Desnuda, bajo la luz de la luna, los pies
descalzos sobre la alfombra de hojarasca seca, el largo cabello blanco y suelto
derramado sin cuidado, tapando quizás esos pechos en otra época turgentes,
ahora caídos, por el paso de los años, por la fuerza de la voluntad
ajena... Los párpados proyectando
recuerdos, las pestañas perdidas, la tez pálida cual la luna que intenta
reflejarla, el cuerpo enjuto, delgado quizás en exceso, pero a la vez, algo en
él... altivo.
Y ella... sonriendo. A la luna, a la tierra, al
tronco que le ayuda a sujetar su cuerpo sin equilibro. Retando las normas, la
tradición y la costumbre, retando al mundo, en el que tal vez sea su último
paseo libre.
Empieza a refrescar, pero aun así, se niega a
cubrir su desnudez. Está sola en mitad de la arboleda. Sola con su propio
espíritu y sus recuerdos ajados. Recuerdos de aquél amor perdido en una guerra
que jamás debió producirse, una guerra librada a nombre de otros, pero donde
los fallecidos eran los propios.
Una época de lozanía perdida, que ahora ausente y
con reclamo, se postra a sus pies gritando un hueco en su alma. Un alma que no
la dejó morir con él, pues su destino era otro, su destino era dar a luz a un
hijo engendrado antes de aquella trágica partida.
Un hijo criado con vicisitudes, pero con mucho
amor, aunque también con la amargura de
saberse sola en el mundo. Un hijo que creció y partió buscando su propia vida,
su propia huella, su propio futuro.
Una solitaria lágrima rodó por su mejilla al
recordar lo orgullosa que se sintió cuando su hijo le envió fotografías de unos
nietos que ella no podía abrazar por la lejanía, con un océano y un millar de
kilómetros de distancia entre sus cálidos besos infantiles y el consuelo de un
corazón anciano.
Promesas de regreso. ¿Regresar dónde? ¿A un lugar
donde nada le esperaba salvo ella? No podía hacerle eso. Tampoco podía marchar,
pues su amor permanecía allí, en el refugio de aquella tierra que los vio unir
sus cuerpos y sus almas a ella y su amor perdido. Tan solo un fantasma del pasado, que aun así,
se colocaba en una balanza con la realidad tangible de la calidez humana del
cuerpo de su hijo... Ella quería estar cerca de él, mientras su pequeño se
había hecho hombre y había creado su propia vida sin ella como integrante
activo, tan solo a través de unas ondas chocantes con algún satélite que les
permitía verse a través de aquél “Skype”.
Y ahora, al fin, había tomado la decisión. No
podía seguir viviendo sola, y no quería ser una carga para nadie. Su vida había
sido buena después de todo, había vivido y respirado, había sentido, amado y
perdido... pero había algo que jamás había hecho. Sentir una auténtica
libertad. Tal vez por ello, en aquella noche de luna encogida, sin ser
demasiado consciente de la locura, pero siendo muy consciente del sentimiento
de reto que había nacido dentro de su pecho, se sentía más viva de lo que se
había sentido en mucho tiempo, paseando, desnuda, bajo el pequeño guiño de la
luna, saboreando cada instante de libertad antes de ingresar en aquél centro en
el que ella misma había solicitado entrar.
Esa última rebeldía, esa idea nacida de algún
lugar de su mente o de su corazón olvidados... la estaba haciendo sentir tan
viva, que a cada paso que daba su cuerpo se erguía en lugar de aminalarse,
saboreando ese momento preciso.
El brillo plateado apareció ante ella como un
espejo incitador. El lago en que tantos años atrás jugueteó con ansiedad y
emoción, explorando los recovecos del amor vivido.
Sonrió feliz. Se sentía feliz. Y empezó a caminar
sin freno hacia las frescas aguas que en aquél verano temprano no sabían a
hielo, sino más bien a caricia susurrante. Y se sorprendió de no haber hecho
aquello antes. Y zambulló su cabeza y sus miedos. Y emergió del agua, tomando
aire con fuerza... que su intención no era dejar de respirar, sino respirar con
más brío...
Aquella noche, llegó a casa cuando las primeras
luces del alba comenzaban a tintinear en el horizonte. Tomó el folleto de la
Residencia “El Descanso” en sus manos, y lo guardó con sumo cuidado en el cajón
de arriba de su mesita de noche. Después, se regaló una ducha, vistió su mejor
vestido, tomó su pequeña maleta de cuero gastado, aquella en la que iba a
colocar tantas pegatinas de lugares distintos, y enfiló el sendero hacia la vieja
mansión de los Bruguer, hoy en día, residencia de ancianos en ciernes.
A pocos metros de ella, miró desde allá, desde lo
alto de la colina hacia el lago y recordó la noche anterior. Sonrió de nuevo.
Aquella era una experiencia que tenía pensado repetir... que se había hecho
mayor, pero no había dejado de sentir.
Y allí, detenida en aquél instante y aquél
momento, dejó caer la maleta al suelo y comenzó el descenso por donde antes
ascendió, con la mirada de la determinación en las pupilas, con el temblor de
sus manos mientras intentaba que la llave que llevaba al cuello en una cadena,
abriese la puerta de casa... acercándose al teléfono...
- ¿Hijo? ¡Hola! ¡Sí, sí, soy yo! ¿Recuerdas lo
que hablamos? No, no he cambiado de opinión, he decidido irme a la
Residencia... pero antes... ¿podrías enviarme ese billete de avión del que me
hablaste? ¡Quiero conocer a mis nietos antes de que el tiempo me coma! Que lo
que aquí está, aquí seguirá a mi regreso...
Uy que bonito Margarita! gracias por esas historias que son un pellizco al corazon!
