jueves, 9 de junio de 2016

Carlos, piloto de Nascar



Este cuento lo escribí con todo mi cariño para la Asociación Amigos de Futuro y su libro "Cuentos de la Ternura". También lo dedico con mucho amor a la Asociación de Rubinstein Taybi en España, que tan buena labor desempeña para nuestros niños. Un millón de besos para mi ilustrador. Francisco Pacheco Hans. Sangre de mi sangre. 


Carlos, piloto de Nascar

Hola. Me llamo Carlos, tengo diez añitos y soy el niño más feliz del mundo.

Mi mamá y mi papá siempre me dicen que soy un niño con mucha suerte, y debe ser verdad, porque  dicen que soy un niño SRT. ¡Qué divertido! Mis papás dicen que SRT significa unas cosas muy raras. Mi mamá lloró mucho el día que el médico nos dijo que yo tenía esa cosa que yo no sé pronunciar bien.

Ella lo escribió y buscó en internet. Síndrome de Rubinstein Taybi la escuché decir. Me enfadé mucho, porque yo quería ver los dibujos de “Pocoyó”, pero ella dijo que tenía que buscar cosas sobre mi enfermedad. ¡Pero yo  no estoy enfermo!

Y es que mi mamá y mi papá no se enteran. SRT significa “SonRienTe”, pero ellos no entienden todo lo que yo hablo, porque hablo un poquito raro.

Mi profe Pablo siempre me lo dice... “Ay Carlitos, ¡me gusta tu risa, es contagiosa!”. Yo quiero decirle que no, que no contagio nada, pero las palabras no salen bien de mi boca, ni tampoco de mi cabecita.

Mi amiga Ana también me lo dice. Ana es más pequeñita que yo, pero sabe mucho. Tiene muy buenas notas. Sabe leer y escribir y además, juega a muchos juegos divertidos. Y no se cae. También come muy bien, sin mancharse ni nada.

Ana y yo vamos a la misma clase. Pero a mí me sientan en una mesita muy chula de color azul, que está muy bien puesta y lo veo todo, todo. Mis amiguitos tienen un profe que se llama Pablo, pero yo tengo al profe Pablo y también a la señorita Inma y a la señorita Virginia. Ja ja, soy un niño con mucha suerte.

Mi seño Inma me enseña muchas cositas. A cepillarme los dientes, a comer bien, y también a decir palabras... ¡Uy! Se me olvidó explicarte que yo pronuncio poquitos sonidos. Todo esto que te estoy contando, lo tengo en mi cabecita, porque mis dientecitos están para atrás y mi lengua se pega a mi boca y no se me entiende bien. También tengo una naricita muy graciosa, con forma de arquito pequeño, que a mi amiga Ana le encanta acariciar.

Mi seño Virginia me ayuda a mover mis piernas. Son cortitas y tengo las rodillas temblonas. Por eso, me han puesto unas cositas de tela que me ayudan a caminar. Mis amiguitos tienen un profe de gimnasia, pero yo tengo una fisioterapeuta. Yo no sabía lo que era esa palabra tan larga, pero mi mamá me lo explicó. Virginia es una “fisio” y me ayuda a mover mis piernecitas. Y me hace muy feliz, porque yo de mayor, quiero ser piloto de Nascar, como los de la película esa tan chula de los coches que hablan.

Ana me dice que tengo mucha suerte con mis papás. Mi mamá es la que mejor me entiende, y me pone los pañales para dormir. Ups, se me ha escapado eso. Yo tengo diez años, pero uso pañales para dormir.

Mi papá ve conmigo las carreras de coches. Las carreras que a mí me gustan. Dice que cuando yo quiera, ¡me lleva a ver una! Pero yo no quiero verlas, ¡quiero conducir!

Mi amiga Ana se ríe conmigo cuando sueño que el plato de mi comida es un volante y estoy conduciendo. En el comedor le riñen a los otros niños, pero a mí (no sé por qué) me sonríen cuando hago cosas que no debo y me dan palmaditas en la espalda. Menos mi seño Inma. Ella me dice “Carlos, eso no está bien. Tienes que aprender. Puedes hacerlo campeón”. Y eso me gusta. Me gusta que me llame campeón y le levanto mi dedo gordito de la mano. ¡¡Pulgares arriba!!

Ja ja, qué divertido. Tengo el dedito aplastado. Nació así, aplastadito. Y a mi amiga Ana también le gusta mucho eso de mí. Dice que soy el único amigo que tiene con un dedito machacadito. Mi amiga Ana no sabe que a nosotros, los del síndrome SonRienTe, nos conocen por los del “pulgar hacia arriba”.

A veces me enfado, y me pongo gruñón, pero enseguida se me pasa, solo tienen que hacerme unas cosquillitas y se me olvida todo. Todo, menos conducir un coche en las carreras Nascar.

