Besos de Chanel, Noelia Medina

 

Hola amigos míos, hoy, una vez más, un libro de mi amiga Noelia Medina. Siempre que traigo un libro de Noelia digo que es muy especial, pero en este caso... 

Sin querer desvelar más de lo que he de desvelar, solo puedo deciros que esta historia de amor me ha llegado al alma, y cuando digo al alma, es al alma. 

Pero, ¿de qué va la última novela de Noelia?

Valeria Cifuentes lo tiene absolutamente todo: dinero, estatus social, un marido que la quiere y la consiente y un hijo que es lo más importante para ella. Pero un día algo más se añade a esa inmensa lista de propiedades: un dosier con el diagnóstico de la última revisión médica que ha conseguido romper completamente el transcurso de su vida.

Su marido, que no puede dedicarle todo el tiempo que le gustaría, decide derivar la función en uno de sus trabajadores más fieles y lo contrata como acompañante de Valeria, casi las veinticuatro horas del día.

Iván es hasta entonces un mozo de cuadra, pero de la noche a la mañana se convierte en el perrito faldero de la ricachona que más odia en el mundo. Más joven que ella, mordaz y conocedor del carácter y de la poca delicadeza de su jefa, se encuentra en la necesidad de aceptar el trabajo si quiere resolver sus problemas personales y conseguir eso que tanto ansía: destrozar la vida de los Cifuentes.

La indomable Valeria topará con la horma de su zapato, un tipo desvergonzado, directo y sobrado de seguridad con el que abrirá una guerra sin percatarse de que su enemigo es, en realidad, quien pasará a su lado el duro duelo.

Odio, miedo, amor y superación tendrán lugar entre las estrechas calles de la ciudad de Carmona, siendo esta la única testigo de un tórrido romance. Pero, sobre todo, sus suelos empedrados serán conocedores de las caricias más intensas y del placer más absoluto que dos enemigos puedan otorgarse.

Sí, habéis leído bien, los escenarios de la novela son en la ciudad de la autora y también la mía, Carmona. En los últimos años, asistimos a la mágica alfombra de girasoles que siembran de amarillo nuestros campos, y que son foco de atención tanto de los foráneos como de los forasteros. 

Para Noelia, una inspiración con un significado muy especial que explica en la misma novela:

"Se dice que en la mitología griega, la ninfa Clitia, que estaba muy enamorada, cayó a los pies de Helios, el dios del sol. Y aunque Clitia era muy bella, él no correspondió a su amor. A Clitia se le partió el corazón y murió, transformándose en un girasol que gira constantemente al sol con el fin de ser capaz de ver a su enamorado"

Me gusta mucho la forma en la que Noelia cuenta las historias. Tiene una habilidad innata para seducir al lector y engancharlo sin que pueda escapar de su lectura. A lo largo de los últimos años, he leído mucho de ella, pero este quizás sea el libro que se ha llevado más de mi corazón. 

Valeria, la protagonista, es una mujer que vive una vida de resignación, y a pesar de tenerlo prácticamente todo, le falta lo más importante, el sentir que su vida tiene sentido. 

Una enfermedad la sacude, la hace pensar en esa vida a la que quiere aferrarse, y cuya única sujeción parece ser su hijo. Y en este trance, conoce a Iván, un joven que parece desafiarla de forma constante, a pesar de la frialdad y altanería de ella. 

Por supuesto, él tiene motivos ocultos para estar ahí y aguantar a esa insoportable mujer, que sin embargo, conforme va conociendo, le muestra una cara oculta que cada día le es más difícil obviar. 

A una historia que ya de por sí engancha, se unen unos escenarios que me son bien conocidos, donde la autora no deja de enumerar los distintos lugares en los que esta pareja va marcando su destino, y que son bien conocidos por mí, incluida esa alfombra de girasoles, en la que no hace mucho me fotografíe una mañana radiante de sol. 

Las situaciones que se explican a lo largo de las páginas, son de una humanidad increíble, donde Noelia nos acerca a una enfermedad temida y por desgracia, muy presente. 

La historia de amor irá tomando forma, comenzando como una chispa de pasión que se transformará en fuego líquido, de una manera que parecerá incluso lógica, pues realmente los personajes van evolucionando de una forma tan veraz, que no podía ser de otra forma. 

Cuando terminé de leerla, como siempre, le puse un audio a Noelia y le dije que esta novela me había tocado el alma. 

Ella me confesó, que a ella también. 

Al final del libro, una carta de amor es el broche perfecto, una carta titulada "Eres playa". De esa carta me quedo con el último párrafo, pues se me ha quedado cosido al alma, pero no puedo compartirlo con vosotros porque haría un spoiler bestial del final de la novela, confiad en mí cuando os digo, que es sumamente preciosa. 

Yo despido esta reseña con una frase de esa carta, una frase al azar...

"Qué sabrán los papeles en blanco de los sentimientos imposibles de ser plasmados en ellos. Ni el mejor narrador cuenta con ese poder. Pero yo, inexperto, al menos estoy intentándolo..."