(Ilustración propia... ¡¡yupi!!)
La
última noche del mes de diciembre de 2017. Una noche fría y algo nublada. Los
guiños estelares ya coronan el cielo, escondiendo juguetones las puntitas de
su cuerpo tras los armazones de algodón, mientras la luna se acomoda con
holgura, suspirando de puro placer, sabedora de que ésta, va a ser una
noche especial, una de esas noches en las que puede ocurrir algo hermoso, algo
como el nacimiento de un nuevo año.
- Cuéntanos un cuento, por fi, por fi... -
rogó una de las estrellas más jóvenes.
La luna la mira con cariño y a sabiendas de
que no será la única historia que tendrá que contar esta noche, guiña el
ojo y se prepara, no sin antes ajustarse con fuerza el gorro y la bufanda, que esta noche... ups, que frío hace...
Carraspea ligeramente y hace amago de
enderezar su curva espalda, más piensa que está mejor así, tal cual,
balanceando con suavidad su cuerpo, meciendo con su vaivén el cielo, ya que esta
noche está creciendo y creciendo, para mostrar en los primeros días de año, su
imagen más redonda.
- Está bien. Pero quiero que sepáis que un
cuento es algo muy serio, pues hay historias que nacen de la imaginación de
quién las escribe, pero hay otras... que han ocurrido de verdad, y que se van transmitiendo
de boca en boca por los siglos de los siglos. Contar un cuento es algo que
requiere mucha responsabilidad- añade parpadeando varias veces dándose cierta importancia.
Las recién nacidas estrellas sueltan un
“Ohhhhhh” de admiración y sienten dentro de sí una gran alegría. Sin dudar,
giran sus cuerpecitos hacia el hada blanca, como ellos la llaman. Quizás
alguno de vosotros, si sois aun de cuerpos menudos y poquitos años de edad...
no sabéis que las estrellitas, aunque esté nublado, siguen ahí... solo que abrigaditas
por la suavidad aterciopelada de las nubes, dispuestas a escuchar historias.
Dispuestas a conocer todos los cuentos que el hada blanca les pueda contar,
antes de la llegada del señor bonachón
de cachetes sonrosados, y eterna sonrisa.
- Cuéntanos, cuéntanos – suplican
impacientes acercándose unas a otras y cubriéndose con un manto de sueños
infantiles.
La luna sonríe para sí y comienza a afinar
su melodiosa voz.
- Tengo muchas historias mis queridas
estrellitas para contar. Pero la primera va a ser la del nacimiento de un año.
En un ratito nacerá el 2018 y ¿sabéis qué? Comenzará a girar la rueda.
- ¿A girar la rueda? - preguntó una de las
estrellas más pequeñitas.
- Ajá. Sí. Cada nuevo año es un bebé, y
como tal, viene arropadito con un montón de ilusiones como toquilla protectora.
Cada año trae muchos propósitos para cumplir, que a veces se mantienen durante
todo el año... y otras... se olvidan pronto. Los nuevos años son así. Traen una
pequeña mochila donde traen sus juguetes, sueños, ilusiones... y también
algunas cositas que no les gustan, como el miedo a qué pasará – aclara la luna poniendo voz de misterio.
- ¡¡Anda!! - corean entusiasmadas las
estrellas, dando pequeños saltitos algunas de ellas.
La luna, sonríe satisfecha y empieza a buscar
en su memoria qué cuento les puede contar ahora... tal vez el de “Estrella
roja”, o el de “Blancaluna y las siete estrellas”, o incluso el de “La bella
estrella y la Bestia nebulosa”
- Y este nuevo año... ¿Traerá cosas
mejores? - pregunta una estrella de repente. Es una estrella de las mayores, y
este año ha pasado por un fuerte resfriado, así que luce un abrigo de cuadros
azules y verdes y una bufanda con flores, metiditas hasta los ojos.
- Upss, pues no lo sabe nadie. Solo sabemos
que entrará con la mejor de las promesas... y que después... el señor “Tiempo”,
la señora “Voluntad”, las gemelas “Ganas y Desgana”, el
señor “Perspicacia” y el señor “Tal vez”, empezarán a jugar entre ellos y a
susurrarle cosas al nuevo año... Pero lo importante, queridas estrellitas mías... es que la señorita
“Ilusión” y el señor “Posible” le den el primer beso de bienvenida.
Un agradable calorcito empieza a extenderse
por el firmamento, y bufandas, abrigos y guantes van siendo dejados de lado,
pues es tan agradable de pronto la temperatura... Se escucha un tintineo... y
se ve al 2017 con su larga barba blanca entregando una hermosa flor brillante a
un sonriente y ruborizado bebé 2018. La
señorita “Ilusión” y el señor “Posible” ya se acercan para besar su frente.
Qué más decir... salvo ¡¡FELIZ AÑO 2018!! Haz posible todo aquello que te ilusione.
Has plasmado con ternura la ilusión del nuevo año. Un feliz 2018 desde El Blog de Boris Estebitan.
ResponderEliminarMuchisimas gracias Boris, bienvenido a mi mundo. Me alegra que te haya gustado, muchos besos y espero verte más por aquí, eres muy bienvenido.
Eliminar:D
Qué bonito. Un beso.
ResponderEliminar¡Muchas gracias Susana! ¿Y esas fiestas? ¡¡Besos!! :D
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