Sus Majestades, reyes de la ilusión

 

Hola amigos míos. ¿Qué? ¿Esperando la llegada de sus Majestades de Oriente? 

La ilusión por lo que ocurrirá esta noche y en el amanecer del día de mañana, llena los corazones. La carta a los Reyes Magos se escribe, unas veces de forma real, con papel y lápiz; otras en el subconsciente. Deseos como la deseada salud, el soñado amor, el ambicionado dinero. A esto se une algún ilusionante viaje o proyecto... 

 

Pero sus Majestades, a pesar de su magia, no quieren sobrecargar los camellos con cosas de tanta relevancia y los regalos son más sencillos. 

Pero... ¿de dónde viene esta tradición? 

 

Tendríamos que retroceder en el tiempo y bastante, y conforme al Evangelio, pues esta es una festividad religiosa aunque el sentido de la misma se haya ido transformando, nos encontramos con una estrella que guiará a tres reyes magos venidos de Oriente para adorar a ese recién nacido llamado Jesús. 

 

Uno de los reyes portará oro, metal de los reyes. Otro le regalará incienso, la ofrenda a los dioses. El tercero le entregará mirra como anuncio de sus futuros padecimientos. 

 

Melchor, Gaspar y Baltasar serán sus nombres a partir de la Edad Media, y hasta nuestros días, donde tanto pequeños como mayores aguardan la llegada de la alegría y la ilusión en esta noche tan especial. 

 

Yo les he escrito unas cartas tan largas para mis seres queridos, que habrán pensado que me gusta escribir novelas, jaja. Para mí he pedido algo más sencillo y económico, así que espero que me lo traigan. Les he pedido poder disfrutar de esta noche con la misma ilusión que cuando era una niña y colocaba mis zapatos en la ventana, junto a un poco de leche para los camellos, y unos buenos mantecados para sus Majestades. Pero sobre todo, me encantará hacerlo acompañada de los míos, tengan la edad que tengan. 

¿Y tú?

¿Ilusionado?

¡¡Feliz noche de Reyes!!