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Yo te cuento

martes, 30 de junio de 2015

Cenicienta


¿Quién no ha oído hablar de la dulce y encantadora Cenicienta?  Lo que muy pocos conocen, es que la historia que se cuenta por ahí no es del todo cierta. Por supuesto que la gran mayoría estaba basada en la historia real, pero se omitieron algunos detalles y se añadieron otros. De este modo, las niñas del mundo soñarían con su príncipe azul, y los niños, con ser los maravillosos héroes del mundo, rescatadores de jóvenes bellas, encantadoras y sumisas.

            Niñas y niños del mundo, no quiero estropearos la fiesta ni la ilusión, pero en pos a la verdad, pienso que deberíais conocer toda la historia…

            Cenicienta nació en el seno de una familia feliz. Vivía en un castillo fantástico con sus padres, piscina climatizada y elevadores automáticos. No les faltaba de nada, ya que su padre trabajaba en palacio como consejero real,  con un buen sueldo y pago extra de dietas, que les permitía vivir de forma holgada.

            Pero en todo cuento pasa algo, y éste no iba a ser una excepción.  Un día la desgracia llegó a sus vidas. La madre de Cenicienta fue atropellada por una jauría de cerdos salvajes al salir una tarde de su castillo. El porquero declaró a los medios que iba con prisas, necesitaba llegar pronto al “Caldero Mágico” un reconocido ciber café

lunes, 29 de junio de 2015

El jardín olvidado, de Kate Morton




¿Habéis leído "EL JARDÍN OLVIDADO? 

Os invito a que disfrutéis esta historia, al fin y al cabo, se han vendido más de 100.000 ejemplares, y eso debe ser por algo, ¿no creéis? 

El Jardín Olvidado nos relata sucesos conmovedores. Empezando por el destino de una niña que en vísperas de la Primera Guerra Mundial, es abandonada a bordo de un barco con destino a Australia, y continuando con el vigésimo primer cumpleaños de Nell OConnor, fecha en la que la joven descubre que es adoptada...

A la muerte de Nell, su nieta, Casandra hereda una misteriosa cabaña y un jardín por todos olvidado, en Cornualles. 

A partir de este momento, la historia se va desarrollando entre el presente y el pasado, dando lugar a un inquietante secreto que cambiará sus vidas. 

El libro nos mantiene absortos en su lectura, de principio a fin. He de confesaros, que hubo un momento en ese principio en el que me sentí algo confusa con quién era quién... pero pronto se fue aclarando sin lugar a dudas. 

Su autora, KATE MORTON, australiana, la mayor de tres hermanas, casada con Davin, músico de jazz y compositor, y madre de dos hijos, publicó su primer libro en 2006, La Casa de Riverton,  siendo su segunda obra, El Jardín Olvidado, en 2008, convirtiéndose ambas en best sellers. En 2010, publicó Las horas distantes, y en 2012, El cumpleaños secreto. 

Conforme a sus propias palabras, 

"Mi literatura bebe de fuentes góticas, de aquello que mamé en mis lecturas juveniles, que solían ser de las hermanas Brontë, Dickens, Daphne du Maurier, Poe o Lucy Clifford, por poner ejemplos de la literatura victoriana que estudié"
Kate Morton

domingo, 28 de junio de 2015

Bordallo

Don Fernando llevaba la mitad de su vida como sacerdote de una pequeña aldea. Lugar apacible y sencillo, en cuyo seno no figuraban más de una treintena de casas de gruesos muros y bajos techos, y conocida por los alrededores gracias a su enclave magnífico para los amantes de la pesca del llamado “cacho, cachuelo o bordallo”, de donde los vecinos habían tomado prestada la denominación del lugar.

Sus habitantes eran aficionados a esta pesca, pero no por ello habían dejado de lado las costumbres cristianas o las tradiciones de antaño, conforme a las enseñanzas impartidas por su párroco.

El sacerdote, presumía por doquier de que las gentes de Bordallo eran personas temerosas de Dios, y limpios de corazón, incapaces de transgredir las leyes sagradas. Se consideraba afortunado por ejercer su misión evangelizadora en un lugar tranquilo y sosegado.

