La increible historia de Cielo, de A. Javier Muñoz Livio

Hola amigos. Hoy traígo una reseña que me hace mucha ilusión hacer. Su autor, A. Javier Muñoz Livio, es el editor del blog Poemas, del que soy seguidora y asidua lectora. 

Cuando le pongo comentarios a sus poemas, casi siempre me repito, pero es que es cierto que opino que es una persona que muestra una gran sensibilidad. 

Y bueno, un día, Javier decidió enviarme un ejemplar, en este caso de "La increíble historia de Cielo", para que lo leyese y le diera mi opinión al respecto. 

Carmona dormida

El tiempo se ha detenido. Las ruedas del destino han decidido girar  en torno a lo que fue, y a lo que es.

La noche fue mi guía. Posó su mano sobre mi hombro y me susurró que la siguiera. Hizo que me perdiera por laberintos de callejuelas, que a la luz del día, conforman filamentos hilados de vida. Más la noche besa de luna la soledad de sus calles escondidas, haciéndoles promesas de amor de leyendas cautivas.

Así es Carmona dormida...

Vistiendo a Laura, de Cristina Pernas

Cuando vas conociendo la trayectoria de un escritor, y compruebas como libro tras libro, consigue atraparte más y más en sus historias... sabes que estás ante un gran escritor; o en este caso, escritora. Y os hablo de Cristina Pernas. 

La luz que brotó burbujas de secretos y linternas volantes

La joven May sintió dentro de sí que pronto nacerían sus hijos. Ella sabía que eran dos. Lo presentía en sus movimientos, en sus anhelos, en su saber de madre. 

No habían sido niños esperados. Pero el destino había querido que así ocurriese, y May, como siempre había hecho, aceptó lo que el destino le había ofrecido. 

May, presentía que algo muy hermoso se acercaba. Quizás, porque ella no era una mujer como las demás. Pero ese... era su secreto. 

Aroma a guiso

Era una casa pequeña, de rojas tejas por montera. Sus paredes habían sido blancas algún día; más el paso del tiempo y la desidia las volvieron de un tono oscuro. Las ventanas y puertas se habían hinchado con el tiempo, como si fuesen articulaciones doloridas. Los sonidos que emitía eran de vigas de madera que protestaban y suelos que querían dejar de serlo. 

Comienzo el año con aroma a recuerdos

Abuela, llegó Navidad, y ya, respiramos nuevo año. Las luces no dejan de parpadear, y escucho vocecitas infantiles entonando canciones de cuando yo era pequeña. 

En casa, en la cocina, huele ahora a canela, clavo y naranja. Y este recuerdo sí que me da felicidad. Recuerdo tus manos, curtidas por el paso del tiempo, y tus sabios consejos. Recuerdo tus ojos de cielo, felices al amasar y preparar ingentes cantidades de "gañotes". Que para nosotros, el pestiño sabía a gloria... pero tú sabes, que mi preferido siempre fue el gañote. 

Aquél olor que impregnaba tu sonrisa, ese sabor crujiente que dejaba el azúcar jugando con los labios, mientras el paladar degustaba aquella delicia que se deshacía en la boca. Y mira que los hacías grandes, ¿eh, abuela? Que en un plato no cabían más de tres o cuatro. Generosos hasta en la comida, nos decías. 

Te echo de menos, abuela. Y no es por los gañotes, sino por esa sonrisa que acompañaba siempre tus ojos de cielo.