Las
ramas de los árboles golpean unas contra otras. La muchacha avanza, mientras siente como el frío grita en sus oídos.
El tono marron rojizo de los troncos de los árboles
se torna grisáceo, y el verdor intenso se ha apagado. Los blancos y negros dominan con algún claro verde,
y el cielo también se ha vestido ya de invierno.
El
silencio la envuelve en aquella quietud, hasta que una caricia del
mismo gélido viento del norte le hace abrir los ojos con lentitud.
De
repente, su amigo el viento se torna tan gélido, que el aliento de
su boca se convierte en nube. Siente fatiga,
la visión de pronto borrosa y un frío tan intenso que no acierta a
comprender. Levanta la vista y despeja la cortina negra que forma
su propio cabello. Un corazón blanco de plata con dos
vidrios negros que reflejan la luz, la miran directamente. Su pecho se contrae, y el ave empieza a emitir un siseo muy sonoro y metálico.
Una
lechuza. Una simple lechuza común la ha asustado. Una lechuza
cuya blancura frontal se refleja como si la luna la hubiese tomado
para sí misma, quedando su lateral dorado oculto en el follaje de
aquél árbol. Pero solo una. Una sola lechuza.
Unas
pisadas suaves la advierten de la llegada de alguien, alguien, que
bien podría haber sido la lechuza convertida en humana; pues no es otra la descripción que a la joven le viene a la mente.
De piel blanca, de un blanco plateado como el propio rostro de la lechuza, y cabellos dorados como el plumaje del ave, una muchacha sale de entre los árboles. Sus ojos, al contrario que los del animal, son grandes, de un tono oscuro que en la noche no puede apreciar si son negros, marrones o grises. Su cabello sujeto en una trenza está colocado a un lado, y la belleza y serenidad de su rostro son tales, que siente que el aire le falta.
De piel blanca, de un blanco plateado como el propio rostro de la lechuza, y cabellos dorados como el plumaje del ave, una muchacha sale de entre los árboles. Sus ojos, al contrario que los del animal, son grandes, de un tono oscuro que en la noche no puede apreciar si son negros, marrones o grises. Su cabello sujeto en una trenza está colocado a un lado, y la belleza y serenidad de su rostro son tales, que siente que el aire le falta.
Un
ligero perfume almizclado llega a ella. Una esencia suave a
rosas. Pero lo que más llama la atención de Andrea, es que la
joven va descalza. Eso, y la gran tristeza que emana de sus ojos
húmedos. No le da tiempo a observar más detalles cuando la voz
cantarina de esa joven tan peculiar, se escucha en la paz nocturna. La lechuza colocada a su lado, como si realmente ambas
estuviesen conectadas.
— Creo
que me he perdido. ¿Eres de por aquí? — le pregunta con un tono
suave de voz.
— Mi
abuela vive cerca… yo un poco más abajo, en Ochagavía — musita,
dándose cuenta de que de repente, su voz tiembla. Aquella criatura
no es humana, de eso está segura. Siente que por su cuerpo no
fluye sangre alguna, pero no está muerta. No aun, al menos. ¿Qué
clase de ser es?
— Estaba
en casa, descansando, y ahora estoy aquí. ¿No es extraño?
La
voz de la joven hace a Andrea regresar al presente.
— Estás
descalza, y hace frío.
— Cierto…
— contesta ella tras un momento en el que parece que sus pies, son lo único que existe para ella en el mundo.
El
viento aumenta la intensidad, y el frío se hace tan insoportable, que Andrea se abraza a sí misma, aterida; mientras asombrada, observa que la muchacha no se mueve, ni hace gesto de abrigarse.
Es más, su ropa no se agita con el viento, mientras que la lechuza
sube la intensidad de su ulular, hasta que la joven deposita su
mano sobre ella.
Nunca ha visto Andrea, visión tal, pues es lo que parece.
Nunca ha visto Andrea, visión tal, pues es lo que parece.
Pero
la visión se rompe cuando la joven deja de acariciar a la
lechuza, y despacio, comienza a acercarse a Andrea. Y ahí, en ese
momento, sí que su ropa y su pelo comienzan a ondular al son del
viento.
— Santsa.
