Érase una vez un niño, tan
pequeño, tan pequeño, que vivía dentro de un guisante… pero aun así, tenía
corazón de gigante, pues cada día, se levantaba, y con sumo cuidado, apartaba
el edredón de su cama, que su mamá le había preparado con mucho amor, utilizando para ello una
lupa, unas pinzas, y un trocito diminuto de pluma de halcón.
Azorado nuestro amigo
descubrió, una mañana, de repente, que se había hecho mayor, y que en el
guisante no cabía. Se preocupó mucho, muchísimo, pues ahora… ¿Dónde dormiría?
Pero entonces su mamá le
trajo una caja de zapatos, envuelta en papel de regalo, repleta de sueños,
juguetes comprados en una tienda de miniaturas, y un edredón nuevo, uniendo dos
plumas del mismo halcón.
Siguió creciendo, sin
poderse detener, y dejó atrás el tamaño de una nuez, para llegar a ser tan
grande como una naranja, refrescante y dulce, que pasó a ser sandía y después tomar
el tamaño de una silla. Su mamá le preparó una habitación hermosa, repleta de
libros y puzzles, para que creciera aprendiendo y al fin, poder salir a la
calle, que ya no había tanto peligro como cuando vivía en un guisante.
Pero cuando salió fuera, otros
niños se rieron de él.
- ¿Por qué se ríen mamá?
Si yo solo quiero jugar.
- Porque el mundo se burla
de lo que no entiende, hijo mío. Y también se aprovecha de la bondad, que tu
corazón es aún pequeño, pero mayor se hará. No los juzgues aún, algún día,
puede que todo cambie… pero por favor, no cambies tú, que eres distinto a
ellos, pero no mejor, ni peor, solo diferente… como las notas de una canción.
Así que el pequeño pensó,
que quizás mamá tuviese razón. Él era distinto, pero no por ello era peor.
Siguió creciendo y
creciendo, y un día, la más alta copa de un árbol, con sus manos tocó. Mamá
estaba asustada, pues no esperaba que creciese tanto, y seguía creciendo y
creciendo… ya no podía hacerle un edredón.
- Nunca me hablaste de
papá…
- Tu padre era un mago
hijo, venido de otra dimensión, que me habló de la importancia de lo pequeño,
de lo grande, y del amor. Te dejó como regalo, para aliviar mi corazón cuando se
marchó. Y ahora, que te has hecho mayor, me vuelvo a sentir sola de nuevo.
Llévame contigo allí arriba, que quiero ver el mundo desde el cielo.
Y así el pequeño, tomó a
su madre en sus manos, y con suavidad, como ella hizo antes, le construyó una
diminuta guarida entre las nubes, llenas de blanco algodón y risas. Y le
preparó un edredón, con plumas de halcón, y le contaba cuentos por las noches,
cuando deliraba en sueños, preguntando quién era, donde estaba… ¿cómo no
recordaba todo lo anterior?
Y alguien le explicó a
aquél niño, que tanto creció, que ella ya era mayor, que sufría de demencia,
que una enfermedad llamada alzheimer la tomó, que soñaba con hijos pequeños que crecían en demasía,
que creaba sus propios mundos, repletos de plumas de halcón. Ahora era
diferente, era distinta a las demás mamas, pero el pequeño Facundo, la cuidaba
igual, pues aun recordaba sus palabras, aquellas que un día soltó… “Eres distinto a ellos, pero no mejor, ni
peor, solo diferente… como las notas de una canción”
Así que ya sabes, si tu
abuelo, o tu abuela está en casa contigo, y dice cosas que no comprendes,
piensa que tal vez en su recuerdo, viva en otro lugar, ni mejor, ni peor, solo
diferente… como las notas de una canción”.
Esos recuerdos que tienen nuestros abuelos muchas veces lo tratan como realidades paralelas pero no son asi son situaciones nuevas
ResponderEliminarY es muy complicado, a veces se pierde la paciencia, no es fácil. Pero para ellos tampoco. Vivir una realidad paralela es extraño, pero si al menos recuerda a quien tiene delante, se sobrelleva. El problema es cuando las criaturas no saben quién tienen delante. Entonces es duro para ellos y para el familiar. Este mini cuento es una forma de darle un fondo hermoso a una enfermedad cruel. Una manera de intentar explicar a los pequeños lo inexplicable. Muchos besitos Abbie :)
ResponderEliminarCierto, se acuerdan de lo que pueden como pueden; no es fácil ni para ellos ni para quienes los rodean. Me ha gustado mucho la historia :)
ResponderEliminarMuchisimas gracias Maria. Si, la verdad es que es complicado. Y para los niños entenderlo, uf, dificil. Muchos besos :)
Eliminaroh q bonito.... pero q cierto,,, hay q adaptarse a todas las situaciones,,,
ResponderEliminarMuchas gracias Campanela. Situaciones a veces muy complicadas, pero claro, hay que afrontarlas, o al menos, intentarlo. Muchos besos :)
EliminarES una historia muy bonita y a la vez triste, yo lo he vivido de cerca y la verdad que por eso quizas me trae mucha tristeza.