Más había algo que le confería cierta intranquilidad, y que incluso, había llegado a tratar con Pablo, amigo desde la infancia, profesor de la aldea y compañero en la pesca del Bordallo. Desde hacía un tiempo a esta parte, los lugareños habían antepuesto la afición local a la misa dominical. De forma lenta, pero inexorable, el vacío se iba apoderando de la pequeña capilla que dirigía. En las últimas semanas, la situación se había agravado considerablemente, y don Fernando se desesperaba con ello.

Aquel domingo, se disponía a dar su misa a los escasos presentes, entre ellos, su incondicional amigo Pablo. Cuál no sería su sorpresa y la de los asistentes a la misma, al comprobar atónitos que un cartel realizado de grueso cartón, prendía del manto del santo local. En el mismo, una inscripción realizada en tinta de color rojo vivo, daba lugar a un mensaje, cuanto menos, preocupante.  

“Semanalmente, una confesión tendrá lugar,
 en caso contrario, el pecador fallecerá.
  Quién mintió a su esposo y envenenó a la bestia será la primera en confesar,
 o su vida perderá antes del próximo oficio dominical”

sábado, 27 de junio de 2015

Vive y ama tu vida



"Vive y ama tu vida" Qué bien suenan estas palabras amigos. Pero... ¿es posible? No siempre podemos hacer lo que nos gustaría, o incluso, llegando más lejos, lo que nuestro corazón  nos pide. 

Las responsabilidades, las situaciones, los miedos... todo ello puede influenciar y mucho, a la hora de tomar decisiones. Es fácil decir que puedes hacer lo que quieres, que tú eres el dueño de tu vida, que decides, que tienes el poder. Pero la realidad es algo más directa. 

Un ejemplo. ¿A quién se quiere más que a los hijos? Y sin embargo, hay momentos en lo que pueden asfixiarte un poco, sobre todo, la víspera de un examen importante. Un examen en el que resulta que de repente, tú eres la experta en la materia, la única capaz de ayudarle a comprender algo que tú estudiaste hace cuarenta años y de lo que ni tienes ni remota idea. Así que anulas ese café con las amigas que llevas planeando tres meses y te pones a investigar, a mirar en Internet (en lugar de en las consabidas enciclopedias) y procedes a hacerte pasar por la experta. 

¿Donde quiero ir a parar? No siempre es fácil hacer lo que quieres. ¿Cómo viajar si estás en paro? ¿Cómo declarar ese amor que sientes, si la otra persona no te corresponde en absoluto? ¿Publicar un libro? ¡Tremendamente complicado! Pues tenemos un problema, porque es difícil amar tu vida con tanto ajetreo. 

O no. O puedes dedicar tu tiempo a hacer otro tipo de cosas que te llenen el corazón, cualquier cosa, menos compadecerte por algo que no tienes pensado cambiar. 

Un ratito con la familia, un ratito con los amigos... el mundo está lleno de "ratitos" que pueden ayudarte a respirar cuando te falta el aire. Y siempre nos queda uno muy especial. Uno de los "ratitos" que más falta nos hacen en algún momento del día es aquél que podemos pasar con nosotros mismos. Momentos sinceros, de lo contrario no sirven para nada. Y desde luego, aprovechar la ventaja de los años, ésa ventaja que nos hace comprender que atrás quedaron tópicos. Que el físico no es lo más importante, que los complejos no sirven ni siquiera de adorno, que las decisiones que se adoptan pueden ser erróneas, y ahí, está lo divertido. Al fin y al cabo, la mejor libertad que podemos tener es tomar una decisión y equivocarnos. Porque esa equivocación será nuestra y nos forjará el espíritu. 

Resumiendo amigos, que me enrollo como una persiana... en esa frase espléndida que dice "Vive y ama tu  vida" se esconde uno de los regalos más grandes que nos ha hecho el Universo. El secreto perfecto. Disfrutad del momento, de este momento. Vivid el tan mencionado "aquí y ahora". Respirad, sentir como el aire entra en vuestros pulmones, eso significa que estáis vivos. Si tenéis la oportunidad de hacer algo que os gusta, aunque sea tumbaros en el suelo de vuestro patio exterior y mirar las estrellas... hacedlo. Y sobre todo, dejad de lamentaros por lo que añoráis, y concentraros en disfrutad de lo que poseéis. La vida son dos días, aprovechadlos bien.

