Hoy me he levantado con
frío. Con una sensación gélida que me hace sentir un dolor punzante en alguna
parte de mí, que no logro identificar. Siento que el mundo es gris, frío,
inerte… de ese humo espeso que te corroe el alma.
Hoy me he levantado con
frío.
Con mucho recelo me acerco
a la ventana de mi dormitorio. Como si en una ceremonia del té me hallase, subo
la persiana con sigilo, comprobando algo ausente e incluso incrédula, como el
sol osa brillar con fuerza.