¡Vaya! ¡Han tocado el timbre! Y mami va a abrir la puerta. Hoy estoy un poquito triste, porque me duele la barriguita y porque mi amiga Ana me ha dicho que si no puedo caminar bien… ¿cómo voy a conducir?

¡¡No me lo puedo creer!! Miro a mi papá como si fuese un mago. ¡Es un mago! Mi papá ha traído un casco muy chuli en su cabeza, y un coche pintado de color rojo, con una gran 33 en color blanco en un lado y muchas pegatinas de colores por todos lados, y me mira con ojos brillantes.

- Venga Carlos cariño. Nos vamos a conducir un coche de los que a ti te gustan. Te sentaré sobre mis rodillas, que pronto estarás demasiado mayor.

No puedo hablarle, solo decirle que sí, y llevar mis manos con alegría y felicidad a mi boca. No puedo decirle que me ha hecho el niño más feliz del mundo. Pero estoy seguro de que mi papá lo sabe. Así que levanto mi pulgar y pienso… Síiiiii, qué bien tener el síndrome SonRienTe.

Fin



17 comentarios:

  1. Margarita, te agradezco que hayas compartido este maravilloso cuento con nosotros. Se respira tu corazón en cada una de sus palabras y te puedo decir que tocaste el mio muy dentro. Un abrazo :D

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    1. ¡Muchas gracias cariño! Lo escribi con ganas, para colaborar en "Cuentos de la ternura". Y como es evidente, me basé en ese desconocido llamado Síndrome de Rubinstein Taybi. Mi hermano Juan lo tiene, y él me ha servido en cierta forma de inspiración. Cuando narro lo de SonRienTe, lo hago con el corazón. Es así de verdad. Muchos besos amiga :)

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  2. Con lagrimas en los ojos solo te puedo decir un beso pa ti y otro gigante para ese ilustrador extraordinario. Besitos <3<3

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    1. ¡Gracias mi vida! Lágrimas pero de alegría, que ellos son una bendición tan linda que no puedo describirla. Un beso muy fuerte cariño :)

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  3. Pero que maravilla!!! Aunque eso sí ,llega directamente al corazón. Ojalá existieran muchos padres como los de Carlos y muchas amigas como la pequeña Ana. Y por supuesto que son SonRienTes y hacen sonreír a los que los conocen. Me ha encantado el cuento y tu manera de contarlo. Felicidades. Un saludo.

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    1. ¡Muchísimas gracias! Me alegro mucho que te haya gustado. Mi propio hermano es un niño SonRienTe. En él he inspirado el cuento, así que imagina cuánto me gustan tus palabras. Gracias de nuevo. Un beso :)

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  4. Un cuento precioso y muy tierno!! Si todos nos comportaramos así el mundo sería mejor!! Besos

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    1. ¿Verdad que sí? Supongo que el mundo tiene que tener su lado bueno y malo, pero me gusta encontrar el bueno. Muchas gracias por tu comentario. Un beso :)

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  5. Es un cuento precioso, me ha llegado al corazón. Me ha gustado mucho la forma de contarlo, si hubiera más personas así todo sería mejor. Besos.

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  6. Muchas gracias Feli, muchas gracias de corazón. ESte cuento es muy especial para mí por las circunstancias cercanas, y la verdad, lo escribí con mucho cariño. Por todo eso, muchísimas gracias por tus bellas palabras. Un beso :)

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  7. Que lindo y educativo este tipo de lectura para los pequeños. Voy a compartirlo con mis hermanas pequeñas.

    Tienes un arte con este tipo de escritura.


    Me ha gustado mucho.

    Saludos.

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    1. ¡Muchisimas gracias Alexa! Arte no sé, pero me gusta escribir para niños, aunque también te digo que es más difícil, ja ja.Muchos besos y espero que les guste a tus hermanas :)

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  8. Un cuento precioso, educativo y emotivo me ha gustado mucho

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  9. Hola! que conmovedor, creo que lo que sale del alma sale con ese sentido de jamas olvidarlo y dejarlo ahí en ese momento sea cual sea siempre sera para toda la vida.

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    1. Hola Lidia, muchisimas gracias. Sí, está hecho desde el alma dado que mi hermano es un hombrecito SRT al que adoro. Este cuento además lo escribí para una publicación llamada "Cuentos de la ternura", una publicación muy especial para ayudar a personas con discapacidad mental. Fue un proyecto precioso que me encantó. Muchos besos Lidia :)

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  10. Hola Margarita! Antes que nada, enhorabuena por la iniciativa, y también por colaborar con asociaciones, se nota que eres una gran persona. En cuanto al cuento, decirte que me has emocionado, soy profesora de EE y me encanta ver cómo pueden ilustrarse historias tan bonitas como la tuya. Mil gracias por compartir algo tan bonito

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