Escribir

 

Hace unos días me visitó una alumna del Instituto de Secundaria "Manuel Losada Villasante". Gracias a un trabajo de la asignatura de literatura, le habían pedido entrevistar a un escritor. Al parecer, su madre le explicó que me conocía, sabe donde vivo, y bueno, una cosa llevó a la otra. Lo cierto es que cuando llegué del supermercado, con el coche lleno de bolsas, una joven me preguntó: ¿Usted es Margarita, la escritora?

Le respondí lo mismo que suelo responder, unas veces en broma, y muchas más veces en serio... "Lo intento".

 

De esta forma sencilla, Lola y yo terminamos hablando en casa. Grabó la conversación, que fue breve, y donde sentí que a pesar de que me preguntaba lo que ella misma había anotado en su libreta, quería preguntar algo más. Cuando detuvo la grabadora del móvil, más relajada quizás, se atrevió a preguntar: ¿por qué escribir?

 

¿Por qué escribir?

 

Le sonreí, y le hablé, tal vez sin la presión de la grabadora, de cómo desde pequeña devoraba todo tipo de lecturas, pero sobre todo, de la de veces que escribía las historias que en aquellos momentos quería leer. Le expliqué que cuando leía un libro y no me gustaba el final, lo cambiaba para mi propio disfrute. Y le comenté que fui una escritora "egoísta" hasta que descubrí el poder que tiene la escritura. Fue entonces cuando decidí que escribir equivaldría, al menos para mí, en poner voz a quién tal vez, no puede hablar. Por ello nació "Mundo de cristal", donde presté mi voz a mi hermano Juan, y a otros tantos hombres y mujeres que viven una realidad muy distinta a la nuestra. 

 

Después llegó la fantasía, porque quise "distraer", "enganchar", "hacer soñar". Pero en cada libro, en cada uno de ellos, hay un poco de realidad bien oculta, cubierta por siete mil palabras de colores, pero ahí está, esperando que alguien la encuentre y entienda el auténtico sentido de la obra que tiene en sus mano.

 

¿Por qué escribir?

 

Porque me da la vida.