Hola amigos, aquí os traigo un
pequeño cuento, una leyenda española, que el otro día por casualidad, (o por
causalidad) encontré mientras ayudaba a mi hijo en sus tareas de naturales.
El caso es que me hizo mucha
gracia esta pequeña historia, pues de todos es conocido el maravilloso néctar
que las abejas nos regalan, sus beneficiosas propiedades y su variedad de usos,
tanto en cocina, como en remedios caseros de éstos que llamamos con cariño “de
la abuela”.
Pero, ¿alguna vez os
preguntasteis el “por qué” del aguijón?
Bueno, pues aquí comparto con
vosotros esta pequeña historia que me hizo mucha gracia. En vuestras manos dejo
que la toméis en serio, o no. J
La
leyenda de “La Abeja Castigada”
Después
de que Dios concluyera la creación de los animales y decidir cuál sería el
lugar que ocuparía cada uno en la tierra, quiso regalarles un último don. Para
ello, les convocó a Su Presencia y les dijo:
-
Os he dado las cualidades y la figura que tenéis, según me ha parecido que
sería lo mejor para la vida que habréis de llevar de ahora en adelante. Pero
quiero concederos una gracia a cada uno. Pedidme aquello que deseéis tener y os
lo daré.
Los
animales se alegraron muchísimo, y se decidieron a pedir su deseo.
El
león quiso tener más melena.
El
conejo, unas orejas grandes y móviles.
El
oso deseó dormir todo el invierno.
El perro,
quiso ser el mejor amigo del hombre.
La
jirafa soñó ser muy alta.
El canario
quería cantar de una forma extraordinaria.
Dios
los escuchó a todos, y a todos, concedió su deseo. Pero cuando ya iba a
retirarse pensando que todos estaban
satisfechos, escuchó zumbar a la abeja.
-
Señor, ¡aún falto yo!
-
Dime entonces que deseas abeja. Ya te he dotado de unos ojos maravillosos que
son capaces de ver todos los colores. Puedes volar, y entenderte con tus
compañeras. Fabricas una miel dulcísima… pero si crees que te falta algo, te lo
concederé al igual que he hecho con el resto de los animales.
-
Lo que yo quiero es que los hombres no puedan recoger el fruto de mi trabajo.
No quiero que me quiten la miel. Por ello, deseo que me dotéis de un arma que
sea capaz de herir al que quiera robarme.
A
Dios no le gustó aquella respuesta.
-
Abeja, hay miel de sobra para todos. Podrás compartir tú también con los demás
aquello maravilloso que te di.
-
Pero deseo un arma. Y dijisteis que me daríais algo. Lo que yo pidiese – añadió
la abeja enfadada.
Dios
reflexionó un instante y finalmente añadió.
-
Así será pues. Pero en castigo a tu mala voluntad, cuando claves tu aguijón en
un ser vivo, morirás.
Ya sabéis el motivo de que la
abeja muera cuando clava su aguijón. No sé lo que vosotros pensaréis, pero yo
lo tengo claro. Piensa muy bien lo que deseas… no vaya a ser que se te cumpla…
y te fastidien, ji ji.
¡Qué bueno! vamos dónde las dan las tomas, ¿no? Un abrazo :D
ResponderEliminarJi ji ji, ¡pues sí! Un beso muy fuerte Cristina. :)
ResponderEliminarvamos que los deseos siempre traen su parte positiva y su parte negativa
ResponderEliminarPues si Abbie, y es que la abejita fue un poquito egoista, así que ¡zasca! La pobre... Un beso cariño :)
Eliminarcurioso leer este texto en esta epoca que las abejas y avispas se encuentran en peligro de extinción.
ResponderEliminarBesitos!
En el caso de las avispas tendría que documentarme Marina, pero en el caso de las abejas, uf, como ellas se extingan, nosotros también. Que son vitales en nuestro ecosistema. Un beso preciosa :)
EliminarEs muy buena la historia, pero aun no me queda muy claro la enseñanza, me lo puedes explicar?