ResponderEliminarEs algo muy complicado de entender y de aceptar ya que no sabes como afrontarlo.
Gracias por tu entrada.
Hola Elisa, si hija, así es. Es triste, es más, mi hijo lloró como no puedes imaginarte cuando la leyó, porque decia que sus abuelos eran mayores, y que yo algún día, también lo sería. Muchisimas gracias por tu bello comentario. Besos :)
EliminarEres increíble amiga...
ResponderEliminarMuchas gracias preciosa. Un beso enorme y una gran sonrisa :)
Eliminar¡Pero que triste! El otro día justo platicaba de esto con mi hermana porque vimos una peli que trataba de lo mismo, y de verdad que es increible lo que sufre no solo quien tiene la enfermedad, sino toda la familia o parientes cercanos. Pfff en fin hay que saber sobrellevarlo de la mejor manera.
ResponderEliminarUn gran saludo Margarita, me gustó mucho el post.
Bueno, no tanto jaja fue muy triste.
Saludos!
¡Hola Viri! ¿Qué tal cariño? Pues sí, es triste, pero está ahí, es una realidad cotidiana y a veces los niños no entienden como afrontarlo. No lo entendemos los mayores, imagina ellos. Un beso preciosa, el próximo es más alegre :)
EliminarUn relato muy emotivo. Desgraciadamente la enfermedad de Alzheimer afecta a muchas personas y no sabemos si en un futuro nosotros mismos la padezcamos. Por eso el mensaje es muy bonito, no juzgar ni mucho menos burlarse de otros por su apariencia fisica o enfermedad. Es mejor comprender y tratar de ayudar. Besos.
ResponderEliminarMuchas gracias Susie. Siempre intento hablar con respeto de cada tema que toco, y a veces, es un tema como éste, que es delicado. Si encima lo diriges a un niño, no veas. Muchísimas gracias Susie y muchos besos :)
EliminarGuapa, que historia tan bonita, me ha hecho lagrimiar y todo. Preciosa!!! Definitivamente aprender a no juzgar no es que sea muy fácil, pues aceptar que somos diferentes es una cosa que no se nos da bien a todos y muchos no aceptamos los cambios que hay en la vida y es una pena, porque para viejos vamos todos :)
ResponderEliminarMuchas gracias Diana. He intentado que no fuese muy triste, pero la realidad lo es, y entonces algo se escapa. Muchísimos besos preciosa :)
EliminarHola Margarita linda!! Extrañaba leerte. Me gusta mucho como tocaste el tema, siempre con respeto pero usando tan bien las palabras. La melodía que tiene me encantó. El tema es complicado, yo tengo la bendición de tener a 3 de mis abuelos conmigo, y bien. Y a mi bisabuela con 98 años, casi 99, y que tiene la cabeza mejor que todos juntos, gracias a Dios.
ResponderEliminarTe mando un beso grandote!!
Muchas gracias Annie, y yo encantada de tenerte por aquí cariño. Qué bien que tengas a tres de tus abuelos e incluso a tu bisabuela, que bien. Los abuelos son un pozo de sabiduría, aunque cuando la mente nos la juega, lo pasan mal, ellos y los seres queridos a su alrededor. Un beso muy fuerte preciosa :)
EliminarQue hermoso relato y con un bueb mensaje. Este tipo de situaciones son algo complicadas de entender pero hay que aprender y aceptarlo.
ResponderEliminarSaludos!
Asi es Fabiola. Es muy complicado, pero la situación está ahí, y como tú bien dices, hay que aprender a aceptarlo. Muchos besos y gracias por tu bello comentario :)
EliminarMuy linda historia, sobre todo con una muy buena moraleja que ayuda a aceptar la forma de actuar en situaciones que son difíciles para las personas mayores... Besitos!
ResponderEliminar¡¡Hola!! Sí, al menos eso intenté, que tuviese su pequeña moraleja, y que los niños pudiesen verlo como algo menos grave, pero los mayores si fuesen conscientes de ello. Muchísimos besos amiga :)
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