Hola amigos. Hace ya unos
meses, asistí a un evento organizado en reconocimiento a la mujer trabajadora. Allí
me encontré con mis amigas, Noelia Medina y Mª Carmen Fernández, acompañadas de
Manoli Prieto Martínez. Las tres se encontraban promocionando la venta de sus libros.
Noelia, con su “Hoy he soñado contigo”; Mª Carmen con “Tú no eres mi amigo”; y
Manoli con “A solas con…Manuela”.
Me gusta escribir y admiro
el valor de aquellas personas que se atreven a publicar. Ya había comprado el
libro de mis amigas, pero no tenía el de Manoli. Cuando hablé con ella y me
contó que eran anécdotas, pequeños trocitos de su vida, sus experiencias,
sentimientos e inquietudes, me produjo una gran curiosidad. Todo ello unido a
la simpatía y dulzura de la escritora, no hizo más que alentarme a leer,
sumergirme en su mundo.
Hasta hace unos días no he
podido sentarme a leer este libro con la tranquilidad que merece, pues está
lleno de sentimiento, pero sobre todo, del alma de Manoli. Poco a poco va
desgranando, va abriendo, su interior. Va mostrando tanto alegrías como penas,
todas ellas interpretadas con sumo respeto.
Ella misma al darse a
conocer de forma sutil, manifiesta “Mis
orígenes son humildes, pero con unos valores que me marcaron desde la cuna,
pues algo que me enseñaron mis padres desde que nací, es el respeto a las
personas”. Y lo demuestra en cada fragmento de vida que comparte en este
libro.
Os voy a dejar dos
pequeños trocitos, cada uno de ellos, pertenece a una de estas historias de
vida. Confío en que os gusten. En cualquier caso, quería deciros y decirte a ti
Manoli, que he disfrutado leyéndote, porque me has hecho sentir, reír, y
también llorar, me has ayudado a ver el mundo a través del velo de tu mirada, y
es una mirada limpia y sincera. Así que… GRACIAS.
“La
noche se perdió en tu pelo, la luna se aferró a tu piel, el mar se sintió
celoso y quiso en tu piel estar él también.
Tu
boca…sensual, peligrosa.
Tus
manos… la dulzura son.
Tu
aliento… fatal fuego lento que me quema mis ansias y mi corazón.
Ternura
que sin prisas, apura caricias que brinda el amor.
Caprichos
muy despacio dichos.
Entre
la penumbra de un suave interior
Te
quiero… y ya nada importa…”
(Fragmento
de QUIÉN NO SINTIÓ ASÍ ALGUNA VEZ)
“Hojas
secas de mi otoño, voy pisando lentamente.
En
una hoguera de besos, arden mientras se estremecen.
Me
pesan tanto las penas, que a veces mi corazón… se pierde en un laberinto, donde
no me entra el sol.
Soy
piel de melocotón y frágil como el cristal, en lo más profundo de mi ser, mi
magia guardada está.
Y
en esta infinita esencia, que siente mi corazón… se están quebrando mis alas,
porque ésta no soy yo”
(Fragmento
de SENTIR, SOÑAR, VIVIR, AMAR)
Es muy arriesgado por mi
parte intentar mostrar la esencia de este libro tan solo con dos pequeños
pedacitos de él, pero creo que a través de ellos, podréis apreciar la dulzura y
la pasión que desborda.
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