lunes, 19 de octubre de 2015

Las pequeñas virtudes

Ayer mismo recibí un bello obsequio. Un amigo que comparte mi amor por la literatura, me regaló esta maravilla. 

Ya he saboreado las mieles de sus páginas.

"Las pequeñas virtudes" es un libro escrito por Natalia Ginzburg (1916-1991), una de las voces más singulares de la literatura italiana del siglo XX. 

Nacida en Palermo, publicó en 1934 su primera narración, tras la cual escribió obras teatrales, ensayos, novelas...

Su primer marido, Leone Ginzburg, un intelectual antifascista de origen ruso y profesor de literatura rusa, fue detenido y torturado hasta la muerte en la cárcel de Regina Coeli de Roma en 1944. Fruto de ese matrimonio nacieron tres hijos. 

Se casa en 1950 con Gabriel Baldini, profesor Universitario y especialista en literatura inglesa que fue director del Instituto Italiano de Cultura en Londres, con el que tendrá dos hijos, falleciendo en 1969 y continuando Natalia con su escritura. 

En 1983 es elegida diputada del Parlamento por el Partido Comunista Italiano. Falleció en la noche del 6 al 7 de octubre de 1991 con una larga trayectoria de obras realizadas. 

"Las pequeñas virtudes" es una especie de danza entre un ensayo y una autobiografía. Se compone de once textos de temas diversos, que comparten una escritura instintiva, radical, una mirada comprometida, humana. 

Son textos narrados de una forma sencilla y hermosa, que mecen al lector y le enganchan, atrayendo hacia sí el interés de la persona que tiene este libro en sus manos, tanto por la forma tan cercana de describir situaciones o momentos, como por los sentimientos mostrados en sus líneas. 

A continuación, te dejo dos fragmentos pequeños para hacerte la boca agua...

Dentro del relato "Retrato de una amigo"

"... A veces, a través de la niebla se filtra un sol tenue, que tiñe de rosa y de lila los montones de nieve, las ramas desnudas de las plantas. En las calles y las avenidas, la nieve ha sido retirada con palas y reunida en pequeños montones, pero los parques públicos siguen aún sepultados bajo un espeso manto intacto y blando de un dedo de grosor en los bancos abandonados y en los bordes de las fuentes; el reloj del picadero se ha parado desde tiempo inmemorial a las once menos cuarto..."

Dentro del relato "Mi oficio"

"... Lo que escribo entonces tengo que buscarlo fatigosamente fuera de mí. Puedo hacerlo algo mejor que estudiar un idioma extranjero, o hablar en público, pero sólo algo mejor. Y tengo siempre la impresión de engañar al prójimo con palabras que tomo prestadas o que robo aquí y allá. Y sufro y me siento exiliada. Por el contrario, cuando escribo historias soy como alguien que está en su tierra, en calles que conoce desde su infancia y entre muros y árboles que son suyos..."

"... Comprendí que era mi oficio hace mucho tiempo. Entre los cinco y los diez años tenía mis dudas, y a veces imaginaba que podía pintar, a veces que conquistaría países a caballo y otras veces que inventaría nuevas máquinas muy importantes. Pero desde los diez años lo he sabido siempre, y me afanaba como podía con novelas y poemas. Todavía conservo aquellos poemas..."



2 comentarios:

  1. Tengo que decirte que lo apunto ya, ya me has picado la curiosidad. Un abrazo :D

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    Respuestas
    1. Es de esos libros para leer tranquila, con calma y mecerse en sus líneas. Espero que te guste cariño. Un beso muy fuerte:)

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