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Capítulo 3
Despacio quitó el pequeño lacito y buscando
el amparo de la luna y su linterna empezó a leer...
“Es mejor viajar lleno de esperanza que
llegar”
¿Quién colocaría aquellos mensajes en las
botellas? Abrazó el pequeño papelito a su pecho y se tumbó un instante sobre la
piedra a modo de sirena descansando en mitad del océano. Y eso, supongo que es
lo que parecería a cualquier pescador nocturno que la avistase con aquella
melena larga y mojada descansando sobre la piedra.
Al fin decidió regresar a casa con su nuevo
trofeo. Cuando llegó, lo colocó junto a los demás...
“Si un día llegaras a caer, no te
preocupes. Haz como el sol, que cada tarde cae, pero cada mañana se levanta con
más resplandor”.
“La cabeza piensa, las manos trabajan, pero
el corazón es el que sonríe”
“Y... cuando menos lo esperas... ¡Todo sale
bien!”
“Ser sencillo es lo que te hace grande”
“No es lo que te sucede lo que importa, es
como respondes a lo que te sucede lo que hace la diferencia”
“Si el plan A no funciona, recuerda que el
abedecario tiene 26 letras más”
“Una persona cambia por dos razones,
aprendió demasiado o sufrió suficiente”
Así, de esa forma, llevaba ya Macarena
guardando botellas y mensajes en aquella estantería que sustituyó por una
mayor. Siete botellas tenía ya en su haber, siete hermosos mensajes y siete
nuevas sonrisas que compartía con su abuela, si bien, más de una vez, había
visto a la anciana llorar acariciando aquellas botellas, cosa que ella no
comprendía, ni su abuela le explicaba, al igual que tampoco le explicaba el por
qué de aquella tira de lana anulada a su dedo y que para su abuela era como la
mejor de las joyas.
Pero aquella mañana fue distinta. Aquella
mañana, algo cambió. Como solía hacer cada mañana, la joven se encontraba
absorta en su pintura. Había decidido dedicar la siguiente exposición a aquella
magia de las botellas. Las preguntas la bombardeaban... ¿Quién arrojaría esas
botellas al mar?, ¿Por qué?, ¿Qué significado podían tener aquellos mensajes
más allá de lo hermoso de su contenido? A veces, se imaginaba a un hombre de
mar curtido y solo mandando mensajes por doquier. Otras, pensaba en alguna
mujer que simplemente quería compartir con el mundo esa hermosura. Tal vez se
tratase de alguien solitario o incluso una pareja, que juntos, decidiesen
enviar las botellas a la deriva, para que así, quién las encontrase, fuese
feliz solo por un instante, o mejor aun, reflexionase y algo cambiara en su
día.
Las preguntas la bombardeaban mientras daba
vida a la forma redondeada de aquella botella transparente que estaba
inmortalizando junto a unas caracolas y unas rosas.
Pero hoy, no sentía ganas de pintar, sino
de investigar. El sol no dejaba de incitarla a sumergirse en las aguas frescas
que tenía tan cercanas, pero hasta que su abuela no se levantase y tomara su
medicación, no quería alejarse. Ana estaba bien de salud, pero a veces,
olvidaba medicarse y ella se sentía responsable de ello. Pero no fue el
habitual “buenos días” de su abuela lo que la desconectó de la pintura, sino
más bien el escuchar de forma apagada los gemidos, el llanto de la anciana.
Con prisas entró en la casa para descubrir
a la anciana sentada en su mecedora azul balanceando su cuerpo al tiempo que
limpiaba su rostro y miraba sorprendida a su nieta.
- Pensé que ya te habías ido a la playa
Maca.
- No abueli. Tú sabes que no me gusta salir
a ningún sitio hasta que tomas tu medicación. Hoy no voy a la playa, tengo que
ir al mercado. Pero no pienso ir a ninguna parte hasta saber qué es lo que te
pasa. Porque si estas botellas te ponen triste, te prometo que ahora mismo me
deshago de todas ellas y...
-Chsss, no. Al contrario. Lloro de
felicidad, mi niña.
Macarena se sentó junto a ella y observó su
rostro arrugado y a aun así, hermoso, sereno, complacido.
- No entiendo abuela. Hacía tiempo que no
te veía tan emocionada.
Ana miró a su nieta y sopesó si contarle su
historia o no. Finalmente, se decidió.
- Quizás debería contarte algo. Algo que
puede que te sorprenda.
La joven se sentó al lado de ella,
espectante, como cuando era niña y esperaba escuchar una de sus historias.
