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Yo te cuento

jueves, 1 de octubre de 2020

Zapatero, a tus zapatos



El joven Miguel disponía de pocos céntimos que gastar. Su bolsa parecía fabricada para estar vacía, como si un extraño encantamiento la obligase a desalojar cada moneda que tocara su interior.

Las costuras que la rodeaban estaban fuertemente cosidas. No así, su propietario era zapatero y sabía bien de costuras reforzadas y fuertes hebillas. Pero a pesar de todos esos menesteres, la bolsa de Miguel siempre llevaba poco, muy poco, peso.

Y tanto fue así, que por perder, perdió hasta su casa. Si es que se podía llamar casa a aquél chamizo que le hacía las veces de cobijo.

Y es que Miguel, era joven, aventurero, y tenaz; pero muy poco comprendido. Todos veían en él demasiada juventud para ser sabio y bueno en su profesión. Demasiado aventurero para ser alguien que se asentase en su oficio. Demasiado tenaz para ser un simple zapatero. Como si ser zapatero, fuese algo malo. 

Él lo era desde tiempos de los abuelos de sus abuelos, cuando estos servían a los mismísimos gigantes que vivían allá arriba, por encima de las nubes y alejados de los pequeños humanos, desde que a su antepasado, Jack, le dio por sembrar unas habichuelas mágicas que ascendían hasta el mismísimo reino de los gigantes. 

Hubo tantas historias por aquél entonces, y tantos sucesos inapropiados, como los llamó el consejero de su Majestad, que se cortaron raudas todas aquellas habichuelas trepadoras, y los gigantes solo quedaron para el recuerdo, así como para rellenar en los cuentos, los huecos que se dedicaban a los villanos. 

Pero en su familia se narraba otra historia bien distinta. 
Aquella, en la que se decía, que los gigantes adoraban los zapatos, y por tanto, a los zapateros. Pero no había miembros de este gremio entre sus allegados, y por tanto, recurrían a los humanos. 

De esta guisa, era como en su familia, durante generaciones, habían conservado enormes zapatos gigantescos que no pudieron devolver a sus dueños al ser cortadas las plantas de habichuelas mágicas. 

Aquello dio a Miguel una idea. Una idea joven, aventurera y tenaz. 

No dijo nada, pero hizo mucho. Corrió aprisa y sacó una de aquellas botas, cubiertas por completo por el aliento del bosque que gustaba de devorar botas que pensaba abandonadas. La despojó de todas esas ramas y helechos que intentaban cubrir su ajada piel, y sembró a su alrededor parterres repletos de pequeños geranios de flor. 

Limpió a fondo su interior, que a pesar del transcurso del tiempo, había algún olorcillo peculiar, que por supuesto, él logró eliminar. No podó el viejo roble que hacía sombras sobre ella, le vendría bien como porche. Fue fácil abrir orificios, y difícil asentar maderas que hiciesen las veces de puertas y ventanas. Colocar tejado fue también complicado, pero divertido.

Faroles tenues que resplandecían más que la misma luna, y un fuerte abrigo en el frío invierno que lamía los alrededores, pero no traspasaba el grueso cuero curtido y recubierto. 

Los cordones eran fabulosos escalones para llegar a la terraza desde el suelo, y de esa forma, se ahorró el espacio en su interior, pudiendo de esta forma aprovisionar, el improvisado inmueble, como un taller de zapatos sugerente. 

Más tanto gustó la idea, que en lugar de zapatería, la gente venía desde todos los lugares para ver la pintoresca idea, y solicitar su propia casa-bota. 

En un zapato rojo de tacón se instaló una pequeña biblioteca con todos los legajos importantes. En una vieja bota de goma que costó mucho limpiar, doblegaron ganas y ánimos para que los niños pudiesen en ella jugar, a salvo y resguardados en los días de lluvia. 

Todos querían vivir en un zapato de gigante. 

Todos querían estar a la última moda.

Y así, el mismísimo rey acudió un día a Miguel para nombrarle arquitecto de la corte, y hacerle un encargo muy especial. Tantas casas zapato había visitado, que los suyos propios, aquellos que tanto había amado, se habían estropeado. 

Así que con toda la naturalidad, el rey preguntó a su gran amigo el arquitecto de casas bota, antaño un simple y modesto zapatero... si conocía de algún artesano en esas lides que le pudiese ayudar...

Qué irónica la vida, ¿verdad? 

58 comentarios:

  1. Precioso cuento, sin duda. Me encanta además el dibujo.
    Un beso fuerte, bonita.

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    1. Hola Rocío, ¡muchisimas gracias! El dibujo no es mío. Escribí el cuento a partir de la imagen, tú sabes, de estas que hay en un banco libre de imágenes, en este caso de Pixabay. Y bueno, a partir de ahí... ¡a contar!

      Besos :D

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  2. ¡Pues si! Uno no sabe nunca con qué nos va a sorprender la vida. Un magnífico cuento, amiga mía.
    Que tengas feliz día. Un abrazo.

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    1. Hola Rita, si la vida te da limones, haz limonada, ¿No? Ja ja ja. Muchas gracias cariño. Besos :D

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  3. Margarita me encanto el cuento, es una lección de vida. A veces la vida es irónica, nunca sabes cuando no va a poner a prueba con esas cosas que menos te imaginas. Y creo que por ser joven, no quiere decir que no estuviera lleno de sabiduría y de talento, y bueno en su profesión, y así lo demostró.
    Un cariñoso abrazo.