ResponderEliminarLa abeja fue un poquito egoista. Tenía toda la miel que necesitaba, y además, podía compartirla con los demás. Pero no quería compartirla y Dios se enfadó un poquito con ella. Por eso le concedió su deseo, darle esas arma que necesitaba para que los humanos la temiesen, pero a cambio de ello, no podría usarla indiscriminadamente, porque al hacerlo perdería la vida. Es un cuento un poco agridulce. Un beso Jen :)
EliminarTen cuidado con lo que deseas... ¡jajaja!. Me ha parecido una historia muy tierna, dulce y divertida, y me ha venido a la cabeza una película que había muy tonta en la que el diablo, que era mujer, se dedicaba a hacerle la vida imposible a un pobre hombre, "cumpliendo sus deseos".
ResponderEliminarMe encantan este tipo de cuentos. Habría que recuperar para nuestros peques las fábulas que nos contaban nuestros padres.
¡Un post genial!.
¿Verdad que sí? Precisamente en estos días estoy intentando escribir un cuento infantil para una amiga y ... no sé, no pude resistirme. Es que me gustó cuando la vi. Los cuentos que yo publico son escritos por mí, éste no. Este lo vi y me gustó mucho y por eso lo compartí. Supongo que sentí añoranza de eso, de las fábulas de la niñez. Un beso :)
Eliminarjajaj me gustó el cuento,,, al fin y al cabo la mayoría de las cosas de la vida son cuentos...
ResponderEliminarJa ja, así es Campanela. Al menos, yo desde luego lo veo así también. Un beso :)
Eliminar¡Hola!
ResponderEliminarMe encantan este tipo de cuentos, ya no solo para contarlo a los más peques de la casa, si no para nosotros mismos. Se aprenden muchas cosas de la vida con ellos. Moralejas sobretodo.
Gracias por el texto!
Un beso, nos leemos :D
¿Verdad que sí? Si lo piensas, algunos cuentos son casi más para mayores que para niños, ja ja. Un beso Sonia :)
EliminarEstá muy bueno, muchas veces somos como la abeja del cuento, teniendo de sobra, o queremos más o somos mezquinos!
ResponderEliminarSaludos
Pues si Melanie, ja ja. Gracias por visitarme. Besos :)
EliminarMargarita! Gracias por ese cuento ya se lo contare a Cookie!
ResponderEliminarEs genial para niños, ¡y para los mayores! ja ja . Muchos besos cariño :)
Eliminarun deseo con su parte negativa y positiva, muy graciosa la historia jeje, la verdad, no la conocía, otra vez se pensara lo que va a pedir. Buena moraleja, si señor!!
ResponderEliminarPues si Sandra, ja ja, hay que pensar bien lo que se desea que luego fíjate tú lo que pasa. Muchos besos :)
Eliminarjaajja...la verdad es que esta bastante gracioso.
ResponderEliminarGracias Lucía, un beso :)
Eliminar¡Que buena moraleja! La verdad es que hay tener cuidado con lo que se desea, ya que muchas veces se cumple pero otras se puede volver en tu contra, como le sucedió a la pobre abeja. Muchas gracias por tu historia, ya que además de divertida tiene una valiosa lección. Besos
ResponderEliminarMuchisimas gracias a ti por visitar mi pequeño rincón.Me alegro que te haya gustado, ja ja. Besos :)
EliminarUna moraleja muy buena, la verdad!
ResponderEliminarEspero tu opinión en mi último post, mil besos ;)
Hola preciosa. Sí ya te he dejado mi opinión en tu último post, ja ja. Me gustan mucho esos productos. Un beso muy fuerte :)
ResponderEliminarYo creo que el mensaje de esta historia, según lo persibo yo, es que uno no debe ser egoista con los demás. Toda aquella persona que desee un mal ajeno, el suyo viene en camino y sí, Dios concede todo aquello que deseamos, así que hay que tener mucho cuidado con lo que pedimos. Besos.
ResponderEliminarEstoy totalmente de acuerdo contigo Susie. Un beso preciosa:)
EliminarMuy buen relato, con una gran moraleja, buen lunes!
ResponderEliminarGracias Javier, y buen resto de semana ja ja. :)
EliminarHola
ResponderEliminarMe encantó este relato, la verdad es que no lo conocía y me hizo un poco de gracia, tiene una gran lección
Gracias por compartirla con nosotros
Saludos
Gracias Nany, a mi también me hizo gracia y me gustó la moraleja. Un beso :)
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