Un fuerte chasquido se
escucha en el pequeño interior del coche, mientras las agujas de las distintas
esferas del salpicadero se detienen. Un trueno suena con fuerza, y la luz del
rayo le deja ver la silueta del fondo, cada vez… más cercana al coche.
El sudor frío cubre su
piel mientras vuelve a comprobar los pestillos, con manos temblorosas y ojos
empañados de lágrimas, busca a tientas en el interior de su bolso, en la
búsqueda de ese móvil dichoso que puede suponer una diferencia.
Un nuevo rayo le hace
gritar mientras observa sorprendida que la sombra ha desaparecido. Una especie
de esperanza brilla en su pecho. Al mismo tiempo, toca feliz el borde conocido
del aparato que buscaba.
Lo toma en sus manos
y lo saca del interior del bolso, dejando
caer a causa del temblor de sus manos y el ritmo de su corazón, el resto de
cosas que había dentro.
Abre el móvil y
desconcertada ve que no tiene apenas batería y menos aún, cobertura.
¡Maldición! ¡Maldición! ¿Cómo fue tan imbécil de no mirar antes de salir que el
cargador del coche también iba en el bolso?
Otea de nuevo el horizonte
al mismo tiempo que un nuevo relámpago ilumina la noche de forma grotesca,
dando vida a la espesura del bosque cercano y haciéndole sentir ahogo en el
pecho.
Busca desazonada la forma
humana que antes le pareció divisar, mientras a su alocada mente acuden todas
las imágenes de terror que ha visto a lo
largo de su vida.
Un nuevo rayo parte el
cielo nocturno, justo al mismo tiempo que algo arremete contra el cristal del
coche, haciéndole gritar con todas sus fuerzas cuando ve esa figura negra y
amenazadora pegada al cristal de la ventanilla del coche, justo a su lado,
amenazadora, real…
El brillo plateado de un
objeto de hoja punzante se levanta con energía alzándose sobre ella y golpeando
con fiereza el cristal rompiéndolo en pedacitos sin vida que riegan su cuerpo de
diminutos fragmentos con brillo.
Jamás, Ana, había sentido
tanto miedo. Ese temor, ese tiempo detenido en una fracción de segundo, tan
sólo roto por un extraño rugido que se escucha en la lejanía…
De golpe, se sienta en la
cama, empapada de sudor, llorando, y con la ropa de cama mojada…
Una pesadilla. Solo ha
sido una pesadilla y eso la hace sonreír de puro alivio al principio, para
terminar con carcajadas histéricas entre respiraciones agitadas, segura ya de
que solo ha sido un mal sueño.
Pero la cama está muy
mojada, y siente un sabor pastoso en la boca, acompañado de cierta lentitud en
sus movimientos.
Hay algo en su mano. Lo
mira, e incrédula deja caer al suelo un largo cuchillo de cocina plateado.
Fuera llueve, y un rayo ilumina la habitación haciéndola gritar. La luz le ha
mostrado de donde procede la humedad.
A su lado, mirándola sin
verla, con los ojos desorbitados, está su marido, aquél que la maltrató durante
siete años, inerte, terriblemente inerte, con una gran mancha de sangre en su
pecho y en su vientre.
Uff que intenso. Sabes el martes estuve en una charla sobre el maltrato a las mujeres y es algo que desafortunadamente esta en todos los ambitos sociales. Que triste! Ojala todos ensenaramos a nuestros hijos sobre la igualdad de sexo y que todos valemos igual.