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    1. Hola Cristina, muchisimas gracias. Hay un libro que me gustó mucho... El Alquimista, de Paulo Coelho. A veces, el origen, es lo más certero ¿verdad? Besos :D

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  4. Hola, Margarita!!! Muy reflexivo, sin duda, me ha gustado mucho cómo lo has contado en modo cuento :D
    Muchos besitos!

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  5. Hola.
    Un cuento muy bonito y entretenido.
    Por cierto, acabo de encontrar tu blog y me quedo por aquí. Te invito a pasarte por el mio.
    Nos leemos.

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    1. ¡Hola Carolina! ¡Muchisimas gracias! Yo si soy seguidora tuya desde hace tiempo. ¡Muy bienvenida! Besos :D

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  6. ¡Hola! =)
    Me encanta tanto el texto como la imagen ^^

    Besitosssss :P

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    1. ¡Hola Leyna! Muchisimas gracias. El texto es mío, la imagen no, ja ja. Pero es preciosa, ¿verdad? Besos :D

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  7. Hermoso y mágico! Cuantas veces de niños hemos querido vivir en un zapato gigante.
    Abrazobuho enorme.

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    1. ¡Hola chicas! ¡Montones de veces! Lo cierto es que eso de "restaurar" cosas y darles un nuevo uso es un gusto. Aunque vivir dentro de un zapato también tiene que ser algo... "original", ja ja. Besos :D

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  8. ¡Hola, Margarita! Pero qué bonito cuento, me encantó, pues cuando era niña, soñaba vivir en un zapato ( no sé realmente porqué...jeje!) pero al leerte, se me vino ese recuerdo de mi niñez. Gracias. ¡Besitos!

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    1. ¡Hola Marita! Pues que sepas que no eres la única, ya me lo han comentado también, ja ja. Claro que esos zapatos eran de gigantes, menos mal, ja ja. Besos :D

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  9. Muy bonito! Gracias por enseñar! 👌👌👌 Feliz día!

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  10. Margarita, felicito tu imaginación
    para crear y ademas tan bello.

    Besitos dulces
    Siby

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  11. ¡Hola Margarita!
    Me ha encantado :D. Creo que es de mis preferidos por su reflexión.
    Un beso guapa.

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    1. ¡Hola Aida! ¡Muchisimas gracias! Me alegro un montón. Besos :D

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  12. La vida y sus ironías...
    Me ha encantado el zapato rojo - biblioteca!
    : )

    Besos!

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    1. Ja ja, hola Carmen. Muchisimas gracias, tú sabes, reutilización total, y una biblioteca no podía faltar. Besos :D

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  13. Hola, bonito cuento, como los de mi niñez. Una mezcla muy nostálgica para tu cuento. Besos.

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    1. Hola Mari Carmen, muchisimas gracias cariño. Besitos :D

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  14. ¡¡Que hermoso cuento Margarita!!
    Bendiga Dios tu imaginación y te regale muchas historias como esta, tan bella y entretenida.

    mariarosa

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    1. ¡Hola Maria Rosa! ¡Muchisimas gracias! Es toda una alegría, sobre todo viniendo de alguien a quien admiro tanto escribiendo. Besos cariño :D

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  15. Wooow las ironías de la vida jeje
    Me encantó el relato!!!!

    Un besote!

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  16. Me encanta, Margarita, tus relatos.Le pones mucho cariño a tus escritos y eso se nota.

    Besos.

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  17. Se nota lo bien cuidado del cuento, quisiera alcanzar a tener tanta imaginación en mi cabeza para escribir algo como el tuyo. Besos!

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  18. Bravo por tu imaginación, Margarita. A partir de una imagen surgen muchas ideas, yo suelo practicarlo con mis poemas. Ese zapatero tuvo una idea genial y es que siempre tenemos cerca lo que necesitamos para superarnos.Sólo es cuestión de imaginar y ponerse a trabajar.
    Mi felicitación y mi abrazo dorado y rojizo.

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    1. ¡Hola Mª Jesús! Es una idea que practico mucho. En facebook suelo poner muchos microrelatos a partir de una imagen, a veces mía; otras de la red. ¡Muchos besos! :D

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  19. ¡Hola!
    La verdad es que me ha gustado mucho. Me ha encantado que se hablara de Jack y las habichuelas mágicas y del mundo de los gigantes que parece haberse olvidado. Una historia muy hermosa.
    ¡Un beso!

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  20. Such a beautiful illustration. I like it so much.

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  21. Hola Margarita, que gusto me da leer una historia tan bonita.
    ¡Te felicito por la imaginación que tienes!
    Te dejo un abrazo con todo mi cariño.

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  22. Muy lindo cuento y además reflexivo. Es grande tu imaginación amiga, saludos y abrazo.

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  23. Tu imaginación es desbordante Margarita, me ha encantado el cuento y la reflexión es muy buena. Gracias por traerlo.

    Besos.

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  24. Hola, gracias por compartirlo con nosotros, me ha gustado leerlo.

    Besos desde Promesas de Amor, nos leemos.

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  25. Hola, muchas gracias por ofrecernos otro relato tan genial, es un placer leerte.
    Besos desde Promesas de Amor, nos leemos.

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    1. ¡Hola lady Isabella! Muchisimas gracias a tí. ¡Besos! :D

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  26. That illustration is so beautiful. I like it so much.

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  27. Yo ya me quedo sin palabras contigo, vaya maravilla
    Un besazo grande guapa ♥

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