ResponderEliminar¡Ay, gracias a tí por seguir aquí conmigo! Un beso enorme cariño :)
EliminarAyyy, me encantas, Margarita. Eres genial! Preciosa historia a la vez que conmovedora...
ResponderEliminarJa ja ja, ¡muchísimas gracias Espe! ¡Pero qué guapa que estás! Estoy feliz de ver que tú también te estás animando con tus historias, así que por aquí al ladito mío te he puesto ya esa Letra Cateta mágica que creas. Muchos besos cielo :)
EliminarMe ha encantado ese relato...me gusta como describes lo que sucede.
ResponderEliminarBesos
Muchisimas gracias Viviana. Muchos besos para ti también :)
Eliminar:3 esta muy bonito!, es la continuación de los anteriores o es uno a parte, aun no logro discernir jaja, pero te queda muy bien :D saludos
ResponderEliminarHola amiga. No es un cuento aparte. Yo voy contando historias independientes, aunque quizás en un futuro abra una nueva sección donde sí continúen. Muchos besos :)
EliminarQue relato tan hermoso y real, como lo llamaría un programa que existió aquí en mi país, mujer casos de la vida real, muy buen tu prosa, tienes un talento para escribir grandisimo, me gusta mucho, gracias por compartir, un abrazo!
ResponderEliminarMuchísimas gracias a tí Andrea. De veras, me animas muchísimo con tus comentarios, y se agradece de corazón. Muchos besos preciosa :)
EliminarQue bonito. Siempre escribiendo tan lindo. Me encanta la forma en que relatas, muchas gracias por compartirlo :D
ResponderEliminarSaluditos!
Hola Florencia, gracias a tí por leerlo y comentarlo. Muchos besos :)
EliminarSe podría escribir un libro, estoy seguro de que tendría mucho éxito!
ResponderEliminarMe gusta leer cosas que llega al corazón. Una buena lectura es cuando se ve en la historia que se cuenta. ¡muy bien!
Muchas gracias Ninna, intento que aunque sean historias cortitas, lleguen. Muchos besos :)
EliminarEscribes sumamente bien, deberías publicar (si no lo has hecho ya) un libro. En verdad me lo leí completo y sentí tristeza que en la vida real hay personas que pasan por esa soledad cuando llegan a viejos. Hay personas que han perdido un gran amor ya sea en una guerra, por enfermedad o cualquier otro incidente y hay personas que desgraciadamente los hijos crecen, hacen su vida lejos y ellas se quedan solas teniendo que ingresar en casas de ancianos, pero me gustó el final esperanzador de que al menos va a conocer a sus nietos antes de ingresar en la residencia. Besos guapa y en verdad publica un libro, vas a tener éxito porque escribes tremendamente bien.
ResponderEliminar¡Muchísimas gracias Susie! Me das una inmensa alegría con tu comentario. Tengo varios amigos que no dejan de insistirme, y la que más,mi hija, que no deja de decirme que me anime. Uf. Soy un pelín cobarde, ¿sabes cuánto tiempo pensé lo de abrir el blog? Ja ja. Pero bueno, quizás me envalentone un poquito más adelante. Muchos besos y gracias de nuevo Susie:)
Eliminaraww está súper lindo el relato me hizo tener muy presente a mi mamá, pues ahora estamos muy lejos la una de la otra, siempre que puedo la llamo y hablo con ella y nos contamos chismes..nunca desperdiciar el tiempo, eso es importante verla el tiempo que sea posible y escucharla las veces que sean necesarias, las cosas seguirán ahi cuando vuelva :D
ResponderEliminarYo también estoy lejos de mi peque, y escuece ¿verdad? Pero estoy segura de que ella se siente acompañada por tí a pesar de la distancia. Muchos besos linda, y enhorabuena por tu filosofia de vida. :)
EliminarMe gustó mucho esta historia Margarita, tienes un talento increíble para escribir!
ResponderEliminarMe hace acordar a mi mamá, siempre tuvimos un vínculo muy fuerte con ella, por suerte somos muy allegadas!
Saludos
¡Hola! ¡Muchisimas gracias! Yo también tengo un vínculo muy fuerte con la mía, y la verdad es que es una auténtica suerte. Muchísimos besos :)
EliminarQue ternura! Me ha encantado el relato, es precioso y desprende sentimientos en todas y cada una de sus palabras.
ResponderEliminarBesos
¡Muchísimas gracias Soraya! Me alegro mucho que te haya gustado. Un beso enorme :)
EliminarLa última frase creo que describe muy bien esos apegos que a veces tenemos (materiales y sentimentales) que nos hacen dejar de vivir el presente o simplemente vivir y disfrutar la vida con otras ideas y otros sueños... No sé lo último me ha dejado pensando :)
ResponderEliminarPues si Diana. No dejamos de pensar en todo lo que tenemos que hacer, o debemos, pero ¿y lo que queremos? A veces nuestros miedos nos frenan muchísimo, y es una pena, porque la vida pasa. Muchos besos amiga :)
EliminarMargarita tus escritos son historias tan embriagadoras y adictivas, me fascina como nos transportas a vivir con los personajes.
ResponderEliminarHola! me encanta la manera con la cual nos sumerges en la historia, pues además de ser sencilla nos dices mucho.
ResponderEliminarSaludos
Hola!
ResponderEliminarNo se si soy muy sensible pero esta publicacion me llego a el alma, me gusto mucho eres grande Margarita, no duda ni tantito que eres una excelente escritora de la vida, del amor y llena de sabiduría.
Saludos hermosa y que sigamos leyendo mas de tan linda escritura.
Este relato parece verídico! Te felicito porque tienes un gran talento para crear historias. Me ha gustado mucho y espero leerte regularmente pues me ha conmovido hacerlo esta noche :)
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