ResponderEliminarUn beso enorme y me ha gustado como siempre Margarita <3
Muchas gracias Sonatina. Por desgracia el maltrato está ahí, y el final de mi historia no es el conveniente, ni por un lado, ni por el otro. Es una pena que siga existiendo el maltrato, que unas personas dañen a otras, sean hombre o mujeres. Con lo corta que es la vida, uf. Muchas gracias cariño y muchísimos besos :)
ResponderEliminaryo he tenido una relacion el año apsado que no hubo maltrato fisico pero si psicologico y ahora le tengo panico a tener una relacion nueva
ResponderEliminarNo debes temer Abbie. Todas las personas no son iguales, y porque lo hayas pasado mal en una relación, no quiere significar que lo pases mal en otra. Eres muy joven, tienes toda la vida por delante. Muchos besos cariño :)
ResponderEliminarQué fuerte, muchas mujeres tienen historias de violencia, y una vez que han decidido terminar, se deben enfrentar a la paranoia, que muchas veces son reales. A mi pasó que tuve un novio y me perseguía, donde quiera que iba me lo encontraba, hasta que tuve que llamar a la mamá y decir que si no hablaba con su hijo lo iba a denunciar a la policía y se acabó el asunto. Hay gente loca la verdad. Esta historia supongo tiene continuación?, me quedé con las ganas de saber qué pasó después. No sabía que eras escritora narrativa. Besos, espero realmente que haya continuación.
ResponderEliminarMuchas gracias Amparo. Me alegro que terminase esa historia con tu novio, uf, qué miedo. Esta historia es así, digamos un cuento corto. Me ha pasado más de una vez que me han pedido que continúe... a veces, me da miedo escribir muy largo, porque siento que voy a cansar a quien lo lee, pero otras, como en ésta, gracias a tu comentario, me animo. Así que igual te encuentras por ahí una segunda parte, ja ja. Muchas gracias Amparo. Besos :)
EliminarLa verdad es que no me esperaba ese final. Casi esperaba que la que saldría mal parada sería ella.
ResponderEliminarMe has hecho angustiarme durante el relato, así que te felicito, porque se trata de llegar al lector.
Bss.
Muchas gracias Paula, se trataba de eso, de hacer sentir la angustia de ella, para al final, llevarse la sorpresa. Sorpresa que se llevó ella misma. Era un poco mostrar hasta que punto una persona agotada, asustada, aterrorizada, puede llegar también a reaccionar aunque sea de una forma inconsciente. No soy partidaria de la violencia, para nada. Ni por un lado, ni por otro, y menos del asesinato... pero en este cuento quería matar al malo. Digamos que una pequeña libertad de esta aspirante a escritora, ja ja. Muchos besos Paula. :)
EliminarPor Dios !!! casi me da un infarto leyendo esto, que manera tan real de narrar los acontecimientos haces que vivas la historia en primera persona.
ResponderEliminarQue miedito seguir leyendo ufff Saludos !
Ja ja ja, gracias Carolina. Ésa era la idea, y no quise ser más verídica por no entrar ya en algo macabro, pero aun así, la historia es, grrrrr Uf. Un beso preciosa :)
EliminarPor Dios!!! Me hiciste acelerar el corazon!!! Felicitaciones, la verdad sos una escritora de lujo! Que descriptivo todo y que realista! Me encanto! Felicitaciones nuevamente :)
ResponderEliminar¡¡Muchísimas gracias Maria de los Angeles!! Más que una escritora, sueño con llegar a serlo, pero bueno, mientras sí y mientras no, por aquí ando con mis pequeños cuentos, ja ja. Muchos besos ;)
EliminarQue intenso. La verdad es que nunca me imagino vivir algo asi. Las relaciones toxicas no deben llegar a esto.
ResponderEliminarUna pena, porque muchas mujeres lo sufren, y entre ellas, tengo familiares que todavia aguantan el maltrato, y aunque no siempre sea maltrato fisico, si que es psicologico, y una acaba enloqueciendo.
Llevas muchísima razón, la verdad es que el maltrato, sea físico o psicológico, no debería existir. Y esta historia es ficticia, pero hay por desgracia muchos casos reales que terminan en muerte. Un beso muy fuerte :)
ResponderEliminar¡¡Margarita...casi me da un infarto!! Con tus escritos igual te ríes que lloras o te quedas sin palabras, como con este relato. Madre mía...qué miedito!
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