Últimamente no tomo
demasiadas infusiones. A pesar de que siempre me gustaron, desde hace un tiempo
a esta parte, suelo engancharme más al café. Pero hoy, mi cuerpo y las
circunstancias, me piden tomar algún tipo de bebida que calme mis inquietudes.
Fuera, el día está
transformando la mañana en tarde, y el cielo tiene un azul que amenaza con
volverse gris, pero aun así, permanece azul. Quizás por todo esto, termino
vertiendo el agua hervida en una infusión que contiene pasiflora entre otros.
Lo cierto, es que también me veo necesitada de encender una vela y escuchar
música celta relajante.
Todo esto me ayuda a
detener un instante el ritmo frenético al que normalmente someto mi vida.
¿Merece la pena vivir con prisas? El tiempo, ya vuela solo.
Los genes de súper héroe
que llevamos dentro intentan combatir estas sensaciones con una frase que te
susurra que hay que estar activa. Y sí. Por supuesto que hay que estar activa,
pero no enfermar a causa de ello. No se puede hacer la compra y preparar el
almuerzo del día siguiente mientras tu hijo está en una clase de inglés que tan
solo dura una hora. Porque al final de todo esto, dejaste la mitad de las
compras sin hacer, y mañana, descubrirás con tristeza, pero no con asombro, que
el almuerzo no es comestible.
Por ello, hoy he decidido pararme
un poquito, ponerme cómoda, escuchar esa suave música de fondo… y con algo de
suerte, tener una cita conmigo.
A mi lado tengo a
“Orlando”, de Virginia Wolf. No había leído nada de esta escritora, y el libro
me está resultando agridulce por así decirlo. Llevo poco leído, pero he notado
“algo” rítmico que sin ser desagradable, llega a ser reiterativo. Y una parte
de ese “algo” me recordó a mi propia forma de relatar, y también de vivir.
¿Quién sabe? Quizás esta infusión
me ayude en mi melancolía de esta tarde. Mi niña del alma, aquella con la que
no paso todo el tiempo que yo quisiera, se marcha. Vuela a kilómetros y
kilómetros de distancia para encontrar aquello que no consigue en su país. Un
trabajo tras terminar una brillante carrera universitaria. Y sí, se llama “carrera”
por algo. Pero quizás no adviertan a los estudiantes que después de correr, tal
vez no consigan sentarse.
Como no quiero desvariar,
quizás solo pueda añadir que recomiendo con total sinceridad tomar esa taza de
té, café, o quizás, una infusión, con vosotros mismos. Saboréala… pues ésa,
precisamente ésa, solo la tomarás esta vez. Haz que sea especial.
El
sol esconde sus rayos
Será
que tiene sueño,
O
tal vez quiera dejar reinar a la luna,
Y de
esta forma,
adormecer
su calor como consuelo.
Más
dormida yo le espero,
Pues
sin él, ni puedo, ni quiero.
Para
que no sienta frío esperando,
La
luna me susurra cantos,
Y
me arropan las nubes de algodón blando.
A
pesar de la distancia,
Y
la supuesta lejanía,
Tu
madre aquí estará esperando,
Como
al sol, cada día.
Un beso muy grande Margarita! Ya veras como esos kilometros de distancia se hacem mucho mas cortos gracias a la tecnologia!
ResponderEliminarTe entiendo y no sabes como mi querida amiga!
Si, uf, pero es ley de vida. Los hijos tienen que hacerse su propio futuro, y mi hija ha trabajado mucho, así que tiene que seguir luchando, que al fin y al cabo, la vida es lucha. Estoy segura de que le irá muy bien, pero además, estoy muy orgullosa de ella por luchar por lo que quiere. Muchos besitos amiga :)
EliminarMargarita, anoche también recurrí a la infusión, pero yo si soy de infusiones. Me hice un té de limón, al que añadí un limón recién exprimido y miel...lo justo para que fuera como esa tarde-noche que describes y que tan acertadamente se desdibuja en la taza que has puesto para que acompañara tus palabras...
ResponderEliminarUff...Orlando...si es lo primero que lees de Virginia Woolf, no te aconsejaría. Por favor, no te pierdas "Una habitación propia", de ella...es un libro de cabecera. Un ensayo precioso...Si quieres una novela, yo empezaría por la Sra Dalloway, muy interesante...Y otro libro de ensayos, que es agradable, es "El lector común". Se aprende mucho con sus ensayos, y conoció a gente muy interesante.
Otro gran libro, son sus relatos de viajes...
El poso de melancolía lo tienes asegurado con Virginia Woolf...pero dependiendo de como esté una y qué libro esté leyendo...se abren puertas de tu interior que pensabas que no tenías. Es como hacer yoga...jajaja...porque de repente sales con unas agujetas de músculos que ni si quiera conocías su existencia. Woolf, es así...al menos para mí...despierta zonas dormidas. Mucho ánimo, si quieres seguir con Orlando...es lectura estimulante y cuesta al principio seguirla...
Un placer tomar té contigo mañanero. Besos
Muchísimas gracias María. He empezado con Orlando, porque un amigo me dijo al leer mi cuento "Alas de mariposa" que le recordé este libro y que lo leyese. La verdad, es que yo hasta ahora, no he encontrado la similitud, ja ja, pero bueno. No suelo leer libros llenos de melancolía, pero... una parte de mí necesita leer a estos grandes escritores de antaño. Tengo esperando también "Bomarzo" de Manuel Mujica Lainez, también por recomendación. Y estoy deseando releer El Quijote de Cervantes, que lo leí hace muchos años y tengo ganas de devorarlo ahora. Pero me apunto esos libros de Virginia, sobre todo el de "Una habitación propia".