- Cuando estuve en la residencia, conocí a
un señor muy amable. Era algo más joven que yo, aunque no mucho – dicho esto,
la anciana sonrió con una gran ternura y Macarena comprendió que para ella, era
un tema delicado – Era un hombre muy sensible. Había sido un lobo marino.
Perdió a su esposa hacía ya muchos años y estaba muy unido a su único nieto, un
importante hombre de negocios que venía a visitarlo de vez en cuando, aunque no
tanto como ambos querían, me temo. Tenía una obsesión. Enviar botellas de
cristal al mar con un mensaje de aliento en su interior. Decía que en las
noches de soledad que él había vivido en alta mar, pasaba horas leyendo cuando
podía, y siempre fue un romántico empedernido. Cuando vio la película de
“Mensaje en una botella”, él ya había lanzado unas cuántas al mar.
- ¿Qué pasó abuela?
- Pues pasó que él y yo coincidimos en la
residencia y bueno, suena cursi, pero nos enamoramos. Lo que empezó como una
amistad bonita se convirtió en algo más. Mira. Este anillo de lana es mi
alianza de boda. Nos casó una de las enfermeras y hasta nos hicieron una
fiesta.
Macarena abrió los ojos sorprendida.
- ¡¡Pero abuela!! ¡¡Jamás dijiste nada!!
¡¡Podrías haberte casado de verdad!! Y me hubiese gustado acompañaros.
- Era nuestro secreto, Maca. Nuestro y de
nuestra cómplice. No necesitábamos papeles para estar juntos. Me consuela saber
que le acompañé hasta su último aliento. Sin embargo, su bella costumbre de
enviar botellas al mar, se apagó. Imagina lo que he sentido en mi corazón
cuando tú has empezado a traer estas botellas a casa.
- Pero abuela, entonces, ¿pudo haber
mandado él estas botellas?
- No. Desde que estábamos en la residencia
no pudo enviar ninguna de ellas. Pero parece ser, que hay alguien que opina
como él.
- O lo está homenajeando. ¿Tienes la
dirección de su familia? ¿De su nieto?
- No. Decidimos no intercambiar información
de los familiares, es más, os llamábamos con motes. Su nieto era “El trabajador
incansable” y tú “La sirena marina”. Esto – dijo la anciana señalando las
botellas – es una casualidad.
- O no, abuela, o no.
La muchacha pensó si confesarle a su abuela
que para ella, aquellas botellas también eran una fuente de curiosidad, e
incluso, de ilusión.
Solo tenía algo claro. No tenía forma
humana de averiguar de dónde venían aquellas botellas, pero al menos, lo
intentaría. Y tenía algo claro también, a su último cuadro añadiría una alianza
hecha con lana.
Que romántico se está poniendo tu relato. Me gusta, tu imaginación vuela y yo con ella.
ResponderEliminarmaiarosa
Muchisimas gracias María Rosa, lo cierto es que algo romantiquillo si que se está poniendo, ja ja. Muchos besos:D
EliminarMe gustan los diálogos y como estás llevando el relato, querida Margarita, un placer leerte.
ResponderEliminarBesos enormes y feliz tarde.
Muchisimas gracias María, eres un sol. ¡¡Besos!! :D
EliminarHOlaaa
ResponderEliminarMe gusta mucho el rumbo que está tomando, creo que es interesante, y ya estoy deseando leer lo que venga después
Un besazo enorme!
Muchisimas gracias Naya. Lo cierto es que son historias muy cortitas, ya queda poco... y a ver en qué pienso ahora, ja ja. ¡Muchos besos preciosa! :D
EliminarSeguimos ansiosos con la lectura...
ResponderEliminar¡Muchas gracias Navegante! Espero que te guste el desenlace. ¡¡Besos!! :D
Eliminar¡Qué gozada es pasear la vista por tus páginas!
ResponderEliminar¡¡¡GRACIAS!!!
Besos.
¡Gracias a tí amiga mía! Muchos besos :D
EliminarMargarita, ¡me has emocionado!
ResponderEliminarEn serio, eres escritora, tienes que publicar esta novela.
Las citas son preciosas.
¡Muchisimas gracias Nuria! Esta no es una novela, es una mini novela que creo solo para el blog. Son novelas muy cortitas que voy publicando cada fin de semana :D Pero... hay otra por ahí, un poquito más larga... así como que de cuatrocientas páginas que sí que es una novelita que voy a intentar lanzar. ¡Muchos besos preciosa! :D
EliminarQue historia más bonita estás creando!!!!!!!!
ResponderEliminarUn Beso
¡Muchas gracias Princesa! Me alegro mucho que te esté gustando. Un beso enorme :D
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