Recuerdo tu voz, suave, segura, convincente. Recuerdo tu voz diciendo "Te amo". Las espigas de trigo nos servían de escondrijo bajo un sol repleto de azul. Nuestras risas solo se silenciaban cuando nuestros besos así lo requerían. Teníamos quince años. Éramos felices. El mundo al completo estaba bajo nuestros pies.
¿Recuerdas? Te burlabas de mí porque yo nunca quería vestir de gris. Solo quería colores vivos en mi vida y a ti aquello te hacía mucha gracia. ¿Recuerdas? Bromeábamos diciendo que el único gris de mi vida era el reflejo de tus ojos.
Un día me dijiste que habías de marchar. Que sería poco tiempo. Que tuviese paciencia. Que esperase por ti, que regresarías a mi lado y cuando lo hicieses colocarías un anillo en mi dedo. Yo te dije que no hacía falta un anillo para saber que me amabas. Pero tú insistías en ello...
Pasó el tiempo. Pasaron los años.
Y un día regresaste.
Traías contigo quince años más, un elegante traje de chaqueta gris oscuro y un corte de pelo caro. También traías una esposa y un hijo.
Me miraste a los ojos. Tú y tu mirada gris.
Tu esposa también lo hizo. Con cierta pena como escudo a algo que parecía inseguridad.
Ni tan siquiera pronunciaste mi nombre, aunque si lo escribiste en un papel que dejaste pasar bajo la abertura de mi puerta.
Nos vemos donde siempre.
Pensé que necesitabas hablar. Y así era. Me explicaste como te sentías, cuántas cosas te habían pasado, cómo la vida te había cambiado. Cuáles eran tus nuevos sueños. Me tomaste la mano y me dijiste que al menos sabías que yo no necesitaba un anillo. Que lo nuestro estaba por encima de ello. Y después me besaste.
Ese día yo vestía de un blanco que se veía gris bajo un cielo que comenzaba a llenarse de nubes oscuras.
Esperaste mi respuesta.
Y yo... te sonreí.
-Entonces, ¿todavía me amas? - te pregunté.
-Por supuesto, jamás dejé de hacerlo. Pero las circunstancias...
Y yo te besé. Y después te conté una historia. ¿Recuerdas?
Te hablé de mi padre. La gente del pueblo decían que estaba loco. Mientras lo hacía, toqué con mis manos las espigas de trigo que comenzaron a oscurecerse. Después te hablé de mi madre, la gente del pueblo decía que tenía un trastorno de la personalidad. Y mirando al cielo, donde ella seguro está, las nubes se espesaron y se volvieron de un gris tan oscuro que parecía noche.
Y después de hablé de mí.
El viento empezó a soplar con fuerza.
Tú dijiste de volver.
Yo te dije que no era necesario. Ya había probado tus labios. Antes eran fuego, ahora eran hielo gris. Así que levanté las manos y pronuncié unas palabras que mi madre me cantaba desde pequeña. El gris nos rodeó y tu parecías asustado.
Yo reía a carcajadas. Ahora... amaba el gris.
Solo tuve que mover un poco las manos. Solo un poco. Y el gris llamó a más gris que a su vez buscó más gris... Y de pronto... habías desaparecido.
Lástima.
Tu cuerpo apareció unos días después. Un infarto, decían. Lástima, tan joven. A todos extrañó el anillo de espiga gris que sustituía tu alianza de casado. A algunos extrañó que hubiesen virutas de espigas en tus pulmones. A tu esposa extrañó que tu cuerpo apareciese en un trigal... junto al cuerpo de aquella joven que fue tu novia en la juventud, y que tú le confesaste una noche de borrachera, haber asesinado antes de partir...
Memórias quem as não tem?
ResponderEliminar.
Feliz fim-de-semana.
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Pensamentos e Devaneios Poéticos
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Recuerdos que se quedaron en suspensión hasta la venganza... Besos Rykardo, buen fin de semana :D
EliminarVaya giro inesperado. Un beso
ResponderEliminarHola Susana, si es que tú sabes, ya hacía tiempo que no ponía uno de mis giros, jaja. Besos :D
EliminarTremendo, poco más puedo decir. Me ha gustado mucho, mucho.
ResponderEliminarNo me canso de aprender de los que sabéis.
Un beso y gracias por este regalo.
Muchísimas gracias Ángel, a mi me pasa igual contigo. Cada texto tuyo es un aprendizaje hermoso. Besos :D
EliminarHola, Carmen
ResponderEliminar¡Qué profundo e inesperado!
Por la imagen del inicio me imagine algo diferentes, lo he amado por completo.
Saludos.
¡Muchisimas gracias! Fue una locura de última hora, jaja. Besos :D
EliminarUma história trágica de um amor marcado por presságios que conduziram ao abismo.
ResponderEliminarAbraço amigo.
Juvenal Nunes
En efecto, así es. Muy bienvenido amigo mío a este pequeño rincón de historias. Besos :D
EliminarOhhh, como siempre me pasa contigo, has conseguido engancharme y sorprenderme.
ResponderEliminarUn beso muy fuerte, Margarita.
Ja jaja, ¡muchísimas gracias preciosa! Besos :D
EliminarUna historia muy bonita y triste, muy lírica.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
Besitos.
Hola Noelia, antes escribía historias largas para el blog. Incluso creé una sección que llamé "novelas cortas" o algo así, ja ja. Eran historias que colgaba por capítulos. A la derecha del blog tienes el enlace a la última que subí. Escribía muchas historias de este tipo, con final digamos un poco inesperado. Besos :D
EliminarHola Margarita me ha encantado el texto enhorabuena :) mezcla tantas cosas. Un abrazo enorme.
ResponderEliminarHola Ainhoa, me ha cogido la cabeza como si fuese una batidora, jaja. Besos :D
EliminarUna venganza de ultratumba. Eso me suena aunque eso de que ya estaba muerta y aparezca el cuerpo... Bueno, alguien se cobró la deuda.
ResponderEliminarLo has descrito de una manera tan romántica que su crudeza se diluye lentamente.
Un beso enorme.
Muchísimas gracias Mag. Besos cariño :D
EliminarHola Margarita!! Me encanta el bello relato que nos traes en esta ocasión,es precioso y con ese toque gótico. ¡Genial, como siempre! Besos!!
ResponderEliminar¡Muchísimas gracias Ana! Muchos besos :D
EliminarHola Margarita!
ResponderEliminarQue bonito relato, me encantó la verdad el melodrama y ese inesperado giro fue genial.
Un saludo
¡Muchisimas gracias Yessykan! Besos :D
EliminarWoo que impactante! De veras no me esperaba ese giro! Te felicito !
ResponderEliminar¡Muchisimas gracias Magalí! Besos :D
EliminarMuy bonito con un gran final. Saludos Margarita.
ResponderEliminarMuchisimas gracias Sandra. Besos :D
EliminarHola Margarita. Buenas tardes.
ResponderEliminarEste relato me engancho tanto y me ha gustado tanto, que quizás hubiera necesitado continuar leyendo. Ha sido maravilloso leer esta historia de amor.
Besos y abrazos, amiga.
El gris es protagonista de tu historia...Va avanzando lentamente, anunciando un triste final. Muy bueno y conseguido, Margarita...La vida mueve los hilos sin darnos cuenta y a veces nos aboca a otros proyectos y destinos.
ResponderEliminarMi abrazo entrañable y agradecido por tu amor a las letras y tu cercanía.