Intentaré contarte las
cosas tal y como pasaron, pero te confieso que mi mente tiene algunas lagunas.
Recuerdo a la perfección
que yo no quería ir. Dije una y otra vez, no, no y no. Pero mi hermana me
ignoró, como siempre. Así que imagínate, allí estábamos las dos mosqueteras
subidas a su vieja camioneta y enfilando el sendero de la montaña. Miré de
nuevo el asiento de atrás. Mi cámara seguía allí. Menos mal, no la había
olvidado como la última vez. Esta vez iba a necesitarla para conseguir nuestro
extraño objetivo. Retratar a un fantasma.
Mientras llegábamos a
nuestro destino, mi hermana aprovechó para recordarme paso a paso cuál era el
plan. No me gustaba. No me gustaba nada y así se lo dije, pero ella me ignoró. Cazadora
de leyendas, ésa es mi hermana. A pesar de mi resistencia, me arrastró con
ella, poco le importó mi enfado, y a mí, poco me duró. En realidad, sentía
curiosidad.
La cabaña de la montaña
olía a cerrado. Abrí las ventanas con rapidez, aquél olor me causaba asfixia.
Me fijé en la despensa. Vacía. La señora que habíamos contratado para limpiar y
traer provisiones, no había venido. Así que tendríamos que bajar de nuevo al
pueblo más cercano. Aquello seguía sin gustarme.
Al final, convencí a mi
hermana de que bajase ella a comprar, mientras yo adecentaba un poco aquél
desastre. Ya sola, empecé a buscar algo con lo que limpiar y agradecí
mentalmente haber echado los sacos de dormir. Por nada del mundo dormiría en aquellas
sábanas.
Un rugido sordo se escuchó
en la lejanía llenando todo el espacio. Me llevé una mano al estómago y miré el
reloj. Mi hermana aún no había vuelto. Un nuevo rugido sonó, esta vez, más
cercano. Empecé a sentirme nerviosa y a falta de una escopeta o algo similar,
tomé la cámara. Un tercer rugido hizo que el cuerpo me temblase y mi corazón
pareciese un tambor. Cogí el móvil. Sin cobertura. ¡Maldita montaña!
El siguiente rugido no
solo me erizó la piel, también sentí una especie de culebrilla ascendente por la
espalda y lo tuve muy claro. Me escondí. Me oculté por completo bajo una de las
mantas polvorientas que había en la cama, pero eso sí, bajo ella. No me
preguntes por qué lo hice, no puedo contestarse a eso ahora, pero mi cámara
también me acompañaba bajo la cama. Y coloqué mi objetivo. Si algo entraba allí
lo fotografiaría. Esta vez el rugido se escuchó dentro de la habitación. Y en
lo último que pensé fue en tomar una foto.
- ¿Te he asustado hermana?
No creo poder describirte
lo que sentí al escuchar su voz. Alivio, un alivio inmenso, e inmediatamente
después, furia. ¡Menudo susto me había dado con aquél artefacto imita rugidos!
En ese momento, no sentí precisamente amor por mi hermana. Me había arrastrado
contra mi voluntad a aquella montaña del demonio, se suponía que para
fotografiar a una especie de fantasma que se aparecía por las noches a los
montañeros perdidos. Y encima, me asustaba con bobadas. De verdad, estaba muy
cabreada.
Tal vez por ello no
escuché nada durante la noche. Quizás por eso no la oí gritar, ni tampoco
desperté cuando algo me tomó en brazos y voló conmigo entre los árboles. Los
sueños son así, crees que algo es real, pero no lo es. Duermes y piensas que lo
que vives en tus sueños te está pasando, pero no.
Y yo estoy segura de que soñaba
cuando abrí los ojos y le vi ante mí. No recuerdo si grité, pero si retrocedí
con rapidez hasta topar con la pared y comprobar que no estaba dormida. Aquello
era real.
- ¿Quién eres? – le
pregunté.
Su alta figura imponía
respeto. ¿Cuánto medía? Tenía el rostro cubierto por una red espesa y solo
podía ver sus ojos, grandes y oscuros. Cuántas
veces mi hermana me había asustado con sus bromas, y después, cuando me habló
de que un ser al parecer fantasmal se aparecía por las noches en la montaña, me
burlé de ella. En cierta forma no me equivoqué, pues aquél ser era de carne y
hueso, no de humo.
Se movió con tanta rapidez
que no puedo decir qué pasó pues creo que perdí la consciencia de nuevo. Solo
puedo decirte que sentí un frío intenso y notaba como algo me acariciaba el
rostro. Cuando volví a abrir los ojos, estaba de nuevo en la cabaña. ¿Había
sido todo un sueño? Mi hermana estaba furiosa conmigo por haberme vengado de
ella con aquella broma de mal gusto. No dejaba de gritarme que fingir mi
secuestro por un ser fantasmal había sido excesivo.
