Érase una vez una marea
rosa, donde los latidos del corazón y las razones suficientes convergieron,
llenando Carmona de espíritus optimistas con un propósito común.
El día 19 de octubre fue
el día Mundial contra el Cáncer de Mama, y el pasado domingo día 18 iba a
celebrarse la Marcha Rosa en Carmona. Algunos piensan que aquella lluvia,
aquella alerta amarilla que llegó cuando menos lo deseábamos, fue mala suerte. Creo
que no, pues ello ha dado lugar a que hoy, día 25 se haya realizado una soleada
y hermosa marea rosa… y también, una pequeña ayuda para nuestro querido y
adorable Hugo, ese pequeño valiente que con tan solo algo más de tres años ya
lucha por su vida.
Hoy, mujeres y hombres han
pintado las calles de rosa como símbolo de unión y apoyo. Una marcha que ha ido
avanzando lenta pero imparable, emblema de la lucha que a diario desempeñan,
por desgracia, muchas mujeres. Mujeres que son madres, hijas, hermanas, amigas…
Mientras hoy caminaba
inmersa en esa marea, pensaba en muchas cosas y observaba otras tantas. Pensaba
en la gran cantidad de mujeres que luchan contra esa enfermedad, y pensaba en
sus familias, en los miedos, tratamientos, esperanzas y desilusiones…pero sobre
todo pensaba en aquellas mujeres que… por desgracia, hoy no podían formar parte
de esta marcha.
Y observaba… la sonrisa en
rostros de mujeres que padecen cáncer de mama y caminaban erguidas y retadoras,
con la esperanza en el rostro. La emoción adueñándose de hombres y mujeres… y
sobre todo… observaba como la marea crecía y crecía…
Íbamos atravesando lugares
emblemáticos de nuestra Ciudad y pensaba en cuántas y cuántas mujeres no
habrían caminado por esos mismos caminos de piedra pensando qué hacer, cómo
comunicar a sus familias lo que les ocurría, como enfrentar la vida… Recordé
rostros. Rostros de amigas que lo han conseguido y hoy sirven de apoyo y
ejemplo. Y también, una vez más, recordé los rostros de aquellas que hoy no están
en teoría, pues pienso que el espíritu de todas ellas caminaba junto a
nosotros.
Al llegar a la Alameda,
las palabras de la Presidenta de la Asociación, Mª de Gracia Cortazar, nos han
llenado a todos de satisfacción y orgullo. Y ese “GRACIAS” que gritó Hugo nos
ha hecho llorar a muchos de los que allí estábamos.
Después, nuestra Pepi
Hoyos, luciendo una sonrisa auténtica y portando una alegre diadema de flores, ha
dedicado unas palabras que nos han tocado no sólo el alma, sino también el
espíritu. Nos ha transmitido esperanza, fuerza, ánimo… ¡Ha gritado a la vida! Y
nosotros con ella.
Permitidme dedicar esta
entrada con mucho cariño POR ELLAS, y también por él, ese pequeñín que viajará
la próxima semana en pos de su curación. Se la dedico con muchísimo interés a
la familia de Hugo, pues como madre, no puedo, ni quiero imaginar por lo que
están pasando. Hoy, Mari, la presidenta de la Asociación nos decía que a la familia
de Hugo, esa petición de ayuda a través de una recaudación le suponía muchísimo
apuro. Para nada. Todos hemos participado con mucha ilusión y mucha esperanza.
Sólo tenemos un deseo común. Ver a Hugo de regreso curado. Ver la sonrisa que
el pequeño muestra ahora, también en los labios y en los ojos de su familia.
Esos globos rosa que se
elevaron al cielo antes de que el ritmo de la zumba invadiera nuestros cuerpos
haciéndonos bailar… me hicieron imaginar la hermosura de globos ascendiendo,
globos de todos los colores, símbolo de una curación de todas las enfermedades…
Sólo me queda dar mi
agradecimiento más sincero a esas personas que no cejan de trabajar en su empeño
de recaudar fondos y ayudar en todo lo posible tanto a estas mujeres, como a
sus familias, y además, especialmente hoy, a nuestro pequeño héroe.
Gracias a esas personas
que prestan su voluntariado y que se vuelcan en causas que sin lugar a dudas,
salvan vidas.
Con ilusión, antes de empezar la marcha
me encanta ver estas mareas rosas
ResponderEliminarPues sí, cada cual aportó su granito de arena, parece poquito, pero juntando todos los granitos... merece la pena. Un beso muy fuerte Abbie :)
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