Ana la de Tejas verdes, Lucy Maud Montgomery, Antonio Lorente

 

Hola amigos, hoy os traigo la edición de una historia que siempre me fascinó. Ahora, simplemente, te habla a través de sus imágenes, tanto como de sus letras. 

Siempre me ha fascinado esta historia, la imaginación y vivacidad de esta criatura, que afronta la vida a través del poder de su poderosa imaginación. Es una niña que a pesar de todo lo sufrido en el orfanato en el que se encuentra, no deja de soñar con historias que narrar, princesas y héroes que surgen del movimiento de las hojas o del ruido del agua. 

Para ello, los nombres tienen una gran importancia. ¡Ah, si se hubiese llamado Cordelia! 

Pero, sobre todo, hay algo que añora por encima de todo lo demás. Una familia. 

 Una familia es la que llega a su vida en la apacible Tejas Verdes, donde Marilla y Matthew Cuttbert. Los hermanos esperan ansiosos la llegada de un chico que les ayude con las tareas de la granja, pero en el andén encuentran a Ana Shirley, una chica inquieta, resuelta, imaginativa, y muy, muy especial. 

Para Ana, los libros, las historias, son un mundo que la atrae sobremanera. Tanto es así, que siempre quiere ser la primera en su clase, aunque su particularidad a la hora de expresarse, la lleva a más de un lío. 

Ello no impide que al fin, logre encontrar a una amiga. "La amiga". Esa que es más una hermana...

Ambientada a principios del siglo XX, es una historia enternecedora. Tengo que admitir, que me he sentido identificada con ella en cuanto a lo de que la imaginación revista de un terciopelo suave ciertas situaciones con espinas. 

Lo cierto es que es una historia para dejarse llevar y soñar... sin más, como si estuviésemos sobre la laguna del espejo de las aguas refulgentes...