Yo ni siquiera estaba
segura de qué me hablaba, pero bueno, qué más da. ¿Por qué te cuento todo esto?
Porque necesito tu ayuda. Cuando revelé el carrete de mi cámara había varias
fotografías de la montaña y los árboles tomadas desde un plano aéreo.
Imposible. Y en ésas fotografías había varias cruces señalando algo que investigué.
En cada uno de esos lugares había alguien perdido tiempo atrás. No puedo contar a nadie esta historia o él no
podrá seguir ayudando a la gente. Porque no creo que sea un fantasma, pero
desde luego, es un ángel.
Y necesito tu ayuda. La
necesito porque entre las fotografías que revelé aparece una que no logro
comprender… ya que según esa foto, tú estabas allí y… yo soy el fantasma.
a mi me ha pasado lo de sentir que me estan acariciando!! y no haber nadie
ResponderEliminarUh, que miedo Abbie. Yo en este caso, es todo imaginación. Pero si he escuchado lo que me comentas de otras personas. Un beso amiga :)
EliminarMe encantan este tipo de historias Margarita! Buenisisisma!
ResponderEliminarGracias bella <3
¡¡Gracias a tí cariño!! Me alegro mucho. Millones de besos :)
EliminarAyyy, Margarita...qué miedito hija... Me recuerda a un cuento mío que les cuento a los niños mucho, en él es una lechuza quien eleva con sus garras a la protagonista sobre los árboles del bosque. Y resulta que es buena también y lo que quiere es ayudar a todos los visitantes del bosque que tienen peligro. Y no te cuento más... jeje "El vuelo de la lechuza" se titula.
ResponderEliminarY yo que he escuchado ese cuento cariño. Y de tu propia voz modulando la vida de estos personajes. Una maravilla de cuento, que te propongo que coloques en tu blog en audio, porque merece la pena. Muchos besos tesoro:)
ResponderEliminarMe recuerda mucho a una amiga que escribía historias parecidas, está muy chula!
ResponderEliminarTe hace meterte en la historia para ver qué sucede al final!
Sigue escribiendo así.
Saludos
Muchas gracias. Aqui te encontrarás desde esta historias como ésta, a otras disparatadas del todo en sentido... "tijera que habla" ja ja. Pero bueno, tú sabes, un poquito de todo. Me alegro que te haya gustado. Muchos besos:)
EliminarLo siento pero este tipo de lecturas no me gustan aunque esta tengo que decir que pinta muy bien enhorabuena por escribir tan bien y espero seguir leyendo más, besos
ResponderEliminar¡Muchas gracias! No te preocupes, es lógico que no nos guste todo lo que leemos, y este tipo de relatos es... "inquietante". Pero cuando sigas viendo por ahí, ya verás que no todos son de este estilo, hay un poquito de cada, ja ja. Asi que si no te gusta mucho este tipo de lectura, más mérito tiene que lo hayas leído. Muchisimas gracias de corazón :)
EliminarMe ha súper encantado tu relato, me hiciste sentir parte la historia y el final creapy uff ¡Gracias!
ResponderEliminar¡¡Gracias a tí!! Me alegro muchísimo que te haya gustado. Muchos besos :)
EliminarDiosssssssssssss... con lo cagada que soy he de decir que has logrado captar mi atención y leer hasta el final pero que escalofríos, viva la imaginación... no dejes de echarla a volar, besos.
ResponderEliminarMuchisimas gracias Maria Jesús, un beso muy grande y me alegro que lo hayas leído hasta el final, ja ja. :)
EliminarMenuda imaginación y estoy muy orgullosa de ello, es increíble. La historia la he leído hasta el final. Sigue así. Un beso muy grande.
ResponderEliminarMuchisimas gracias Barbara, me alegro que te haya gustado. Lo de la imaginación, bueno, se intenta, ja ja. Besos :)
Eliminarrecree toda la historia en mi cabeza. el lugar, los espacios, las sabanas polvorientas. todo. me encantan las historias con suspenso e intriga, y pues muchas veces he sentido que alguien me acompaña cuando estoy sola incluso veo sombras, he llegado a pensar que es mi imaginacion porq soy la mujer mas cobarde y asustadiza del mundo jajaj ...saludos
ResponderEliminarLa persona que se cree la más cobarde del mundo, puede ser la más lanzada en un momento concreto, así que... ¡ánimo! Muchos besos amiga :)
Eliminar