Hoy de nuevo os hago una
reseña de un libro que leí hace muy poquitos días. Su autor es un joven
venezolano, de cuya trayectoria os hablé hace poco en otra de mis reseñas.
“Objetos perdidos” Aquí os dejo el enlace, para aquellos que no lo llegasteis a
leer http://pergaminodesuenos.blogspot.com.es/2016/02/objetos-perdidos.html
Pues bien, Carlos ataca de
nuevo, y esta vez, con aun más arte si es que ello es posible. “Paradero
transparente” es un compendio de poesía, relato, juego de palabras y retos
dirigidos a la propia imaginación del
lector…
La forma de expresar de
Carlos Castro Rincón, es, como siempre, sincera. Es un autor capaz de narrar
con la exquisitez máxima, y al mismo tiempo, emplear palabras cotidianas, e
incluso a veces, vulgares o malsonantes, que forman parte de nuestro día a día,
de nuestro habla coloquial, y que llenan nuestros espacios.
Si tuviese que describir
en pocas palabras la sensación que me produjo “Paradero transparente”, creo que
lo más acertado sería “una locura inquietantemente maravillosa”
Su propio autor, sin embargo, utiliza otro tipo de palabras para definirlo. En su contraportada, él mismo nos desvela su propia opinión con respecto a ella...
"La literatura es un juego atroz. Por eso silbar una canción de Sly and the Family Stone sería más provechoso que leer este libro. Y no sólo eso, también seria más útil mirar la música del silencio lunar, acariciar el fuego, comerse una guayaba, destormentarse con una cerveza fría, conversas con Edward W.Said. Si este libro fuera una persona tendría el cabello largo como un eclipse de sol y todas las mañanas rezaría: "Santa Madre de los desastres literarios, pantallera, alucinada, presuntuosa, perezosa, ineficaz: jódete". Si este libro fuera una fotografía sería aquella de Rogelio Cuéllar en la que se capta el momento exacto en el que Borges mea mientras sostiene el báculo en su sobaco derecho".
Después de esta presentación que el propio autor (aunque a él no le gusta que lo definan así), hace de su libro, ahora dejaré que sea el propio libro quien os hable a través de unos fragmentos cortitos; “Los charcos”, y dos pequeños trocitos de “La trampa”. Os animo a que busquéis vuestro propio paradero transparente de su mano.
Su propio autor, sin embargo, utiliza otro tipo de palabras para definirlo. En su contraportada, él mismo nos desvela su propia opinión con respecto a ella...
"La literatura es un juego atroz. Por eso silbar una canción de Sly and the Family Stone sería más provechoso que leer este libro. Y no sólo eso, también seria más útil mirar la música del silencio lunar, acariciar el fuego, comerse una guayaba, destormentarse con una cerveza fría, conversas con Edward W.Said. Si este libro fuera una persona tendría el cabello largo como un eclipse de sol y todas las mañanas rezaría: "Santa Madre de los desastres literarios, pantallera, alucinada, presuntuosa, perezosa, ineficaz: jódete". Si este libro fuera una fotografía sería aquella de Rogelio Cuéllar en la que se capta el momento exacto en el que Borges mea mientras sostiene el báculo en su sobaco derecho".
Después de esta presentación que el propio autor (aunque a él no le gusta que lo definan así), hace de su libro, ahora dejaré que sea el propio libro quien os hable a través de unos fragmentos cortitos; “Los charcos”, y dos pequeños trocitos de “La trampa”. Os animo a que busquéis vuestro propio paradero transparente de su mano.
“Los
charcos”
Los
charcos tienen la última palabra.
Reflejarán
lo que quieran.
Nuestra
mirada es lo de menos.
Aunque
las pisemos y tiemblen las imágenes,
se juntarán de nuevo,
Como
si nunca hubiera existido la pisada.
Porque
fuimos apenas una breve confusión en el agua
sucia de la calle.
“La
trampa”
“…
Parece más bien una selva en llamas. Y si nos acercamos más podemos ver al
Diablo cagar en la orilla de un río, escondido. (El infierno no era eso: es un
idilio rural más bien triste.) Silva, desposeído y afónico. Da un poquito de
lástima verlo pujar con tanta dificultad esas catedrales azucaradas. La última
por fin se le desprende del culito y siente cierta paz en su interior. “Dónde
estarán los demonios?”, pregunta, y se ve en el charco luminoso de su propia
orina (numerosas zanjas de anhelos en sus ojos)…”
“”Sácate
el dedo de la nariz, niño”, murmura el maestro, con la típica voz malpagada. No
hay más alumnos. Le dicta unos fragmentos de un libro titulado Paradero
transparente, y escribe con pésima ortografía como sólo él sabe hacerlo en un
cuaderno de arena…”
(Fragmentos
de “La Trampa”, de Carlos Castro Rincón)
Inspirador y muy emotivo lo que dejas planteado en este post.
ResponderEliminarQue deleite es el poder leer como otros hablan de un escritor, es una gran forma de percatar el placer de leer a alguien que nos enamora mediante sus letras.
Que viva los escritores que dejan huellas.
Saludos.
