En este blog, las recetas no son lo habitual, sin embargo, hoy quiero hacer un pequeño homenaje a mi gran amiga María de Gracia, el alma de "Con mil sabores". ¿Por qué? ¡Pues porque sí, je je!
Como Halloween está muy cerquita, mi receta no es como las tuyas vecina, es algo... "diferente".
Una casita de chocolate muy peculiar...
Por favor, querido
cocinero, siga bien mis instrucciones, es importante para que la receta salga
de forma correcta.
En primer lugar,
necesitamos una serie de ingredientes fundamentales. Chocolate, caramelo,
sonrisas, lágrimas, una pizca de misterio, algo más de miedo y desde luego,
incertidumbre. Medio kilo de brujas, un cuarto de niños y muchísimo misterio.
Éste se pondrá a voluntad del escritor.
Bien, para que la
receta funcione, ha de seguir las instrucciones al pie de la letra.
Coja dos niños
sobrantes en un hogar infantil, (facilita el trabajo que sea un hogar pobre y necesitado), y proceda a transformarlos en una masa de niños perdidos en el bosque a base de mezclar y
mezclar con el miedo, la desesperación y el pánico.
A continuación, y una
vez que ha conseguido la consiguiente masa, llévelos al siguiente paso. Es
decir, mezcle todos y compruebe que la masa, en forma de dos niños asustados,
llamémosles, Hansel y Gretel, mezclados con paranoia, se van vertiendo en la
fuente recién lubricada del horno del bosque con una ligera capa de
desesperación. Ante esto, aparece la bruja, que parece mantequilla que les
ayudará a hornear, pero resulta ser, el antídoto a cualquier buena receta, pues
se come los ingredientes a la menor oportunidad.
Este ingrediente, la bruja,
quiere embadurnar a los niños de grasa para hornear, y posteriormente,
engullirlos cual relleno. Más, uno de estos ingredientes, Hansel, no acepta la
mantequilla y se rebela, haciendo que ésta resbale y se convierta en una
especie de horneado glasé especial.
Ahora, el cuento ha
cambiado. Hansel y Gretel han salido del horno, mientras la bruja Piruja, ha
sido cocinada, y hasta quemada, por las circunstancias y el fuerte termostato
que ella misma preparó.
Los cuentos no son lo
que eran, y la cocina, tampoco.
(Ofú vecina, sigue tú haciendo esos postres tuyos tan deliciosos, que a mi esta receta me ha dejado el chocolate "mu" amargo)
:D Esta es la sonrisa con la que acabo de leerlo. Un abrazo :D
ResponderEliminar¡Muchísimas gracias preciosa! La verdad es que ésa era la idea, porque además se lo he dedicado a mi amiga y vecina que siempre ve la vida con un sentido del humor admirable. Un beso muy grande :)
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