El miedo a la página en
blanco es algo que nunca temí, tal vez, porque sentía en mi piel el tacto cálido
de aquella musa de la inspiración que tomaba mi mano. Más el amor es así,
caprichoso y altanero, y hay que cuidarlo, mimarlo, amarlo.
La dejé un poco de
lado, la dejé, y ella se sintió dolida, lastimada, herida. Pocas alternativas la
incitaron, salvo escapar de aquella situación que solo yo había provocado. Se soltó
de mi mano.
De inmediato capté el frío
atenazando y sentí un inmenso pánico. La llamé, susurré su nombre, imploré su
perdón y su regreso. Más ella había cubierto su rostro y su cuerpo de un velo
pintado con otros horizontes. Horizontes tupidos de aquellas letras que
debieron navegar por el lienzo, pero se perdieron en el intento.
Probé a encender velas,
abrir ventanas, escuchar música y hasta danzar. Conocer otras historias, dar paseos
hechos de madrugadas, invocar a los hados del sueño, retar a la rutina… pero
nada resultaba. Ella seguía cubierta con aquél horrible velo pintado, cubriendo
su mirada violeta con esas tupidas pestañas que hasta ahora yo no había odiado.
El sueño se volvió vigilia
alargando las noches, los días tornaron cansinos y a pesar de mis esfuerzos, el
velo no caía.
Fue entonces qué
comprendí. La había abandonado. La había dejado a su suerte, inmersa en otras
tantas cuestiones, y ella sufrió la cotidianidad y el desasosiego. Claro que
cubrió su fuerza con un velo y lo pintó negro. Si vuelves tu rostro a la
inspiración, ella tornará lejos.
Fue entonces que lo vi, lo
sentí, al mismo tiempo que veía que su velo pasaba de la noche al día, y su
mirada encendida y febril enfrentaba la mía.
“No volveré a abandonarte”, le susurré con cariño casi lascivo.
Debió sentir mi verdad,
pues su velo se deslizó como se deslizan las hojas por un arroyuelo suave,
acariciando el suelo. La idea renacía, la forma no era importante, ahí estaba
la luz perdida, el resurgir de su voz silenciada tras mi tinta. Yo le daría eco
a su voz, yo por ella gritaría.
Me senté frente a la hoja
en blanco y empecé a llenarla de negras letras que bullían como hacía tiempo no
lo hacían, saliendo a borbotones, casi sin sentido, atropelladas, urgentes,
desprendiéndose de su velo y acomodándose en mi mente.
Sentí su beso cálido en el
cuello.
- No
vuelvas a abandonarme nunca – le imploré con los ojos húmedos.
- No lo hagas tú – me acarició el susurro del viento, volviéndola bailarina de humo
que jamás fue sólida.
La
hoja se cubrió de siluetas con alma de historias y sangre de tintas de pluma.
La inspiración había regresado a mi interior; mientras a mis pies, seguía
yacente como muestra de que todo aquello había sido una realidad y no un sueño…
aquél velo ahora transparente.
Hasta la falta de inspiración te inspira. Un beso
ResponderEliminar¡Hola Susana! Pues fíjate tú por dónde me salió este velo pintado, ja ja.
EliminarMuchos besos :D
Bello como todo lo que toca tu pluma.
ResponderEliminarTe pido mil disculpas por mi ausencia, sería largo e inútil explicarlo, pero cada vez que pueda pasaré por acá.
Besos, muchos.
¡Oh Navegante! No tienes que pedir disculpas por nada. Tú y yo sabemos que ambos nos visitamos cada vez que podemos, así que no te preocupes. Solo espero que no haya sido nada negativo y que estés bien. Por lo demás, encantada de recibirte siempre.
EliminarMuchisimos besos :D
¡Olé tu menda!
ResponderEliminarLa magia de tu pluma se mete muy hondo y se queda a vivir para siempre...
Besitos, guapetona.
¡Ja ja ja! ¡Gracias Mari Carmen! ¡Muchisimas gracias! Muuuaaakkk :D
EliminarOhhh!
ResponderEliminarEs precioso este relato. Una oda a la página en blanco. Me gusta.
Besosssssss
¡Hola Maite! Pues fíjate, con la mente en blanco, y con la página en blanco, y llegó este velo para que lo pintase, ja jaja . Muchos besos :D
EliminarA veces ponerse ante un espacio en blanco es lo mejor para romper el silencio y reírse de la inspiración.
ResponderEliminar¡Un besote!
¡Y que lo digas! Llevaba tanto sin poder sentarme a escribir... qué bien me ha venido.
Eliminar¡Muchos besos! :D
hola margarita! la imaginación nos cura, nos sana, nos hace mejores y mas felices, gracias!1 saludosbuhos
ResponderEliminar¡Y que lo digas! La imaginación ha salvado más de una y dos situaciones de mi vida, ja ja .
Eliminar¡Muchos besos chicas! :D
Que genial escritora, todo te inspira, se nota por este texto que has escrito. Saludos desde El Blog de Boris Estebitan.
ResponderEliminar¡Hola Boris! Muchisimas gracias, tienes que decirme cual es tu blog para seguirte también. He entrado y he visto que tienes varios y en algunos no publicas desde hace tiempo.
EliminarMuchas gracias por entrar en mi mundo.
¡Besos! :D
De verdad, lo bien que escribes es alucinante
ResponderEliminarYo cada vez que te leo flipo más, increíble * . *
Mi más sincera enhorabuena cariño
Un besito!
Gracias Naya, esto ha sido una oda a la página en blanco, porque además ultimamente tengo muy poco tiempo para escribir, pero fíjate, salió, ja ja.
EliminarMuchos besos :D
Que cosa más bonita!te espero por mi blog!💗💗💗
ResponderEliminarClaro Carolina, ahora mismo me paso. He estado unos días un poco aislada de todo, ya estoy de regreso. ¡Besos! :D
EliminarSugerente escrito y buen trato entre lo inspirado y su causa. La entrega absoluta al encuentro con lo que nos hace crecer y volar. No hay otra regla y el amor es lo primero, sin él nada sirve.
ResponderEliminarContinua escribiendo, volando y soñando.
El amor eres tú.
Buenos días cariño.
Ricardo.
Muchisimas gracias Ricardo, lo has captado a la perfección, cosa inevitable por otro lado con la sensibilidad que posees. He estado un tiempo sin poder sentarme a escribir y me faltaba esa parte de mí, lo necesitaba. Hoy me senté ante la pantalla y por primera vez no sabía que plasmar. A partir de la primera frase todo salió solo, ja ja ja.
EliminarMuchos besos :D
fantástico
ResponderEliminarGracias Jesús, estoy practicando para el 5 de octubre. :D
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