sábado, 23 de junio de 2018

El hombre que escondió el sol en una caja de cartón. Capítulo 3 y último




Capítulo 1
Capítulo 2


Capítulo 3

Los aldeanos no dejaban de correr para todos lados y llorar aterrorizados. El sol no estaba en el cielo. ¿Era aquello el fin del mundo? Mientras, Jacinto se sentaba a esperar paciente el momento. Ya había escrito una nueva carta, esta vez al destino.

- Te devolveré el sol cuando tú me lleves hasta mi luna.

Los primeros días tuvo que aguantar el llanto y las protestas de los vecinos, porque todos sabían que solo Jacinto había podido hacer algo así. Le tildaron de loco y de imprudente, de egoísta y hasta de ausente.


Las flores comenzaron a morir. Los campos estaban mustios, las personas tenían el ánimo bajo y se sentían cansados. La propia luna estaba agotada. Ella no podía dar el calor y la luz del sol.

Pero Jacinto no cedía.

Cada día bajaba y refrescaba un poco el sol. Tuvo que cambiar varias veces la caja de cartón que lo escondía. Pero el sol comprendió su dolor y no prendió fuego al cartón, ni a las mantas, ni a la casa, ni a Jacinto. 

Nada cambiaba y Jacinto empezó a desesperarse. Cuidar del sol le suponía mucho trabajo. Además era un poco mandón y tenía que regarlo continuamente.

Terminaba exhausto y solo tenía fuerzas para sentarse en la vieja mecedora del porche, junto a las hermosas hortensias que Ana plantó.

Fue entonces cuando descubrió con gran pesar, que éstas, se estaban secando.

El agua no era suficiente. Aquellas plantas necesitaban al sol.

Comprendió su error. Por abandonar él esta vida, estaba condenando a la muerte a otros. Abatido, vertió las lágrimas suficientes para formar una laguna. Y al fin, liberó al sol.

Fue entonces cuando una carta llegó a su regazo. Una carta del propio destino.

- Ni la propia muerte sabe cuál es el fin, ni la propia vida cuando comienza todo. Cada hombre tiene su propio destino, pero también cada destino se ramifica en caminos, que ese mismo hombre ha de tomar. De nada sirve el poder, si el corazón se vacía, y solo cada ser, sabe de qué quiere llenar ese corazón. Has devuelto el sol a su lugar, porque has decidido dejar que yo, el destino, gane esta batalla. Pero sin saberlo, en tu rendición, has sido tú el vencedor y no el vencido, pues has sido humilde, y ésa era la lección que debías aprender.

Una pequeña luz azulada emergió. Una pequeña luz hizo a Jacinto sentir miedo. Pero ya era tarde. Había retado al destino, a la vida, y a la propia muerte. La señora de la guadaña entró por su ventana, le saludó con una reverencia de reconocimiento y hasta le sonrió, al fin le dejaría en paz. Se lo llevó junto a su amada, con suavidad. Posó su esquelética mano en el hombro de Jacinto y le susurró secretos al oído mientras ambos abandonaban este mundo.  


Cuatro horas después, el bullicio en la residencia de ancianos era inmenso.

- Pobre don Jacinto. Ha muerto esta madrugada.
- Criatura, estaba loco de atar, pero era tan cariñoso. Le echaremos de menos.
- Sí, Jacinto y sus desvaríos. Para él, todas aquellas alucinaciones eran reales. Pero quién sabe que entresijos tiene la mente escondidos. La demencia senil es realmente cruel.
- Así es. Pero bueno, al menos, ahora descansará. Pobre hombre. Sin familia y sin amigos. Ha muerto solo y loco de atar. ¿Recuerdas cuando escondió en una caja de zapatos el trofeo del sol del director? Realmente él creía haber metido el sol en una caja de cartón. Pobre hombre. Le echaré de menos.
- Y yo.

Pocos acudieron a su sepelio. Su esposa había fallecido unos años antes, y no se le conocía más familia. A pesar de ello, tuvo un hermoso funeral. Lo que nadie consiguió jamás explicar, es como al terminar éste, una lluvia de lazos negros cayó sobre el lugar, y las viejas hortensias secas que el director había dado la orden de podar, se vieron más fuertes y hermosas que nunca. Como tampoco nadie pudo explicar jamás, como en algunas noches mágicas, como la noche de San Juan, una pequeña laguna se formaba a las afueras de la aldea, donde los vecinos encendían hogueras y observaban como un globo de colores pasaba con dos tripulantes en su interior. El sol y la luna. 





Fin



23 comentarios:

  1. me has llevado de la mano en este encuentro entre vos y tus letras
    te Felicito por tu obra
    abrazos

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  2. Como siempre una maravilla
    De verdad, sé que te lo digo mucho pero no dejes nunca de crear
    Un besazo!

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  3. ¡Que bonito Margarita!. Tus cuentos siempre tienen mensajes tiernos.

    Un abrazo de Espíritu sin Nombre.

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  4. Muy hermoso Margarita, gracias por dejar que tu magia llene nuestras vidas. Un abrazo y buena semana.

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  5. Muchas gracias Elena. Gracias por visitarme. Te visitaré también. ¡¡Besos y bienvenida!! :D

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  6. ¡¡Que lindo cuento!!
    Una fantasía hermosa, con un loco de atar que era más cuerdo de lo que los cuedos veían.
    mariarosa

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    Respuestas
    1. ¡Hola María Rosa! Pues sí, ja ja. Y es que quién está cuerdo y quién no ¿verdad? ¡Muchos besos! :D

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  7. ¡Que exquisitez de texto, Marga! Es un deleite leerte, amiga.
    Tus letras siempre llegan a poco y saben a poco, lindas, lindas.
    No puedo segur todos los capítulos pero de cuando en vez te leo.
    Ha sido un inmenso placer. Un abrazo cariñoso lleno de los mejores deseos de salud y felicidad. Besos.

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    1. ¡Hola Marina! No te preocupes por eso, cuando tú tengas gasas de leer estas historias que son por capítulos, puedes acceder siempre que quieras a los anteriores y posteriores.
      ¡Muchos besos y gracias! :D

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  8. He disfrutado especialmente esta historia, todo lo que tiene que ver con lunas y soles me engancha. Y me gusta mucho esa lección de humildad.

    ¡Un besote!

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    1. ¡Muchisimas gracias Diana! Un beso muy fuerte, deseando ver qué nos vas recomendado con vistas al verano :D

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  9. ¡Qué bonita!
    ¡Emocionas , Margarita!
    Besos

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  10. Ah, este cuento se me había pasado, lo vi, junté sus partes y lo leí entero.
    Se desprende siempre desde tus relatos un aire muy emotivo, una sensación de futuro agradable desde el comienzo que, al final, se confirma.
    Me resultó muy interesante el esquema del cuento dividido en tres partes, el clima mágico del comienzo y gran parte del relato, para luego caer en la realidad que siendo dura también contiene belleza porque se trata de alguien especial y con capacidad de soñar. Y luego, finalmente, otro poco de magia.
    Se disfruta la lectura de tus relatos, mucho.
    Besos.

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    1. ¡Muchisimas gracias Navegante! Me gusta ondear un poco entre las letras, y a veces hago eso que tú dices, y avanzo y retrocedo un poco entre la magia y la realidad... porque ademas... ¿Qué es real y qué no? ¿Me entiendes? Ja ja ja.
      Muchisimos besos amigo mío, y encantadísima de leer como siempre tus bellos comentarios :D

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