El blog

Hola amigos. Soy muy consciente de que esta entrada tendría que haber tenido lugar hace unas semanas, cuando comencé esta aventura. Pero os confieso, aun tirando piedras a mi propio tejado, que no soy demasiado asidua a las redes sociales, ni tampoco a las presentaciones. 

Mi nombre es Margarita, si bien escribí durante un cierto tiempo cuentos en el blog de mi hija, www.encarmin.blogspot.com.es . En este blog utilicé un pseudónimo, "Violeta". ¿Por qué? Soy tímida. 

El pasado año comencé a relacionarme con personas que adoran escribir. Amigos que hacen de la lectura y escritura su mundo, o al menos, una buena parte de él. Y me contagiaron. 

Por todo ello, al fin, he decidido hacer este pequeño blog. En él he creado algunos apartados, y he separado por así decirlo, los cuentos y relatos cortos (una página o dos a lo sumo) de aquellos que tal vez sean algo más extensos (seis o siete páginas). También me arriesgaré a mencionar algunos libros que he leído o estoy interesada en leer, así como curiosidades que me gustaría compartir con vosotros.

En definitiva, este blog es sólo un proyecto. Pero es un proyecto hecho con mucha ilusión. Espero que si os gustan los relatos y cuentos, os guste mi blog.



miércoles, 24 de junio de 2015

El cupón

Un día más en el curro, igual de “aburrio”. Por lo menos hoy, Don Hilario se ha “olvidao” la presentación ésa en su casa y la ha “montao” gorda. Cómo chillaba el “condenao”. Menudas voces daba. Rosa y yo  nos reímos con ganas de las buenas. Mucha chaqueta, mucha corbata, y “pá” mí, que lleva peluquín… pero de lo que sí estamos seguras las dos, es que tiene “mu” mala leche cuando quiere.

La pobre Engracia corría como una loca, con esos tacones del diablo. Y Don Hilario chillaba por aquí, y también por allí el “exagerao”. Nos hemos reído la Rosa y yo. Engracia no dejaba de decirle que ella podía ir a su casa si hacía falta, pero él le decía que no. Menudo es Don Hilario. Se presenta la guapetona de la Engracia en su casa y su mujer le corta “la corbata”.

- Pásame la fregona del palo rojo, Rosa. Que tiene más pelos y friega mejor.- le digo a mi colega.
- Qué pelos ni pelos, lo que pasa es que el palo es más largo y te duele menos la espalda, listilla, que eres una listilla. Y me la quieres colar.

La Rosa y yo nos entendemos bien. Por eso, cada semana, nos jugamos entre las dos un cupón de esos. Voy a empezar yo con los aseos éstos, que cada semana le toca a una ir a comprar el cupón. Y hoy, le ha tocado a ella el viajecito, y a mí, los retretes.

Qué asco, de verdad. Que no entiendo cómo pueden dejar las tías esto así. Porque todavía, los tíos, son guarros, pero las tías, que están “acostumbrás” a fregar, podrían tener más “cuidao” las puñeteras. Aunque mi Manolo es limpio, limpio, pero limpio.

- ¡Macu! ¡Macu!-me chilla la Rosa.
- ¿Pero qué te pasa alma de Dios? ¡Que parece que te ha “dao” un calambre!- le digo con ganas de pitorreo.
- ¡Que nos ha “tocao”!
- ¿Quién nos ha “tocao” Rosa? Que una es “mu” decente.- le digo guiñando el ojo.
- Sí, tú con cachondeo, pero ¡nos ha tocao el cupón!

¡La ostia! ¿Me lo está diciendo de verdad? Porque la muy condenada suda como en pleno agosto.

Me llevo la mano al pecho, porque tengo un tambor dentro. La de cosas que voy a comprar. Va a limpiar los bates quién yo me sé. ¡Ja!

- ¿Es de verdad Rosa?
- ¡Yo nunca te engañaría con una cosa de éstas! Que el dinero es “sagrao” Macu. Que mi Mario ha vuelto a dejar cortos los pantalones.

Me siento. Porque las piernas están flojas, pero flojas, flojas.

