El acantilado.
Capítulo 4
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- Gema, tienes que escucharme un momento.
Solo un momento, tienes que quedarte aquí. No te muevas ¿de acuerdo? Vuelvo
enseguida, solo tengo que subir algunas rocas para ver si tu mamá está ahí.
Pero todavía no me has dicho como va vestida, o como se llama.
- Se llama Ana. Y lleva unos pantalones
vaqueros y una camiseta roja. Le gusta mucho el color rojo.
- De acuerdo. Eso me ayudará mucho. Ahora,
tienes que prometerme que te quedarás aquí, sentada sobre esta roca,
quietecita.
La niña le miró con un gesto extraño.
- Eso sé hacerlo. Lo de quedarme quieta. Lo
hago muy bien. Mi mamá me lo dice.
- ¿De veras?
- Sí. Yo me quedo quieta con ella. Ella me
enseñó. Cuando venimos a esperar a papá.
Jeremías la miró a los ojos y vio en ellos
tanto desconcierto que no pudo reprimir el preguntarle.
- ¿Cuándo se marchó papá? ¿Se fue por el
mar?
La niña asintió.
- Mi papá es marinero. Y un día, fue con su
barquita a pescar y no volvió. Mi mamá lleva días y días sentada mirando al mar.
Y yo, sentada a su lado. Aquí aprendí a hacer de estatua como ella, porque
cuando se sienta aquí, yo le hablo, pero ella no me contesta, como las
estatuas.
- Lo siento mucho Gema.
- Mi mamá se perdió también con mi papá. Eso
me dice mi abuela. Que aunque mamá esté con nosotras, una parte de ella se ha
ido. Yo no lo entiendo bien, pero es lo que mi abuelita me dice. El mar es
malo.
Jeremías comprendió el odio de la chiquilla
hacia el mar.
- Y mamá se pasa todo el día llamando por
teléfono. Y luego, venimos aquí a merendar en la playa, por si papá vuelve, me
dice. Y por las noches llora, y aunque
se ríe, está rara.
Jeremías pensó en cuánto estaría sufriendo
esa mujer y de pronto temió que se hubiese quitado la vida. Sintió una
aprensión terrible. Pero no era momento de sentir, sino de actuar.
- Vale Gema. Ahora, debes esperar como te
he dicho, ¿de acuerdo pequeña? Yo no me perderé. Pero has de prometerme que no
te moverás de aquí. O no podré encontrarte.
La niña asintió y se sentó tranquilamente
sobre una de las rocas.
Jeremías miró hacia arriba. Para él,
encontrar personas era una tarea que practicaba continuamente. No siempre
obtenía buenos resultados, pero esta vez, los necesitaba.
Comenzó a ascender por aquellas piedras,
con un nudo en el estómago, y sin querer encontrarla. No allí.
Su cuerpo se tensó. El maldito acantilado
se había llevado a tanta gente durante los últimos años que no entendía como
aquella zona no estaba vallada, inaccesible al paso. Como era posible que la
gente pretendiese acercarse tanto al borde…
Y fue entonces cuando ocurrió.
De nuevo esa sensación, esa certeza de que…
Sí. Ella estaba allí. O eso indicaba un
trozo de tela en una roca, una tela roja enganchada en uno de los
sobresalientes unos metros por encima de él...
Estoy impaciente por seguir leyendo tu novela,has sido capaz de transportarme a ese acantilado...
ResponderEliminarUn Beso
Muchas gracias Princesa. Ya queda muy poquito, jaja. Un beso muy fuerte :D
EliminarQué intriga. Un beso.
ResponderEliminarJa ja, ¡gracias Susana! Prontito verás como termina. Muaaakk :D
EliminarMuy interesante, volveré
ResponderEliminarAbrazos
¡Muchas gracias! Me alegra que te haya gustado, y aquí estoy para cuando quieras visitar mi riconcito. :D
Eliminarte gusta escribir y despliegas tu arte maravillosamente Es un placer leerte y ver lo bello que comentas tambien
ResponderEliminarMuchisimas gracias Mucha, la verdad es que cuando me pongo a escribir, simplemente, me dejo llevaaaaar. A veces me paso, ja ja ja. Pero es algo que realmente me gusta. Un beso muy fuerte :D
EliminarAl menos surge una esperanza....
ResponderEliminarTe sigo.
mariarosa
¡Muchisimas gracias Maria Rosa! Muchas gracias de verdad, por comentar que me anima muchísimo y hace crecer mi pequeño rincón, y por seguirme. Yo también estaré ahí. Un beso :D
EliminarEstoy lo que se dice "en ascuas" Margarita, cuando lees un libro le das la vuelta a la página, pero en este caso........
ResponderEliminarBesos.
Ja ja ja, muchas gracias Conchi. Queda poquito, aunque te aviso, ahora que nadie nos lee, que estoy preparando uno basado en la historia de las mil y una noches, y ése si que espero que deje a todos impaciente de una semana a otra, ja ja Muchos besos :D
Eliminarnooo... que miedo he sentido, y a la vez esperanza de que la mujer este aun con vida, esperanza de que este por ahi aguardando a su esposo, al marinero...
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