¡Hola Alexa! Sí. Yo admiro mucho el trabajo que hay detrás, mucho trabajo y mucho valor (que por cierto, a mi me falta, ja ja) Muchos besos amiga :)
EliminarEs maravilloso leerte como te expresas del autor y todo lo que sus letras han dejado en ti. Los fragmentos son muy interesantes, aunque si he de ser sincera creo que aún no encajan mucho conmigo, tendré que esperar un poco y ver si por fin estoy preparada para esta lectura. Gracias por la recomendación, saludos
ResponderEliminar¡Muchas gracias Erika! Ja ja, sí, Carlos a veces puede ser muy innovador, no tiene miedo a contar ni a la forma de contarlo. Pero ¿sabes? Eso forma parte de su gran carisma. ¡Tiene un sentido del humor excepcional! Muchos besos :)
EliminarSe nota que este autor te ha marcado mucho.
ResponderEliminarLa verdad estoy un poco "harta" de tantos libros internacionales, y creo que es hora de darle espacio a libros de autores hispanohablantes. Voy a darle una oportunidad a este libro, gracias por tu reseña.
Muchas gracias, sí, me gusta mucho, tal vez porque es un libro en cierta forma interactivo, ya que va jugando, buscando la implicación del lector. Muchos besos. Espero que te guste:)
EliminarTienes una capacidad de análisis y de expresión impresionante, me haces sentir con tus palabras las emociones que te transmiten lo que lees
ResponderEliminar¡Muchísimas gracias! Hacer una reseña es dificil, sobre todo si conoces al autor, entre otras cosas porque si no te gusta, pues y no la hago, sin más, pero si te gusta como a mí este Paradero transparente, quieres transmitir ese amor por el libro, y uf, a veces no sabes que pálabras usar. Así que muchas gracias. Besos :)
EliminarME llama la atención el juego de palabras y la poesía que encierra este libro. Lo voy a buscar porque me gusta apoyar a los nuevos escritores y más si son de países hermanos al nuestro como Venezuela. Un abrazo y gracias por darnos a conocer un poco de su obra.
ResponderEliminarGracias a tí Claudia. Carlos lleva afincado en Sevilla varios años. Por mis palabras ya sabrás que me inspira un gran cariño, pues es un hombre que sabe jugar con las palabras de tal forma que cuenta, dice, muestra, con una naturalidad espléndida. Muchos besos :)
EliminarYo quiero una.... reseña me refiero. Jajajajaja, Margarita tú no escribes, tú nos hablas, nos acompañas y desde luego dejas huella no como las pisadas en esos charcos. Siento llevar unas semanas ausente, tú conoces cuál es el motivo :D Un abrazo
ResponderEliminar¡¡Hola tesoro!! Sí, lo sé, y estoy deseandito hacer una reseña de Las Lunas de Rona. ¡Qué ganas tengo! Como el libro sea una parte de bueno que "Mujer después de los 40", va a ser una bomba. Ansiosa estoy Cristina. Muchos besos cariño y tranquila, que todo va a salir genial ¡ya verás! ¡Muchos besos!
EliminarYo quiero una.... reseña me refiero. Jajajajaja, Margarita tú no escribes, tú nos hablas, nos acompañas y desde luego dejas huella no como las pisadas en esos charcos. Siento llevar unas semanas ausente, tú conoces cuál es el motivo :D Un abrazo
ResponderEliminarLo he sentido un poco agresivo su relato por momentos relajado, pero tiene un estilo bastante peculiar para transmitir lo que siente al momento de escribir.
ResponderEliminarJa ja, ¡hola Rebeca! Carlos es algo juguetón, una especie de niño grande. Le gustan las palabras, y cuando digo palabras me refiero a todas, ja ja. Muchos besos Rebeca :)
EliminarQue maravilla que se ve, pues desde que digas que te deja con “una locura inquietantemente maravillosa” inquieta a cualquiera a leer, no lo había escuchado pero ahora quiero leerlo y más si es de un escritor venezolano, espero conseguirlo pronto! gracias por compartir guapa!!!!
ResponderEliminar¡Buenas! La verdad que tiene momentos bastante "tensos" y otros así como más "relajados" o no sé muy bien cómo expresarlo. No suelo leer este tipo de libros porque soy más de novela juvenil/romántica pero está bien conocer a veces textos de otros autores. Un saludo
ResponderEliminarQue buena recomendación, siempre agradezco post como estos... en mis momento libres me apetece leer y que mejor que dedicarle tiempo a una obra tan maravillosa como está. Para que decir más, te aseguro que me tomare el tiempo suficiente para leerlo y disfrutarlo.
ResponderEliminarMe quede apenas leí "autor venezolano", aun que con vergüenza debo admitir que no lo conocía y como venezolana que soy debería de saber de él de antes. Gracias por esta entrada.
ResponderEliminarHola Margarita!
ResponderEliminarCreo que existe un momento preciso de que lees un libro en su momento, en su lugar en su tiempo, no es el que tu quieras es el que en ese momento te decides a leer, creo que este es un buen libro, una buena reseña y el momento preciso para leerlo.
Saludos guapa.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLe dire a mi madre que me lo traiga en su próximo viaje, ha picado mi curiosidad la forma en que te expresas de este escritor y yo soy una devoradora de libros.
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