- ¿Y cuánto nos ha tocado?- le pregunto con el tambor dale que te pego. Ya me veo con las pieles y unos tacones como la Engracia. ¿Qué voy a hacer yo de rica?
- ¡Treinta euros!

Y me lo dice tan contenta la “jodía”. Lo mismo que antes no podía respirar por la emoción, ahora no puedo respirar del coraje.

- ¿Treinta euros? ¿Y por treinta euros has “montao” este pitote? ¡Joder Rosa, que creí que nos había “tocao” el gordo, el cuponazo ése!

Y Rosa me mira con cabreo.

- Mírala ella que listilla. Si llego a saber que te ibas a enfadar tanto, me quedo yo con “tó”, so borde. Que con quince euros no me llega “pá” los pantalones del Mario. Que una es pobre, pero “honrá”.

Sea la leche que mamó. “Pos” no lleva razón la “jodía”. Uf. Si es que soy una desagradecía, que el mundo está lleno de cuentos de ésos de la lechera. Mejor quince eurillos que ná.


- Anda Rosa, coge tú la fregona del palo rojo. Que a mí la espalda ya no me duele hoy, que hoy me pica la cartera, y ésa, sí que la tenemos igual tú que yo.

domingo, 21 de junio de 2015

Un fin de semana diferente






Este fin de semana se ha celebrado la boda de un primo mío en Madrid. Ha sido la excusa perfecta para visitar esta maravillosa ciudad. 

¿Qué deciros de ella? Mi hija y yo tan sólo hemos estado unas horas, por lo tanto, no hemos podido visitar todo lo que la capital española nos ofrece. Aun así, hemos disfrutado de lugares espléndidos, tales como El Parque del Retiro, donde pudimos disfrutar de ese genial Palacio de Cristal o el Ángel Caído. La Plaza Mayor, La Puerta del Sol, el Kilómetro "0", el Palacio Real con sus jardines, o el Museo del Prado...

Aquí os dejo algunas fotografías que hemos hecho. Pero entre ellas, quiero mostraros un hecho que me ha llamado la atención.

La zona donde nos alojamos se denomina "El Barrio de las Letras", así llamado porque en esa zona residieron en su época grandes escritores del siglo de oro de las letras españolas, tales como Miguel de Cervantes, Quevedo, Góngora o Lope de Vega. 

Por ello, nada más entrar en la calle "Huertas", empezamos a observar grabados en color oro incrustados en el adoquinado de la misma. Fue curioso y divertido ir hacia el hostal leyendo pequeños fragmentos de grandes obras. 

Os he dejado un fragmento de "Don Juan Tenorio" de José Zorrilla: "!Ah! ¿No es cierto ángel de amor, que en esta apartada orilla, más pura la luna brilla y se respira mejor?" 

Os dejo también algunas fotografías de las maravillas que hemos visto...
















































miércoles, 17 de junio de 2015

Rosas blancas

Retazos de vida color violeta...

Rosas blancas

Noche del 31 de Octubre

El viento soplaba con fuerza. Sonia notaba su cuerpo entumecido a causa del frío. ¿Dónde estaba? La angustia empezaba a dominarla. Si tan solo pudiese recordar cómo había llegado a aquel agujero…

Tres días antes… (Veintiocho de octubre)

De nuevo  el sonido martilleante del teléfono. Aquel maldito aparato tenía que ser obra del demonio, porque de lo contrario, no era explicable tanto fastidio. No dejaba de sonar una y otra vez, insistente, pero esta vez, no respondería. Estaba cansada de aquel acoso. Veintisiete llamadas seguidas. Sus nervios estaban a flor de piel y en la comisaría de policía no dejaban de repetirle que no había sufrido daño físico. Que investigarían, pero que llevaba su tiempo. Que cambiase el número…

Como si fuese tan fácil o no lo hubiese intentado ya. Pero lo peor de todo era aquél sonido que entraba en su mente y en su corazón. Si se atrevía a descolgar el teléfono, siempre se escuchaba lo mismo al otro lado de la línea. Música clásica. Ni una sola palabra, solo música clásica.

Pero no era lo único repetitivo en esa tensa situación. Desde hacía ya casi un mes, cada día, una rosa blanca aparecía en su puerta completando el extraño triángulo. Música clásica, una rosa blanca… y la más pura desesperación.

