viernes, 5 de enero de 2018

Bajo el viejo árbol de plástico.



Umm, huele a pan tostado... ¿Ya me puedo levantar?

- ¡Venga Ana! ¡Levántate, que hoy es el día de Reyes! ¿Se te ha olvidado?

¿Cómo se me va a olvidar eso? Casi me caigo de la cama. El suelo está frío, muy frío y voy dando saltitos al baño, me hago pis, pero es que no quiero esperar más. ¡Qué ilusión! 

- ¡No sé que será esto... pero aquí hay varios paquetitos para tí! - me grita mi madre como si la estuviesen pisando. 

Hoy ni me lavo la cara, ni me peino, ni me visto. Con los pelos tiesos y mi viejo y calentito pijama de ovejitas, voy bajando los escalones de dos en dos. Al pie de las escaleras, mi padre me espera. Hoy tampoco ha ido a trabajar. Ya lleva muuuuchos días que no va a trabajar.  

Oh, mi papá. Él me ayudó con la carta de los Reyes Magos. No estaba yo muy segura de qué pedir... porque... ¡hay tantas cosas! ¡Se ven tantos juguetes por la tele! Yo quería pedir una muñeca muy chula que ha salido este año nueva y que tiene un montón, pero que un montón de accesorios. Su cochecito, la cuna, la bañera... ¡como una niña de verdad! 

¡Y también una pelota de baloncesto! ¡Me encanta el baloncesto! Y soy bajita... pero ¿y qué?

También me he pedido libros. Un montón de libros, porque los que tengo en casa son los que mis padres me compraban cuando era pequeña, con un montón de dibujos y letras enormes. Pero ya soy mayor. Ya tengo ocho años. Soy casi adulta. 

Y el ropero de la muñeca Soraya. Qué ilusión. Es casi como de verdad. Tiene mi altura o algo más, y unos colores chulísimos. Yo ya le he dicho a mi papá que cuando sea mayor, quiero uno igualito para mi dormitorio, y él me mira, asiente y me dice que... "vale". 

Y luego está esa ropa tan chula que yo le he visto a mis amigas. Mi mamá me hace la ropa. Ella lo cose todo, porque dice que ir a un centro comercial es aburrido y se marea. Desde que papá se quedó sin ese trabajo tan bueno que tenía antes, mamá se aburre en el centro comercial. 

Pero hoy no importa. Porque todas esas cosas que quiero se las he pedido a los Reyes Magos. Y he sido muy, muy buena, así que me lo van a traer todo. 

- Venga preciosa - me dice mi mamá - abre tus regalos. Para tí hay un montón. 

Miro el árbol con todas las chispas de alegría del mundo en mi corazón, y siento que voy a llorar de pura emoción. Junto a mis paquetitos, hay dos más que ponen "Papá" y "Mamá". ¡Qué bien! Han traído regalos para todos y yo no puedo dejar de dar saltitos como un pequeño canguro. 

- Venga pequeña, mira tus regalos - me susurra mi padre. 

¿Porqué mi padre está tan triste? Es como si tuviese nubes en los ojos. 

- Tienes que tener en cuenta que los Reyes tienen que traer muchos regalos a muchos niños, e igual no han podido traerte todo lo que tú querías, pero eso no quiere decir que no te quieran... - empieza a decirme mi madre. 

Ya impaciente me acerco a nuestro viejo árbol de plástico. Este año, los adornos lo hemos hecho nosotros con papel y pintura. Tomo en mis manos el más grande y me siento a abrirlo. Hoy mamá no me riñe porque el suelo esté frío. Ahora que lo pienso, igual que papá está tan triste, mamá parece estar muy contenta y sonríe mucho. También se ha puesto muy guapa y se ha pintado los labios. 

El papel de pequeños cuadros azules y blancos se rompe con mucha facilidad... Y de dentro sale... una pelota de plástico roja. Miro a mis padres y les sonrío, aunque no me gusta mucho. Yo esperaba otra cosita. 

La dejo a mi lado con suavidad y abro el siguiente... oh, ¡Es una cajita muy bonita pintada con muchas estrellitas! La abro, es como un maletín, y dentro... hay recortables. De ésos que viene una muñeca y muchos vestiditos para probarles. ¡Qué bonita! 

Quedan dos paquetitos más. De uno sale una libretita, lápices de colores y unas tijeras. 

Me estoy poniendo un poquito triste, pero aun queda otro más...

Y abro el último regalo. Es un libro donde un grupo de niños se ven muy sonrientes. Es más gordo que mis cuentos normales y cuando lo abro veo que hay muy pocos dibujos. Creo que he visto uno casi igual en casa de mis abuelos una vez. Tiene las esquinitas dobladas y las hojas un poco amarillas. Pero es un libro de mayor. 

- ¡Anda que bien! - me dice mi mamá - Ahora ya tienes una muñeca muy bonita y puedes cambiarla de ropa. La maletita te puede servir de ropero. Y con la libreta y los colores puedes hacerle más ropa. ¡Qué bien! ¡Y un libro de aventuras! ¡Y una pelota! Eres una niña con mucha suerte Ana. Te han traído muchas cosas. Y si quieres una muñeca más grande, yo puedo hacerte una con los recortes que me sobran de la costura, y también podemos hacerle ropita a juego con la tuya. 

