Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
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Iris… ¿estás bien? – volvió a preguntarle Ernesto preocupado.
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Anoche salí de copas e igual me pasé un poco. No lo sé.
Un
llanto apagado se escuchó desde el interior de la casa y ambos hermanos
entraron inquietos. Jacinta lloraba de forma silenciosa mientras partía unas
verduras como si en ello le fuese la vida.
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Mamá, ¿qué pasa?- le preguntó Iris acercándose a ella preocupada. Pero no
consiguió acercarse mucho cuando de nuevo, sintió que la vista se le nublaba y
caía al suelo.
Una anciana de ojos alegres idénticos
a los suyos, le acariciaba su negra y brillante cabellera, mientras con
ternura, colocaba sobre la palma de su mano un escarabajo precioso…
Iris observó su mano y comprobó que
como la vez anterior, era tan solo una niña. La voz de la anciana le susurraba
palabras que no entendía del todo, y otras que sí…
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El escarabajo verde es el disfraz que adopta el Dios Ra,
mi pequeña. Al igual que ese bichito pequeño, el Dios Ra también hace girar y
girar el sol de un lado al otro del firmamento para que a todos nos llegue su
calorcito
Al
igual que la vez anterior, despertó con su madre y su hermano a su lado.
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Aquí ocurre algo y vosotras dos me lo vais a contar ahora mismo. – susurró
Ernesto pasándose una mano nervioso por el pelo.
Sin
decir una sola palabra, la madre se dirigió a uno de los cajones de su cómoda y
ante los atónitos ojos de sus hijos, sacó una pequeña bolsa de terciopelo rojo.
La colocó con mucho cuidado ante ambos y de su interior, sacó una pequeña
cajita de forma irregular. Tenía forma triangular, de madera, y totalmente
cubierta de pequeños cuadraditos tallados y cubiertos de colores.
Rojo,
amarillo, azul y verde la decoraban. En el centro había un dibujo. Un papiro
egipcio. Los lados de la caja medían aproximadamente y a simple vista unos quince,
veinte y veinticinco centímetros.
Ambos
hermanos contuvieron la respiración. Su caja de tesoros.
Fue
entonces cuando Iris escuchó, de forma clara y precisa, como si viniese de
alguien que estuviese en la misma habitación…la voz de aquella anciana que
antes había visto en sueños y en sus desmayos.
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Guarda aquí tus tesoros pequeña. Tiene la dimensión 3,4,5.
El triángulo sagrado.
¿Sabes que me está resultando misterioso este relato con la voz de esa anciana que había visto en sueños? espero su continuación, a ver qué pasa.
ResponderEliminarUn placer leerte.
Besos enormes.
Por cierto, la imagen es preciosa.
EliminarMás besos y feliz noche.
Muchisimas gracias María. Me alegro que te esté gustando, y bueno, esa anciana, pues sí... quizás tenga algo que ver en la vida de la prota, ja ja.
EliminarMuchos besos :D
Qué misterioso. Un beso.
ResponderEliminarMuchas gracias Susana. Un beso muy fuerte :D
EliminarQue no se pierda nunca el espíritu de la Navidad.Un Abrazo
ResponderEliminarPues no. Un beso enorme Princesa, me ha encantado tu última entrada, bueno, como todas. ¡¡Feliz Navidad!! :D
EliminarUn placer siempre
ResponderEliminares leerte
me meto en tus diálogos
eres única
mil abrazos
Muchisimas gracia corazón, muchas gracias de verdad. Tú sabes que el placer es mutuo.
Eliminar¡¡Besos!! :D
aca estuvimos y lo llevamos con un batir de alas!
ResponderEliminar¡Hola chicas! Y no sabéis lo que agradezco que paseis por aquí. ¡¡Un beso enorme!! :D
EliminarMargarita, nos has dejado con el misterio a flor de piel. Espero el próximo.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Muchisimas gracias Francisca! Un beso super fuerte :D
EliminarMargarita: me encanta canto misterio hay en esta historia.
ResponderEliminarTe sigo...
mariarosa
Ainsss, muchas gracias María Rosa. Es muy cortita, le quedo muy poco, espero que te guste el desenlace. ¡Besos! :D
EliminarTotalmente intrigada.
ResponderEliminarPues ya falta poquito Nuria, ¡¡Animo!! Muaaaakkkk :D
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