EliminarMuchísimas gracias María, por tus palabras y por tus consejos, que por cierto, también me apunto ese té de limón con miel. Un beso muy fuerte amiga mía :)
Jajajaja, mira que no soy ni de infusiones, ni de café, pero disfruto saboreando un par de onzas de chocolate, cada loco con su tema. Un abrazo amiga y a relajarse toca que es cierto que muchas veces antes de andar ya queremos correr.
ResponderEliminarGracias cariño, la verdad es que sí, igual que a veces nos preocupamos sin motivo, ¡y no hay que tener prisa en esta vida! En cuanto a lo del chocolate, ja ja, tranquila, yo soy de todo, de café, de infusión, y desde luego que de chocolateeeeee, ¡me encanta! Muchos besos Cristina :)
EliminarHola Margarita!
ResponderEliminarA mi no me pasa como a ti, creo que soy un poco enemiga de las cosas calientes hahaha al menos en las bebidas, y con el calor que hace en mi país pues mucho más!!! Nunca he probado la pasiflora que mencionas, no me gusta ni el café y lo que suelo beber es Té aunque me abstengo de probar cosas diferentes. Comúnmente solo el de manzanilla ahaha
Besos
¡Hola Viri! Pues la pasiflora es una planta parecida a la manzanilla o al tilo, es de efecto relajante y suele sentar bien en estados de nerviosismo o ansiedad, aunque te confieso que a mi me quita más la ansiedad el chocolate, ja ja. Muchos besos amiga :)
EliminarMe ha hecho gracia lo de los genes de súper-héroe. Por cierto qué chula la foto de la taza
ResponderEliminarGracias Cristina. La foto es de un banco de imágenes al que estoy suscrita. Tienen maravillas. Un beso :)
EliminarYo por más que intento engancharme a las infusiones siempre acabo sucumbiendo al sabor de un buen café, aunque también te confieso que en el fondo es porque pienso que tengo que estar siempre a tope y una infusión me relajaría jajaja
ResponderEliminarUn beso :)
A mi antes me pasaba igual, pero ahora, hay momentos en los que necesito "parar". Entonces acudo a la infusión, o a un café descafeinado, pero no es igual ¿verdad? Este ritmo de vida que llevamos... uf. Muchos besos amiga :)
EliminarMuchas gracias Margarita, acá con un te de canela te saludo amiga me encantó, me identificó y si no nos merecemos el ritmo frenético de la vida, besos y gracias por tan buenas letras amiga
ResponderEliminarMuchisimas gracias a ti cariño. Qué rico, un té con canela. Muchos besos y encantadisima de tenerte por aquí :)
EliminarReconozco que soy más de café que de otro tipo de infusiones. Lo intento una y otra vez con el té, pero chica, no hay manera. Bueno este invierno encontré un té de vainilla que si me gusta. saludos
ResponderEliminarA mi el te de vainilla también me gusta, pero te confieso que de sabor, me gusta también más el café. Sin embargo, el te o una manzanilla o algo así, me relaja más y a veces, necesito frenar un poquito, ja ja. Un beso Olga y bienvenida :)
EliminarHola Margarita entiendo un poco cómo te sientes porque la rutina y las actividades diarias hacen que en algún momento uno se sienta así cansada agotada y creo que es mejor tomarse una pausa relajarse un poco para luego regresar nuevamente a nuestras actividades, sobre tu hija que te puedo decir creo que en todas partes está complicado mantenerse en el mundo laboral creo que lo importante es que haya conseguido un trabajo porque más triste sería sino lo tuviera, solo nos consuela ver el lado positivo a las cosas.
ResponderEliminarHola Rebeca, muchisimas gracias por tus palabras. La verdad es que si que está la cosa complicada, pero bueno, espero que mejoren. Muchos besos Rebeca y gracias de nuevo por tu comentario lleno de ternura :)
EliminarMargarita, eres toda una infusión de vida.
ResponderEliminarMargarita, eres toda una infusión de vida.
ResponderEliminarMuchisimas gracias cariño. Es todo un piropo, sobre todo, viniendo de alguien tan especial como tú. Un beso muy fuerte Espe :)
EliminarHola Margarita!
ResponderEliminarQue bonita publicación, me hiciste recordad mis días de correr, yo aun tengo a mis peques que depende de mi, pero si hay días que no sabes si el tiempo no alcanza o somos nosotras las que nos llenamos de tareas, en fin hace tiempo me puse muy mal y hasta me recetaron medicamento lo cual me negué pues no quería depender de un medicamento para controlar mis emociones, el proceso que estaba pasando y todas esas cosas que corren en nuestros pensamientos como madres, recuerdo que recurrí a la lectura que fue mi terapia a la mano, no recuerdo muy bien como llego a mi un libro pero llego y me encanto vi de otro modo mi vida, mi momento y cambio la carrera por trote y de vez en cuando por caminata, fue un libro que no se si sea muy reconocido pero llego porque lo necesitaba "Hasta las Mamás Merecen Descanso" escrito por: Susan Callan, Anne Nolen y Katrin Schumann, por si tienes oportunidad de leerlo es un relajante libro. Me encanto lo que escribiste al final es un poema, y a mi también me encanta disfruta de las infusiones de frutas y de escuchar música.
Saludos y mis mejores deseos!
¡Muchísimas gracias Lidia! ¡Por supuesto que lo buscaré! Un beso muy fuerte, me alegro que ahora estés mejor, y me hace feliz tenerte por aquí. Muchas gracias por tu bello comentario lleno de cariño y por esa recomendación del libro que estoy segura que me encantará. Besos :)
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