Páginas

Yo te cuento

viernes, 1 de enero de 2016

Jazmines en el alma

(Dedicado a mi abuela. Te echo mucho de menos)

El aroma dulzón de aquellas diminutas flores blancas se extendía por todo el patio, envolviéndonos a mi abuela y a mí, con su presencia. Qué diferente del olor que aun flotaba furtivo en el interior de la casa, a ajo y romero.

Allí fuera, sentada con el cielo por techo, y con mi corazón en sosiego, aspiré hondo el aroma de los jazmines mezclado con el de la dama de noche. El sol ya se escondía, mientras, una ligera brisa nos daba sosiego tras el caluroso día sufrido.

Aquel inmenso patio era el paraíso de mi abuela, su refugio. Repleto de plantas, de sus blancas paredes apenas se percibía algo de ladrillo encalado entre una maceta y otra. Grandes latones e improvisados tiestos dominaban el suelo. Y jazmines. Rosas y jazmines por doquier.

Yo era muy pequeña entonces... 

, pero me sorprendía que mi abuela no usase el típico roete que en tantas ocasiones había admirado en otras damas de pelo cano. Ese engarzado de jazmines adheridos a sus cabellos. Pero mi abuela no. Ella teñía su cabello de color, entablaba una lucha contra las canas a base de potingues que las ahogaban en un tono castaño aderezado con algo de rojo. De esa forma se rebelaba  contra su propia vejez y abrazaba de forma tímida la pasión que sentía por la vida.

- Los jazmines se ponen en la mesita de noche, y así, los mosquitos se van. - me recordaba siempre con paciencia.
- Abuela, me gusta el color de su pelo...- le decía yo.

Todos le hablábamos de “usted”, porque así nos lo habían enseñado y ella lo deseaba. Aquél “usted” era un parapeto del respeto que la acompañaba, ganado no tanto con el paso de los años, como sí del afrontamiento de los devenires indeseados.

- El pelo blanco te hace parecer mayor... 

La miré a aquellos profundos ojos azules y me fijé algo mejor en todas aquellas arrugas que danzaban alrededor de ellos, y también en las de las comisuras de sus labios. Pensé que era normal con su edad, pero decidí atentar contra su inteligencia mintiéndole.

- Usted parece más joven...
- Pues no lo soy. Dejé atrás a muchos, pero yo sigo aquí, como muestra del tiempo. Que mi sonrisa no te engañe, la vida no siempre me trató bien. Me dejó demasiado joven sin un hombre a mi lado, en aquellos tiempos de hambre y necesidad, y muchas bocas que alimentar. Pero me las arreglé. - me contestó con orgullo y creo que algo de enfado. 

La observé, allí sentada en su pequeña silla de anea, observando sus plantas. Fuerte y altiva la mayor parte del tiempo, regalándome la sensación de que todo es posible.

Pero a veces, su mirada se perdía en la lejanía. Entonces, yo era muy consciente de la palidez de su piel, embutida por añadidura en aquél horrible color negro, distintivo de las personas que quedaron atrás. 

El olor del ajo y el romero volvió a mí de nuevo, aunque sutil, a través de sus manos. 

- Otra vez ha preparado hoy carne abuela.- la acusé.
- Pues claro. Tu tía sabe que de vez en cuando tengo que pecar. Mejor conejo que tocino.
- Pero debería perder algo de peso – le dije con cariño.
- ¡Bobadas! El ajo nunca mató a nadie, al revés, le salvó la vida a más de uno.
Además, ¿has visto el aguachurri que me hacen cenar? Yo preferiría tomar un “yastá”, pero hoy no me han dejado. Me cuidan mucho, ésa es la verdad - me dijo con una sonrisa de satisfacción.
- ¿Un yastá?
- Agua con aceite, vinagre, unas hojitas de lechuga y sal. Y mucho pan remojado.
- Pero eso no es comida abuela.
- ¿Tú crees?  - me preguntaba con rebeldía, con travesura en la mirada, y a la vez resignación. - 

La noche nos abrazó a ambas en aquella noche de verano. El tiempo se detenía cuando ella comenzaba a hablar, a contar, a recordar... De sus labios salían toda clase de anécdotas divertidas combinadas con sucesos dolorosos, que intercalaba, como si yo no pudiese aceptar escucharlos de golpe, pero ella necesitara sacarlos de su interior.