Su única compañía era Inés. Compartían casa desde hacía tres años, fecha en la que Sonia había roto con su novio, Javier.  Desde entonces, Inés se mostraba solícita y la acompañaba cada día, pues se sentía observada, insegura.

Quizás, si colocaba una cámara oculta podría grabar a aquella persona que cada día le dejaba la rosa. Un inicio. Algo tangible. Que fuese o no legal en estos momentos, le era indiferente.

Aquél día, mientras abría la puerta y observaba con recelo la correspondiente rosa, comprobaba asombrada un nuevo elemento en la ecuación. Una nota. Con dedos temblorosos la tomó en sus manos. En ella, con letra clara y marcada, podía leerse un mensaje directo. “Sólo quedan tres días para el reencuentro”

¿Te gusta leer?

¿Te gusta leer?


Podrás observar que en este blog, los relatos y los cuentos tienen un protagonismo especial. 

Me gusta leer una buena historia de quinientas páginas como a la que más, te lo aseguro.

Pero los relatos tienen una magia especial. En pocas palabras, en unas cuantas páginas, tienes que mostrar al lector tu propuesta. Asegurarte que le engancha el texto, plantear un conflicto que se habrá o no de resolver, dependiendo del caso y también del autor. 

Os lo aseguro amigos, escribir buenos cuentos es más complicado de lo que parece. 

Por ello, os muestro este libro titulado "EL ELEFANTE", de un autor polaco,  Slawomir Mrozek. Recientemente he tenido el gusto de disfrutar del contenido de sus páginas. En su interior, cuarenta y un cuentos te atraparán. 

Yo misma lo leí por recomendación de una persona que sabe mucho de relatos. Su autor, Slawomir Mrozek, estudió arquitectura, historia del arte y cultura oriental. Obtuvo éxito como periodista y también como dibujante satírico. A partir de 1957, su carrera literaria se desdobla entre autor dramático y narrador, tal y como la propia editorial de este libro nos explica. 

Os invito a que lo disfrutéis. 




domingo, 14 de junio de 2015

RETAZOS DE VIDA COLOR VIOLETA

Hola amigos. Aqui os voy a ir dejando aquellos cuentos con los que comencé

Comencé esta aventura de escribir relatos cortos cuando mi hija me lo propuso a fin de publicarlos en su blog.

            Poco a poco y con el transcurso del tiempo, comenzaron a germinar historias de diversa índole, desde pequeños relatos de aventuras, historias de amor, desengaños, misterios… todo tiene cabida en este libro que recoge “retazos” de vida color Violeta.

            Quizás ya ha llegado el momento de unirlos todos, al fin y al cabo, la vida se compone de eso, de retazos, que unidos entre sí componen nuestra existencia. Anécdotas imaginarias, situaciones a veces divertidas, otras confusas, y eso sí, siempre arbitrarias y juguetonas con la realidad.

            Para mí, éste, es un libro al que tengo un cariño muy especial. Nunca pensé que a pesar de que adoro leer, me atreviese algún día a escribir. Sin embargo, mi querida hija Encarni siempre creyó y confió en mí. Ella veía las posibilidades que yo no sentía. Por ello, fue realmente insistente, hasta que consiguió que me atreviese a escribir estos pequeños relatos, aunque fuesen bajo pseudónimo.

            A partir de ahí, pude comprobar que al igual que sentir en la piel y en los sentidos la aventura de leer, podía sentir y vivir en todos los aspectos una aventura aún mayor, la de escribir esas historias que alguien más pueda leer.

Ahora, sólo me queda esperar que tú, querido lector, disfrutes de la lectura de estas pequeñas historias, que ¿quién sabe?, tal vez puedan ser la tuya.

Margarita (Violeta en blog www.encarmin.blogspot.com.es)

Una cerilla



El pequeño Mario sintió que por fin conocía el auténtico significado de la palabra felicidad. Allí, escondido en el granero, entre toda aquella paja seca, estaba a salvo. Con gran regocijo y mucho sigilo, saboreando el momento, casi con reverencia, abrió la cajita de cartón que tenía en sus regordetas manitas.

