Arrecife, Revista Cultural, Cañada Rosal

Érase una vez…

Hay cosas que jamás se olvidan, por mucho que pase el tiempo.

La más pequeña de casa no era más alta que el respaldo de las sillas. Su rostro repleto de pecas y sus rizos esparcidos, como hojas doradas de otoño. El mismo rubor de trigo maduro, la mirada de un azul intenso, la sonrisa de un querubín venido de lejos.

Su primer apellido era alemán y el segundo, francés. Su mejor amiga, tenía apellido holandés.

Su madre le explicó una vez, que su hermoso pueblo, no fue siempre así. Le explicó que antes, solo había cañadas y caminos, en el mismo lugar donde ahora había blancas casas de techos de teja roja.

La historia, era como un cuento, que a la niña le encantaba escuchar... 

Hola amigos. Dicen que no se es profeta en tu tierra, pero yo siempre digo que eso depende, porque hay tierras que tienen corazón, latido y alma. Y esas, extienden sus brazos como ramas para llegar hasta el último rincón donde esté uno de sus hijos, para que aunque sea en la lejanía, se sienta en casa.

Así es Cañada Rosal y sus gentes.

Me vine a Carmona con 13 años. Hace ya algunos amaneceres desde que aquel 13 de septiembre, subí al autobús de mi padre, con los maleteros y asientos repletos de nuestra vida.

Nos vinimos a Carmona porque es la ciudad amable que nos ofrecía el que mi hermano Juan pudiese asistir a clases especiales. Carmona era el lugar donde mi padre empezó, hace la friolera de 50 años, a llevar a los niños de las urbanizaciones al colegio Pedro I.

Como el título del libro de mi amigo Óscar Hernández Campano, 50 años no son nada. O son toda una vida.

Hoy mi hermano es el alma que mantiene viva esa llama que el encendió. Carmona está en nuestros corazones y es nuestro hogar. Un hogar que amamos. Pero Cañada Rosal sigue siendo el sueño donde guardo los mejores recuerdos, y donde mi familia y los amigos de mi padre, me traen al corazón las sonrisas.

Ayer fue la presentación del primer número de la Revista Cultural Arrecife.

Una vez más, se acordaron de mi.

Compartí momentos anoche que fueron sumamente preciosos. Coexistieron la música, las letras, las artes, el entorno y sus gentes.

Sé que este primer número dará lugar a muchos más. Estoy segura, pues cada página que la compone es una joya.

En la página web del Ayuntamiento de Cañada Rosal estará disponible para aquellos que no puedan disfrutarla en papel.

Os recomiendo que la veáis, es una maravilla.

Una maravilla creada como mejor se crean las cosas. Con mucho amor

Esta es la preciosa ilustración que hizo ROCIO HANS, de mi cuento. ¡Gracias Rocío!