Ese es mi nombre. Me llamo Santsa. ¿Y tú? — le pregunta .
—Andrea.
— ¿Por
qué te he buscado Andrea? Solo eres una niña — susurra Santsa
con suavidad — Hace un momento tenía frío y miedo. Y dolor, mucho
dolor…
Andrea
la mira con desconcierto y angustia.
— No
sé qué puedo hacer por ti…
Santsa
sonríe por primera vez. Esa sonrisa dibuja en su pálido rostro el efecto de una
bella pintura del Renacimiento.
— Necesito
que hagas algo por mí. Pero no recuerdo qué...
De pronto queda como paralizada. El
viento deja de soplar.
— Así
que esto es lo que se siente… — susurra — Debo regresar. Eres
una de ellas ¿verdad? Mi madre me habló de vosotras, pero yo jamás
la creí. Si lo hubiese hecho, tal vez hubiese logrado... sobrevivir.
Y
deja de hablar. Su mirada se entristece, y sin más, se da la
vuelta dispuesta a marcharse.
— ¡Espera!
La
blancura de la muchacha empieza a difuminarse entre los árboles y
Andrea, a pesar de estar aterrada, sabe que debe seguirla. Un
ligero vértigo la recorre y siente que el frío se marcha,
siendo sustituido por un cálido cosquilleo en sus manos, que empieza a extenderse por sus brazos y el resto de su cuerpo. Durante un
instante, su vista le juega una mala pasada. Le parece ver que
de sus dedos se alargan pequeños haces de luz que
siguen el camino de la muchacha, como si fuesen hilos que brillan
al roce con la luna.
Un
fuerte dolor en el pecho la hace sentir desasosiego. Unos ojos
grandes y oscuros aparecen de repente ante ella, unos ojos fieros
y nublados que parecen querer taladrar su alma.
Sus piernas no la sostienen, y su cuerpo se vuelve gelatina. Sus rodillas se clavan al camino, y los
helechos del sotobosque acarician su pelo. Poco a poco, la oscuridad
se hace dueña de ella, no sin antes dejarla ver como la lechuza
vuele, y un cuervo, y otro, y otro…y de pronto… La muerte viene a buscarla.
"Eres una de ellas, ¿verdad?"
Sí, lo es. Es una bruja, una que no quiere serlo. Pero lo es.
Abre los brazos. Una vez más, deberá bailar con la muerte.
Una vez más... susurra un conjuro, mientras el espectro de Santsa desaparece a través de la espesura que se torna oscura y la luna tiñe la noche.
Una vez más... si quiere sobrevivir, deberá recurrir a la magia...
(¿Te ha gustado? ¿Quieres saber cómo continúa? Si es así, estás de suerte. Este es un pequeño fragmento de un libro futuro...)
"Eres una de ellas, ¿verdad?"
Sí, lo es. Es una bruja, una que no quiere serlo. Pero lo es.
Abre los brazos. Una vez más, deberá bailar con la muerte.
Una vez más... susurra un conjuro, mientras el espectro de Santsa desaparece a través de la espesura que se torna oscura y la luna tiñe la noche.
Una vez más... si quiere sobrevivir, deberá recurrir a la magia...
(¿Te ha gustado? ¿Quieres saber cómo continúa? Si es así, estás de suerte. Este es un pequeño fragmento de un libro futuro...)
Qué preciosidad de texto y de foto. Espero que estés bien.
ResponderEliminarMucho ánimo y cuídate mucho.
Un fuerte abrazo.
Hola Rocío. Sí, estoy bien, muchisimas gracias cariño. También espero que tú lo estés. Besos :D
EliminarMuy bonito. Un beso
ResponderEliminarHola Susana, un beso cariño :D
EliminarMuy bonito el fragmento, me gustaría poder leer más <3
ResponderEliminarBesos
HOla ESpe, pues nada, espero conseguirlo para dentro de un añito o dos. ¡Un beso! :D
EliminarPues yo también me he asustado con la lechuza.
ResponderEliminarMe ha encantado cómo has generado esa atmósfera inquietante y bella al mismo tiempo. Es muy melancólico.
Esperando ese futuro libro a ver qué pasa.