Observó el tesoro de su interior. Conteniendo la respiración, sacó uno de esos palitos de madera de cabeza roja y cuadrado cuerpecito. La miró con ansiedad. ¿Cuánto tiempo había esperado aquél momento? ¿Cuántas veces le había dicho su mamá que no podía tomar las cerillas?

Con la satisfacción de realizar lo prohibido, apoyó su pequeño dedo sobre aquella forma redondeada y procedió a acercarla al rascador. Estaba tan excitado que sus manos temblaban, pero su boca, sonreía. Un poco de presión sobre la cajetilla. Y ¡zas! Se partió en dos. La alegría se transformó en inquietud.

- ¡Mario! – escuchó la voz de su madre a lo lejos.

Oh, no. Ella era rápida como una gacela. No era justo. El llevaba mucho tiempo añorando ese momento. Espiaba a su madre cuando iba a cocinar, o a su padre cuando encendía la pipa. Desde la lejanía, disfrutaba tan solo unos segundos de aquella hermosa visión de fuego, después, la hermosura se transformaba en humo, y la cajita de cerillas volvía a situarse en un lugar alto, seguro, alejado de él.

Pero su suerte había cambiado aquél día. El timbre del teléfono hizo a su padre abandonar a su suerte aquella cajita. Sobre la encimera de la cocina. A su alcance. Con la rapidez de un rapaz de seis años, tomó su premio y voló hacia su escondite favorito, el viejo granero de paja.

Tomo una nueva cerilla en sus manos, y esta vez, decidió concentrarse más. ¿Y si no tenía otra oportunidad? Con suavidad, acarició aquél palito de madera alargado. De nuevo frotó el extremo rojo en aquella superficie rugosa. Un pequeño chasquido dio paso a una pequeña  llamarada, azulada por debajo, amarillenta por arriba. El circulito rojo se transformó en negro carbón. El olor del calor llenó su respingona nariz.

- ¡Mario! ¿Dónde estás hijo?- sonó muy cerca la voz de su madre.

La llama perdía intensidad y Mario sintió que su momento terminaba. Con movimientos nerviosos acercó un montoncito de paja hacia sí. De esa forma protegería aquella llama maravillosa y sublime. Haría un montoncito de paja a su alrededor y colocaría la cerilla a salvo, justo en el centro, a su lado. La puerta del granero estaba cerrada, el aire no la apagaría. Pero le quedaba poco tiempo. Sólo había una forma de conservar aquella hermosa visión. Prendería ese pequeño montoncito de paja. Sólo ése. Y aquella llama que tanto trabajo le había supuesto, viviría más tiempo. Su madre le descubriría. Se enfadaría con él. Jamás le dejaría volver a tomar las cerillas.

La pequeña llama había ido devorando la madera, curvándola en una extraña posición, consumiendo aquél palito, deshaciéndolo. Era mágico, pero casi llegaba a sus dedos y de forma automática sopló, mientras unas lágrimas caían.

- ¡Mario! ¿Estás aquí dentro, verdad? ¡¿Qué haces ahí?!


No le quedaba tiempo. Era su sueño y nadie podría quitárselo. Con decisión, tomó otra cerilla y la prendió. Justo cuando su madre abría el granero, él la dejaba caer sobre aquel pequeño montoncito de paja seca, para que estuviese a salvo.


Un comienzo

Hace ya tiempo comencé la aventura que supone dejar volar la imaginación. A través de una serie de relatos cortos, fui tejiendo una serie de historias de toda índole. A veces divertidas, a veces terroríficas, otras, simplemente, historias. 

En confianza os digo que no soy escritora, pero sí me divierto escribiendo. Durante casi dos años, he ido mostrando pequeños cuentos a través del blog de mi hija, encarmin.blospot.com.es . Bajo seudónimo, por supuesto. Hasta que por fin, un día, alguien me recuerda que escribir no tiene porque ser algo perfecto, solo dejar fluir las ideas y dejarse llevar por la imaginación. 

Aun tirando piedras a mi propio tejado, os confieso que no mantengo una relación fluida con las redes sociales, soy una persona más bien tímida y reservada. Pero este espacio, este pequeño mundo, es algo diferente. Es un lugar reservado a compartir esas historias que un día fluyen y que algunos amigos me han pedido conocer. 

Espero que os guste y entretenga. Ése es el objetivo