sábado, 10 de agosto de 2019

¡Salta!



Comenzó el día con la rutina diaria. Se levantó con desgana y abatida. La alarma del móvil le iba a reventar los tímpanos y el sol que entraba a través de aquella persiana sin bajar la hacía cubrir sus ojos. 

Bajar los pies de la cama fue un movimiento forzado. Elevar su cuerpo una odisea. Apagar aquella dichosa alarma intermitente un gustazo. Llegar al baño un agradecimiento. Tomar la ducha un empuje. Vestirse... supuso el transformarse en alguien funcional. Colocarse el relicario, la necesidad de una compañía.

El maquillaje una necesidad, el perfume una opción. Si iban a darle una mala noticia, mejor ir vestida para la ocasión. Vestido rojo de lunares y zapatos de tacón. La capa de la dignidad se tornó invisible, pero ahí estaba. La fuerza se había escapado por el hueco que dejaba la persiana abierta de la ventana de su dormitorio. 

No desayunaría. Mejor llevar el estómago vacío. 

Un autobús, y otro, y otro. Unas altas escaleras, un largo pasillo, mucha gente ausente con las miradas perdidas. Unos asientos alineados de cualquier manera. Unas paredes que necesitaban pintura. Una puerta terrorífica, y una voz que casi la hace llorar...

- ¿Pilar Reverte? 

Un resorte en las rodillas, un pellizco en el estómago, un temblor en el corazón, y unas lágrimas preparadas para rodar.

- ¡Hola Pilar! Tengo unas noticias excelentes. Las mejores. Tras las pruebas realizadas puedo confirmarle que todo está bien. Está usted sana. Deberá hacerse las revisiones de forma periódica, por supuesto, pero la masa es benigna. 

Y ahí... las lágrimas salen y el aire entra en los pulmones. 

Ya no parece tan largo el pasillo. Algunas personas tienen un brillo en la mirada, otras la más absoluta oscuridad. La cara y cruz de una moneda que cualquiera puede llevar en su bolsillo.

Jamás le tembló tanto la mano marcando un número de teléfono; ni la voz que parecía haberse quedado estancada al fondo de la garganta. La foto de su hermana en el relicario colgado al cuello, también parecía temblar.

- Hijo, ven a casa. Quiero que me acompañes a un sitio...
- Mamá, estoy con los colegas.
- Es muy importante.
- ¡Venga mamá! ¡Más tarde!
- Luís, jamás te pido nada. Pero ahora... te necesito.

Un silencio al otro lado del teléfono. Segundos disfrazados de horas.

- Voy para allá.
- Gracias. Hice una promesa, tenemos que hacer algo importante...

Poco más de una hora después, ambos descienden del coche en una playa cercana, la misma donde cinco años antes esparcieron las cenizas de un ser muy querido.

- Va por tí, hermana... Yo he tenido suerte... Y ahora hijo mío, como ella nos enseño. ¡¡SALTA!! 




21 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Gracias Susana. Y por desgracia, no siempre acaba así, y me refiero a la protagonista. A veces termina como terminó en el caso de su hermana. Un beso muy fuerte :D

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  2. Precioso final para una historia que te hace temblar el corazón.
    Un abrazo,
    Nuria.

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    1. Muchísimas gracias Nuria. Es una historia que, por desgracia, suele ser más usual de lo que imaginamos.

      Un beso:D

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  3. Me encantó leer tu relato, mi querida Margarita.

    Besos enormes.

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  4. ¡Hola! Me ha encantado el relato. La foto es muy adecuada ^^. Un beso.

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    1. ¡Gracias Aida! Vi la foto y no sé por qué, vino a mi mente el relato. Un beso preciosa :D

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  5. Bello y enternecedor! Buen relato.

    Fuerte abrazo Margarita.

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    1. Hola Ernesto. Muchísimas gracias. Espero que el verano esté resultando muy, muy bonito.

      Besos :D

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  6. Maravilloso este relato, cariño, me ha enternecido mucho
    Muchas gracias por compartirlo con nosotros
    Un besazo ♡

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    1. Hola Naya. Un beso muy fuerte y muchísimas gracias preciosa. Muuaakk :D

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  7. Hola Evan. Lo he narrado como con prisas, sin querer entrar demasiado en profundidad... pero no sé, necesitaba escribirlo.
    Muchísimos besos :D

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  8. Hola !
    Que bonita historia y muy realista ♡

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    1. Hola Mafer, por desgracia así es. Ojalá en un futuro esto deje de darse. Besitos :D

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  9. Buen relato, no, lo siguiente...

    ¡ENHORABUENA!

    Besos.

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  10. Me encanta, Margarita. Lo que puede cambiar tu vida en un instante o... no hacerlo, aunque creo que todo lo que nos ocurre nos modifica de algún modo, y en el caso de Pilar tal vez sea el valorar lo verdaderamente importante después de creerlo en peligro.
    Un besín, Margarita.

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    1. Sí, así es. En un instante todo puede cambiar, y por desgracia aunque parezca mentira, si que pasa eso de que cuando vas a perder algo es cuando lo valoras. Ojalá en un futuro esto no se de. Un beso muy fuerte preciosa :D

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  11. Estremecedora historia. Una buena noticia que le regalo la vida.

    tequendama

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    1. Hola tequendama, muchísima gracias y gracias por tu visita. Un beso muy fuerte y ojalá te quedes por aquí paseando. :D

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