- Ah, si yo te contara – suspiraba a veces – pero no tienes porqué saberlo todo. Hoy no.  Mañana. Mañana te espero aquí para contarte más cosas, no voy a contártelas todas hoy.
- Pero... tal vez quiera dormir pronto abuela.

Entonces ella me miró y acarició mi cara con sus manos arrugadas y hermosas. Un fuerte olor me indicó que además del ajo y el romero había utilizado lejía.  Otra vez.

- Ya tendré tiempo de dormir mi niña. Ahora prefiero disfrutar de todo lo que la vida me ha dejado.






44 comentarios:

  1. sigueme contanto!!! siempre te lo digo pero escribes genial

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias Abbie, ja ja, seguiré, seguiré... :)

    ResponderEliminar
  3. Precioso, me parecía estar con vosotras en ese patio :D

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cuantos recuerdos Cristina. La echo mucho de menos y quise escribirle este diminuto homenaje. Cuando ella hablaba, el mundo callaba por escucharla. Una gran mujer que dejó una gran y hermosa huella en los corazones de quienes la conocimos. Un beso cariño :)

      Eliminar
  4. Lindos recuerdos y la forma de contarlos nos lleva a oler el ajo y el romero, nunca tuve una abuela, ni abuelo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Amparo. Siento que no tuvieses abuelos. Yo llegué a conocer a mis dos abuelas y mi abuelo. Esta abuela en particular era muy, muy cariñosa :)

      Eliminar
  5. Te comprendo perfectamente. Muchas veces los olores y los lugares nos traen recuerdos de seres queridos. Se nota que tuviste una conexión especial con tu abuela, y estoy seguro de que ella te quería también.

    Quedate con lo bueno, es lo que importa.

    Besitos de caramelo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Marina, asi lo hago. Era una mujer extraordinaria y siempre tenía la palabra justa. Suerte que me dejó a alguien magnífico que al igual que ella siempre tiene la palabra justa, mi padre. Un beso :)

      Eliminar
  6. Mi abuelo siempre hacia portingues remojaos con pan que a mi me parecian asquerosos y a el le.encantaban, me ha recordado tu relato a mi infancia, muy dulce y emotivo y cargado de sentimiento. Me encanta! :-) :-) espero seguir leyendote

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Nuria. Me alegro haberte traído recuerdos de tu abuelo. Un bes muy fuerte :)

      Eliminar
  7. Que bonitas palabras y bonitos recordatorios. Siempre echamos de menos aquellos que no tenemos y más aún en estas fechas.Lo que daría por estar otra vez con mi yayo y con mi padre.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Así es Silvia, estas fechas nos traen al corazón recuerdos de aquellos que no están. Por suerte, todos los recuerdos que tengo de mi abuela son buenos. Te comprendo cuando dices lo de tu padre y tu yayo. Un beso muy fuerte :)

      Eliminar
  8. Que bonito, me ha encantado!
    No sabia que el jasmin se puede usar contra los mosquitos.
    Besos cielo

    ResponderEliminar
  9. Que bonito, me ha encantado!
    No sabia que el jasmin se puede usar contra los mosquitos.
    Besos cielo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ja ja ja, pues sí. Al parecer los repele, aunque solo un poquito, yo que tú también usaría algún tipo de repelente. Muchos besos Anjara :)

      Eliminar
  10. Qué bellos recuerdos.... cuando describías el patio de tu abuela parece que estabas describiendo el de mi abuela, hasta me ha llegado el olor :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegro mucho Mayte, eso es que he conseguido transmitirte un poquito de ella . Los recuerdos entrañables de las abuelas ¿verdad? Un beso :)

      Eliminar
  11. Hola. Precioso recuerdos de un ser querido. A veces con solo oler algo nos abre las puerta de esas vivencias que tenemos guardadas para siempre. Gracias por compartir. Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias a ti Isabel. Si tengo muy hermosos recuerdos de ella. Un beso:)

      Eliminar
  12. Qué bonita historia y qué rico conservar en el recuerdo tantos detalles y lo mejor aún es cómo los trasmites. Precioso, la verdad. Gracias :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias a ti Diana. Los recuerdos ultimamente vienen mucho a mí, supongo que porque añoro aquella época de mi niñez. Me alegro muchísimo que te haya gustado. Un beso :)

