
sido muy, pero que muy bueno. Por favor mamá, lo prometiste, por fi.
Su
madre le miró y cruzó los brazos bajo el pecho. Su pie derecho comenzó a dar
pequeños golpecitos en el suelo.
- Te
leeré el cuento.