Besos
¡Hola Norah! Me alegro mucho que te haya gustado, ahí va en proceso, ja ja. Besos :D
Eliminar¡Hola Margarita!
ResponderEliminarQué bonito :), me ha encantado. Me has dejado con ganas de más :D, deseando leer ese libro futuro.
Un beso.
Hola Aida, ¡muchisimas gracias! En ello estoy, ja ja. Besos :D
EliminarMuy interesante. Tendremos que leer el libro. Un abrazo Margarita.
ResponderEliminarmariarosa
Hola Maria Rosa, muchisimas gracias. Besos :D
EliminarHola, un fragmento muy interesante, seguro que el libro será genial.
ResponderEliminarBesos desde Promesas de Amor, nos leemos.
HOla Lady Isabella, ¡muchisimas gracias! Besos :D
Eliminarque bonito! me ha gustado mucho. Sin duda deseando leer mas cosas jajaj
ResponderEliminarbesos
¡Muchisimas gracias Laura! Espero que no tarde demasiado. Besos :D
Eliminar¡¡Vaya!!! Qué interesante, Margarita, me gusta mucho como escribes.
ResponderEliminarBesos
Hola Maite, muchisimas gracias. ¡Besos! :D
Eliminar¡Hola! =)
ResponderEliminarGenial entrada :P
¡Besos! ^^
¡Hola Leyna! ¡Muchisimas gracias! :D
EliminarMe dio miedito al leerte Margarita pero que maravilloso post, a pesar del miedo me encanto caminar por tus letras y llenarme de oscuridad y ver en la imaginación a esa bruja y la lechuza .Saludos amiga.
ResponderEliminar¡Hola Sandra! ¡Muchisimas gracias! Un beso muy fuerte :D
EliminarEsperaremos el feliz desenlace/desenredo. Y...
ResponderEliminarA menos que Ochagavía esté lindando con Carmona, saliendo a la derecha, la Otzagabia que conozco, y que creo que tenías planificado visitar... algún día, es una preciosa villa ubicada en Nafarroa (Navarra). Donde tomaremos, si se produce el encuentro, un excelente vino "Navarro".
Siempre un placer perderse por tus interesantes vericuetos... Sean estos literarios, callejeando por tu pueblo o de la índole que sean... jajajajajajja...
Gran abrazo Margarita. Gracias por darle color a este sábado.
¡Hola amigo Ernesto! Pues sí, mi proxima novela está localizada en Otzagabía. Si es cierto que busqué y vi que a veces se escribía así, y otras como Ochagavía. Enamoradita de esa tierra, qué preciosidad. La novela está basada, en principio, en este pueblo y sus alrededores. Me encanta la Selva de Irati. Así que nada, ¡igual consigo algun día visitar todo aquello!
EliminarY probar ese vino navarro también, ja ja.
Gracias a tí amigo Ernesto. ¡Qué ganitas de subir por allá arriba!
¡Besos! :D
¡Hola, Margarita! Me ha gustado mucho, nunca dejes de escribir. Espero tanto tú como toda tu familia se encuentren bien. ¡Un besote!
ResponderEliminarHola Marita, vamos más o menos bien. Yo también espero que tú y los tuyos lo estéis. ¡Besos! :D
EliminarAyyyy, hola Margarita!!! Qué feliz me has puesto cuando he leído el final y has puesto que es de un libro futuro, qué ganas de leerlo ayyyyy, deseando que salga porque además tocas un tema que me encanta: las brujas!!! Síii y ya tu forma de escribir que siempre me atrapa :D
ResponderEliminarBesitos!
¡Hola Soley! ¡Muchisimas gracias! Espero terminarlo de aquí a un futuro no muy lejano. ¡¡Besos!! :D
Eliminar¡Vaya relato! Mil gracias por compartirlo.
ResponderEliminarBesos y a seguir estando bien.
¡Hola! ¡Muchisimas gracias! BEsos :D
Eliminar¡Hola, Margarita!
ResponderEliminarQué suerte que es un fragmento, estaba esperando más información de si este relato continuaría o si habría al menos una segunda parte. Me encantó, es frío y al mismo tiempo enternecedor, con una leve intensidad siniestra. ¡Espero leer más!
Besos. 💚