      Eliminar
  13. Las personas que amamos mientras las recordemos como lo haces en cada lugar y olor siempre estarán con nosotros. No tuve oportunidad de conocer a mis nonos pero el recuerdo de mi madre es como si los conociera y estuvieran conmigo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La verdad es que los recuerdos de ella son tan lindos, el patio, su patio, sus conversaciones, sus anécdotas, los ratitos en su mecedora... todo es hermoso porque ella era hermosa por fuera y hermosísima por dentro. Gracias William, un beso :)

      Eliminar
  14. Que relato más emotivo, me ha gustado muchísimo.
    Aiss los abuelos te enseñan tanto con sus historias y sus anécdotas...y solo sabemos apreciarlo cuando ya no están. Yo también echo de menos a mis abuelos.
    Un saludo^^

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Guadalupe. Yo por suerte disfruté muchísimo de ella cuando vivía. Aun sigo disfrutando de ella, aunque sea a través de su recuerdo. Un beso :)

      Eliminar
  15. Que bonitos recuerdos, de verdad.. me has hecho volver al pasado!

    Un besotte!

    ResponderEliminar
  16. Que intensidad en estas líneas, que mujer tan enérgica y con esa sabiduría que solo tienen ellas y que ya muchas quisiéramos tener, siempre he pensado que las abuelas son super womans jaja siempre haciendo todo y que todo fuera perfecto y sobre todo sin despeinarse, precioso homenaje.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchísimas gracias chicas. Sí, todo un modelo a seguir, porque además, siempre tenía una sonrisa y eso es algo que no se olvida con facilidad. Muchos besos :)

      Eliminar
  17. Yo también echo mucho de menos a mis abuelos. Ya no tengo a ninguno. ¿Roete? No se lo que es. ¿De verdad el jazmín aleja los mosquitos? No lo sabía, aunque en el norte no me sirve supongo, porque aquí no se dan. Mi abuelo tomó sopas de ajo toda la vida y duró muchísimos años...Algo tiene seguro.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Zoraida. Un roete es un círculo que se hacía con jazmines engarzados en orquillas para el cabello. Las señoras de edad solían hacerse un moño y colocar los jazmines alrededor. Algo hermoso. Y sí, el ajo es fantástico, ja ja. Un beso :)

      Eliminar
  18. Que bonito! La verdad es que me he emocionado! Aiss, los abuelos... Yo tengo a todos mis abuelos, a excepción del padre de mi padre, vivos. No me imagino una vida sin ellos presente, aunque no quiero pensar que pasaría si no están.
    Precioso el texto.
    Un beso.
    MMEUC

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Muchísimas gracias! Me alegro de emocionarte, tú lo haces continuamente con tu mundo en un cuento. Y los abuelos... son lo más. Yo ya no tengo a ninguno, pero bueno, ahora sueño con el momento en que yo lo seré. (Quiero ser una abuela joven, ja ja. Para malcriarlos y disfrutar al máximo de ellos )

      Eliminar
  19. La verdad que ha sido muy emotivo. No todo el mundo consigue emocionar de esta manera con solo leer una serie de palabras. Los abuelos son muy importantes en nuestras vidas!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchisimas gracias Elena. Ella me sigue emocionando. Un beso muy fuerte :)

      Eliminar
  20. Ay pero que belleza guapa... me has aguado el ojo, vivo lejos de la mía y en parte me identifique mucho con tus letras... gracias por compartir, un abrazo!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchísimas gracias Andrea. Los recuerdos a veces se materializan en realidad, y cuando yo la recuerdo, la vuelvo a disfrutar... Muchos besos preciosa :)

      Eliminar
  21. Siento que transmites muchos sentimientos a través de tu texto. Está súper padre :)

    ResponderEliminar
  22. Curioso dato el del jazmín para los mosquitos jeje. Aay los abuelos...tengo la suerte de tener vivos a los 4 y trato de disfrutarlos al máximo y escuchar sus historias.
    Me gusta mucho como te expresas :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Di que sí! Nos cuentan sus anécdotas de vida, y son retazos de nuestro pasado y de lo que somos cada uno de nosotros. Yo ya los perdí a los cuatro. Pero me quedan sus enseñanzas. Un beso :)

      Eliminar
  23. Un buen homenaje a tu abuela. Me ha gustado mucho tu texto.

    ResponderEliminar
  24. Margarita los abuelos solo comparten un poco tiempo de nuestras vidas pero se quedan para siempre en nuestas almas.

    ResponderEliminar