Amiga mía, tengo que
contarte algo muy importante, pero, no sé cómo hacerlo. Nos conocemos desde hace mucho tiempo y no quiero perder tu
amistad, pero necesito aclarar esto contigo.
Se trata del pasado fin de
semana. Me pareció bien que tú, Juan y yo decidiésemos viajar y olvidar un poco
la rutina. Recuerda, (no hace tanto), que los tres marchamos con la ilusión de
pasar dos días ajenos al resto del mundo. Yo siempre lo tuve claro. A pesar de que
Juan me gustaba desde hacía mucho tiempo, nunca me atreví a decir nada. Ni
siquiera a ti. Ni siquiera cuando te ponías tan pesada con ese primo de Juan,
ese tal Andrés… que conociste una vez. Yo siempre callada. Pero este fin de semana tenía planeado hablarte
sobre mis sentimientos hacia Juan. Es más, tenía pensado declararle a él mis
sentimientos.
Cuando decidimos partir el
viernes, yo no imaginaba lo que viviríamos en aquél lugar de ensueño elegido para
nuestro descanso. Sí te confieso, que metí en mi maleta lo mejor que
tenía, lo más bonito, lo más sugerente...
Mi ilusión secreta, el momento en que Juan me dijese que yo también le gustaba.
Mi ilusión secreta, el momento en que Juan me dijese que yo también le gustaba.
Aún recuerdo cuando
llegamos y descargamos las maletas. Tú fuiste descarada y coqueta cuando
dijiste riendo con ganas y nerviosismo a la vez que solo había dos
habitaciones. Yo pensé, no está mal. Ella y yo compartiremos habitación. Pero
quedé alucinada cuando ante mis ojos, tú y Juan os distéis un beso de ésos que
hacen que una sienta unos deseos inmensos de llorar y golpear algo con fuerza. No
sé si recuerdas la enorme sonrisa en vuestras caras cuando me anunciasteis que
erais pareja en secreto. Cosas del trabajo, añadiste. Y yo sentí que me
ahogaba.
Querida amiga mía. ¿Quién
iba a decirme a mí que las cosas iban a cambiar de rumbo con tanta facilidad?
Decidí acomodarme en la
habitación individual y simular una
alegría que estaba muy lejos de sentir. ¿Qué
hacía yo allí? Quería irme, alejarme de vosotros. Sentía ganas de llorar y una
garra por dentro de mi estómago estrujando y arañando mis entrañas.
Y entonces, llegó Andrés.
Con su sonrisa, su
encanto, su carisma. Juan le había dicho que venía con su novia y “una amiga” y
él vino, a hacer de mi acompañante. Andrés, tu Andrés, el que siempre te gustó,
el que siempre te quitó el sueño. Y en ese momento me miraba a mí, me dedicó
una hermosa sonrisa, de ésas que hacen que te tiemblen las rodillas, e incluso
tomó mi mano con cariño y besó mi muñeca.
El dolor seguía ahí, pero
pensé que al menos, Andrés me ayudaría a pasar el fin de semana ajena a ti y a
Juan. Yo estaba muy confusa, y tu cara parecía un poema. Hasta que al fin me llevaste
aparte, ¿recuerdas? Nerviosa me dijiste que te gustaba Andrés, pero que salías
con Juan para ponerle celoso y hacerle reaccionar.
Mi confusión llegó al
límite cuando te vi marcharte con él, con Andrés. Al mismo tiempo, Juan no dejaba de
decirme lo hermosa que estaba, lo bien que me sentaba aquél vestido, y tras un
par de copas, pasó a decirme directamente que tú y él teníais una relación
abierta y quería pasar la noche conmigo.
Querida amiga, permíte que te diga que no entiendo bien la situación, pero algo sí que tengo claro. Tenía
que hablar contigo.
¿Pero qué puñetas os pasa?
