(Estas palabras van dirigidas
con mucho cariño para ti, Manolín. Tú ya me entiendes…)
La esperanza llegó en
forma de gota líquida que impregnó tu corazón y te regaló alas. Años y años de
lucha cobraban sentido con un regalo muy merecido…
Toreaste sin traje de
luces, desnudo no solo de cuerpo, sino también de alma… en una plaza para ti muy
conocida, cuadrada, aséptica y terrorífica. Allí, las alas se rompieron,
llevándose con ellas el milagro…
Pero tú, dedicaste al
llanto tan solo un fragmento, y por amor a los tuyos, decidiste mostrar al mundo
tu sonrisa.
Extiendes tus brazos al viento, agradeciendo todo lo bueno que
tienes, y aunque tu mente y tu corazón sienten el dolor de la desilusión,
muestras tu fuerza y abrazas a los tuyos dándoles aliento y esperanzas...
La imagen que te regalo
es como tú. Rojo de pasión, coraje, lucha y entrega; naranja y amarillo de pura fuerza contenida; violetas en el
horizonte como símbolo de tu grandeza interior; y por último… el océano ante ti… marinero de la vida.
No sé cómo llamarás tú a
todo esto. Yo le llamo VALOR.
Precioso
ResponderEliminarGraciaaaaaas. Es como lo siento. Besos, besos, besos...
ResponderEliminar¡Qué arte tienes hijaaaaa! Un abrazo
ResponderEliminar¡Muchísimas gracias Cristina! Gracias de corazón. Muchos besos :)
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