De pronto el suelo está frío y tengo ganas de llorar. No me han traído nada de lo que les he pedido. Nada. Miro a mi padre, y le veo tan triste... 

Entonces mamá coge su paquete y le entrega a papá el suyo susurrándole...

- Ten mucho cuidado al abrirlo. Creo que es frágil...

¿Cómo puede saber eso mi mamá? Igual le regalan a mi papá la muñeca que yo quería...

Mi mamá abre su paquete y dentro hay un bote de colonia muy bonito y ella se pone muy contenta. Lo abre y nos echa colonia a todos arrancando la sonrisa de mi padre. 

Después, mi padre abre su paquete con cuidado y su cara cambia por completo. Mira a mi madre con una cara muy rara, y mi madre le dice que sí con la cabeza y empieza a llorar, pero creo que de alegría, porque también se ríe. 

Entonces mi padre la abraza con mucha fuerza y empieza a llorar también, y yo veo todo esto muy raro. Los dos se vienen para mí y me dan un achuchón muy fuerte. 

- ¿Qué te han regalado papi? 
- Un trabajo cariño. Un trabajo. 

Miro a mi mamá. Y escucho como mi papá le pregunta que cómo es posible... Ella le dice algo de que se acercó a preguntar y el señor mayor de la esquina le dijo que necesitaba a alguien, y que mi mamá le dijo no se qué de que papá llevaba mucho tiempo sin encontrar nada... y el señor tan amable de la esquina le ha dado trabajo haciendo algo raro de libros,  y que él también le ha dado a mamá ese libro que me han regalado a mí los reyes...

Pues no entiendo nada. Si el libro me lo han traído los reyes, como se lo ha dado ese señor a mamá. 

Los mayores son muy raros, y yo estoy muy triste porque no me han traído lo que yo quería. 

Pero entonces veo a mi padre reír, y coger a mi madre en brazos y levantarla por el aire. Y mamá se acerca y me dice...

- Tranquila Ana. Para tu cumpleaños, papá y mamá te vamos a regalar algo bonito. Si quieres, puedo ayudarte a hacerle vestiditos a tu muñeca. ¿Quieres? 

Y papá me hace cosquillas. Hacía mucho tiempo que papá no me hacía cosquillas...

Sí. Ya no está tan frío el suelo. Y mamá dice algo de freír patatas para comer y papá de que tiene que llamar a los abuelos... y que mis primos van a venir a merendar y tía Nuria ha preparado un bizcocho... y ¡que en casa de los abuelos han dejado algo para mí!

Miro a la ventana, ha empezado a llover, y papá se sienta a ayudarme a recortar. Hasta el viejo árbol de plástico parece ahora más bonito. De repente está muy, muy contento y mamá canta algo...

Hacía mucho que papá no se sentaba conmigo. Mamá también se sienta... y ... oh, cuando veo a mi padre recortando me entra la risa. Recorta muy mal. Tendré que ayudarlo. Está siendo un muy bonito día de reyes magos. 



10 comentarios:

  1. Qué bonitos recuerdos me trae esta historia, gracias por compartir.
    Un saludo.

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    1. Me alegro mucho que te haya gustado, la verdad es que con el paso de los años se nos ha ido un poco olvidando el sentido de este día. Muchisimas gracias por comentar y bienvenido a mi mundo :D

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  2. Hola preciosa, en el comienzo, he visto aquellos amaneceres de mi infancia el el Día de Reyes, fiel reflejo de aquella feliz e inolvidable etapa de mi vida.
    Después me encantó tu narrativa que atrapa y engancha no sabes cuánto.
    Me has alegrado el día, Margarita.
    Que los Reyes ta hayan traido cositas bonitas y que las disfrutes.
    Un montón de besotes con chocolatinas y caramelos.

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    1. ¡Muchas gracias Mari Carmen! Me han encantado esos besotes con chocolatinas y caramelos. Y tú también me has alegrado el día, te lo aseguro. He tardado un poco más en responder porque he estado ligeramente griposa, con más de griposa y menos de ligeramente, ja ja.
      Muchos besos amiga :D

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  3. A mi también me traían otras cosas. Un beso.

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    1. Un beso Susana. A mi me traian lo que se podía en cada momento, pero sobre todo, la ilusión del día que ya era mucho. Muchos besos :D

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  4. No siempre me traian lo que se podía, pero siempre sonreia. Y mis padres, supongo, de verme feliz
    Saludos

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    1. Hola Kristalle, cuánto tiempo. sí. A mi me traian lo que podían, a veces era algo muy sencillo, pero para mí era lo más grande. Muchos besos :D

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  5. ¡Hola Marga!!!

    Que buen texto, algo parecido a un monologo: me recuerda la infancia de mis hijos, yo nací en otra época y el juguete nos lo construíamos nosotras mismas con nuestro ingenio. Me ha encantado, reina.

    Perdona mi demora, es un problema de salud del cual estoy recuperándome todavía y voy con mucha calma poquito a poco.

    Te dejo mi abrazo fraterno con mis mejores deseos para este nuevo año que ya camina a la par de nuestros pasos.
    Que el 2018 te colme de salud de amor y autentica felicidad y prosperidad.

    Un besazo.

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    1. ¡Hola Marina! No te preocupes, espero quevayas recuperándote bien. Muchisimas gracias por visitarme. Yo también me hacía muchos de los regalos, y me encantaba además, ja ja.
      Muchos besos amiga :D

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