¿Estáis locos, o qué? Ya le dije a Juan que se fuera a hacer gárgaras, y empecé
a preparar mi maleta para marcharme, cuando escuché el ruido que hicisteis tú y
Andrés al entrar en la casa, borrachos y riendo a carcajadas.
Después tú te marchaste
enfadada, gritando improperios, y yo decidí salir de allí también. Un ruido me
hizo detenerme. Como movida por un resorte volví sobre mis pasos, silenciosa, y
allí estaban Juan y Andrés, ajenos a mí, dándose un beso.
Si tú quieres tener un
amor libre, es tu decisión. Pero por si no sabes que a Juan le gusta tanto la
carne como el pescado, tenía que decírtelo. Por cierto amiga, no vuelvas a
invitarme jamás a pasar un fin de semana contigo.
Hola!! Muy buen texto, no se porque hay amigas que son así como la que describes, me pregunto si es una vivencia personal?
ResponderEliminarSaludos, gracias por compartir.
Ja ja ja, ¡no! ¡Por suerte, no me ha pasado! Es totalmente ficticio. Besos :)
EliminarA veces pasa, hay amigos que ni comen ni dejan comer. Deben tener un concepto muy extraño de la amistad.
ResponderEliminarCreeme María, con amigos como esos... uf ¡Muchos besos!
EliminarHola. Que fuerte me resulta esa situación. Yo hubiese hecho lo mismo. Primero si es tu amiga que te lo hubiese comentada. Gracias por compartir. Besos.
ResponderEliminarEs que es una situación muy fuerte Isabel, ja ja. Pero por suerte, totalmente ficticia. Muchos besos :)
EliminarGran relato muestra una situacion muy real para muchas... <3
ResponderEliminarGracias Sandra, en este caso yo he usado la imaginación, pero sí, supongo que sí, que habrá más de un caso de éstos. Besos y muchas gracias por pasarte por aquí :)
EliminarJa ja ja que buenísimo texto me ha enganchado y de que manera! Buenísimo desenlace, yo pensando que pasa con una pareja u otra y que lio es este y me sales con ese final. Buenísimo. Me encanta esa vuelta de tuerca.
ResponderEliminarMuchisimias gracias Zoraida, la verdad es que no pude resistirme, ji ji. Soy un poquito traviesa, y digo... ala, venga... vamos a rizar el rizo, ja ja. Un beso Zoraida :)
EliminarAl principio podia ser un relato que le pasará a más de uno pero el final ya es de telenovela total jajajajjaa
ResponderEliminarJa ja , muchas gracias Pilar. La verdad es que yo no quiero verme jamás en esa situación, soy además una persona muy clásica, jaja, pero la verdad es que más que casualidad, existe la causalidad, y escuché una conversación muy interesante en una cafetería. Escuché tres palabras y media, y yo puse las 700 restantes, ja ja. Un beso :)
Eliminarmuy chulo porque no te lo esperas
ResponderEliminarQue fin de semana! jajajajaj Buenisimo Margarita! Besitos
ResponderEliminar¡¡Muchas gracias preciosa!! Siiii, esta criatura tuvo un fin de semana que no veas, ja ja. Muchos besos :)
EliminarNo me quiero ni imaginar lo que hubiera pasado si a algun@ de l@s protagonistas se le hubiese ocurrido llevarse al finde un caniche, jje jje.
ResponderEliminarEn fin, sigue usted siendo una malvadilla jje jje.
Besos
Ja ja, pues sí. Hay que escribir sobre todo, hay quien me ha dicho que de vez en cuando escriba sobre algo más movidito, ja ja. :)
EliminarMuy real, me suenan demasiado estas situaciones..
ResponderEliminarUn besotte!
Hola Saritta. Si te soy sincera yo no conozco ninguna situación real, aunque sí es cierto que tienen que darse situaciones como éstas, y aun más complicadas. Un beso :)
EliminarHola!Siempre hay gente así que no piensan en los sentimientos de los demás por muy amigos que sean.Es una buena historia y me ha gustado leerla.Me gustaría que escribieses más cosas así :-)
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