Ocurrió una vez, que un visitante se enamoró de una ciudad.
No era un visitante cualquiera, aunque vestía con sencillez y gustaba de pasar inadvertido.
Su corazón sensible comenzó a latir aprisa al entrar en el corazón de aquel lugar que respiraba sueños. Sus emociones escucharon las canciones del viento y la nostalgia de las flores.
El visitante sintió tal emoción que quiso quedarse por siempre, rendido a tanta belleza.
Y por ello, le hizo un regalo. Tiñó su cielo de rojo y dibujó suspiros en sus estrellas, vistiendo de pétalos sus calles, y de poemas sus aceras.
Y fue así, que la ciudad le correspondió, dejando que fuese ave que anidara en su pecho.
La ciudad era Carmona.
Y el visitante...una cigüeña.
El rojo del cielo, la pasión que los alimenta.
Saludos, muy bello pensamiento inspirado en un cielo rojo. La cigüeña es un buen animal, no recuerdo que se le asocie con algo negativo. Son muy bellas e imponentes cuando uno las ve volar.
ResponderEliminarY la ciudad, se ve con una arquitectura muy elaborada
Hola José. Te cuento un secreto, empiezo a trabajar a las siete y media de la mañana, me gusta ir caminando a pesar de la distancia... y por el camino, voy tomando fotos. Caminando y con un móvil en la mano, la mochila a la espalda, y ese día en concreto... un paraguas en la otra mano. Pero vi ese cielo rojo y dije... no puedo dejarlo pasar. La historia de la cigüeña vino en esos microrrelatos que me gusta dejar fluir en redes, independientemente del blog. Pero después, decidí compartirlo también por aquí.
EliminarBesos :D
Qué bonito. Un beso
ResponderEliminarMuchisimas gracias Susana. Besos :D
EliminarAnda, Margarita, que si fuera de Carmona estaría bien orgulloso de lo que has escrito.
ResponderEliminarUn beso de buenas noches.
Ja ja ja, muchisimas gracias Ángel. Ya más que buenas noches, te doy los buenos días, pero... ahí van. Besos :D
EliminarMaravillosa entrada, Margarita. Que tengas un lindo fin de semana. ¡Un besito!
ResponderEliminar¡Muchisimas gracias Marita! Besos :D
EliminarQue lindo Margarita, tierno y mágico relato amiga. Saludos y abrazo.
ResponderEliminar¡Muchisimas gracias amiga mia! :D
Eliminar¡Qué belleza de historia y de fotografía! No me extraña que se enamorara.
ResponderEliminarUn beso y feliz fin de semana, preciosa.
¡Muchisimas gracias Rocío! BEsos :D
EliminarLa foto es espectacular igual que la historia. ;))
ResponderEliminarUn beso,
¡Muchisimas gracias! BESos :D
EliminarHolaaaaa, Margarita, que preciosidad hija. Me ha encantado.
ResponderEliminar¡Muchisimas gracias Mari Carmen! BEsos :D
EliminarMe encanta la fotografía, es preciosa
ResponderEliminarbss
¡Muchisimas gracias! Besos :D
EliminarMargarita, precioso ese cielo rojo, amiga...El te ha inspirado y realmente es todo un regalo para el visitante. El cuento que nos dejas es una preciosura, como dicen los argentinos. Las cigueñas son inspiradoras, les gusta mirar desde las torres y ahora en primavera son ideales para tu relato.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo de amapolas, amiga
¡Hola mi amiga! Además esa cigÜeña trae un mensaje que compartiré en mi próxima entrada. Algo que me hace enormemente feliz. Besos :D
Eliminar¡¡Wwaww... Margarita que prosa poética tan bella!!
ResponderEliminarEl amor por tu ciudad se palpa en cada palabra, felicitaciones y gracias por compartir belleza escrita y una imagen encantadora.
mariarosa
¡Muchisimas gracias Maria Rosa! Un besito muy fuerte amiga mia. Besos :D
Eliminar¡Pero qué belleza de poesía de semejante poema!
ResponderEliminarNo voy a decir que sorprendes, pero sí que eres un pozo de "sorpresas"... :))))))
Gran abrazo Margarita.
Ja ja ja, ¡gracias amigo mio! BEsos :D
EliminarPerdón... de semejante poeta!!!
ResponderEliminarSe me había obnubilado la mente por tanta belleza!
Ja jaja, ainss, pues verás cuando leas mi siguiente entrada y te enteres de por qué esa cigüeña, je je. Besitos amigo mio :D
EliminarA mi me enamoran ver, los amaneceres de mi ciudad, las atardeceres y las anocheceres.
ResponderEliminarPrecioso color de la ciudad.
Saludos