Páginas

Yo te cuento

sábado, 9 de septiembre de 2017

El mensajero de las olas. Capítulo 5


Capitulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4

Capítulo 5

Cuando Miguel terminó de explicar a aquellos extranjeros donde estaba el lugar donde se dirigían, ella ya se alejaba por la arena en dirección a aquél chiringuito llamado “La sirena verde”.

Se apresuró. Era ella. Estaba seguro. Ésa era la sirena que vio aquella noche en la roca.

El chiringuito estaba a rebosar, pero no vio rastro de la joven. Ya había decidido ir a preguntar al camarero, cuando un cartel le hizo detenerse de forma brusca. Sus botellas. Sus mensajes, y una alianza hecha con lana idéntica a la que su abuelo llevaba. Una tal Macarena Ruiz iba a realizar una exposición de pintura con el tema central de sus botellas. ¿Cómo lo llamaba ella en el cártel? El mensajero de las olas...

“El mensajero de las olas”. Le gustaba el nombre. No pudo evitar sonreír al pensar en su buena suerte. Anotó bien el lugar de la exposición y la hora. Ese fin de semana tenía una cita ineludible.

* * *

La pequeña galería estaba repleta de gente. Macarena no cabía en sí de gozo. Su cuadro favorito era sin lugar a dudas uno donde la había pintado a ella,  con su alianza de lana, mirando al mar, y una hermosa sonrisa de paz en su rostro. La anciana se veía sentada sobre las rocas y rodeada de botellas de colores y conchas marinas.

El mensajero de las olas era su mejor exposición sin lugar a dudas. Su amiga le sirvió una segunda copa de vino. Al fin sus nervios empezaban a aplacarse. O eso creía...

- Macarena, no mires ahora, pero un tío buenísimo acaba de entrar a la sala. Buenísimo, buenísimo- le repitió su amiga.

La joven dirigió su mirada hacia la puerta de entrada. Sorprendida, vio como el joven de la playa, iba deteniéndose frente a cada uno de los cuadros... hasta que vio a su abuela. Sin dudarlo, el hombre se encaminó hacia ella decidido, y ella incluso pudo apreciar como Ana sonreía complacida, feliz y se abrazaban ambos con fuerza. ¿Quién era aquél hombre?

Se acercó todo lo deprisa que pudo y entonces, él se giró hacia ella.

- Miguel, permite que te presente a mi nieta. Macarena. Ella es la pintora.

El hombre de la playa... Quizás eso la dejó muda, mientras él decidió presentarse. 

- La sirena... Encantado de conocerla al fin... Macarena. - le dijo acercándose a darle dos besos y envolviéndola en un suave perfume que a la joven le pareció el aliento suave del mar en las noches de verano.
- Veo que conoce a mi abuela. - articulo ella a decir.

Miguel observó el nerviosismo de ella, como había soltado la copa casi llena en una de las bandejas y el ligero rubor de su rostro.

- Soy nieto de Luis Mérida, el afortunado hombre que se desposó con esta belleza de mujer – contestó sonriendo a Ana.
- ¿Tú lo sabías? ¿Lo de la boda? - preguntó Macarena sorprendida.
- Me enteré de pura casualidad poco antes de morir mi abuelo. Intenté llevarlo a casa, pero no me lo permitió. Ambos podían haberse venido a casa sin problemas, pero querían “soledad”.

Macarena observó a su abuela y la sonrisa que le llenaba la cara. Y entonces, de pronto, comprendió.

- Tú has enviado las botellas.
- Sí. Y me alegro profundamente de haberlo hecho...

Esta vez, la mirada de Miguel estaba claramente en los ojos de Macarena. Y los de Macarena, en los de él.

- Cumplí el deseo de mi abuelo. Siento haber tardado tanto en encontrar a Ana. La busqué, pero en la residencia no podían facilitarme sus datos.
- Yo no sabía que tu abuelo existía. Me enteré a la séptima botella.

Miguel sonrió ante ese comentario y dio las gracias mentalmente a su abuelo. Ahora comprendía el por qué aquél punto exacto. Ana y Luís lo habían preparado todo para que ellos se conociesen.

- ¿Seguirás arrojando botellas al mar? - le preguntó ella con interés.
- No puedo dejar de hacerlo, soy un trabajador incansable y al parecer, un mensajero de las olas – le respondió con una inmensa sonrisa.

Ella sonrió también.

- No dejes de hacerlo. Es hermoso leer esos mensajes.
- Y mágico cuando los recoge una sirena...

En ese instante fue Ana la que sonrió. Introdujo su arrugada mano en el bolsillo de su pantalón y acarició la sortija de lana que había en él. Observó a los dos jóvenes, sus miradas, la inclinación de sus cuerpos... y recordó las palabras de Luís antes de elevar su vuelo hacia el infinito...

“La Esperanza es desear que algo suceda, la Fe es creer que va a suceder, y la Valentía es hacer que suceda”

Luís y ella habían sentido la esperanza, crearon la fe, y finalmente, podían sentirse valientes.


20 comentarios:

  1. Nunca hay que dejar de sentir esa fe en creer lo que puede suceder, porque la esperanza es lo último que se pierde, mi querida Margarita, qué hermoso relato del mensajero de las olas, qué romántico imaginar esas miradas intercalas, y ese vuelo hacia el infinito, me parece precioso lo que has narrado, mi querida amiga.

    Un placer estar en tu blog, disfrutando de tus letras.

    Besos enormes y feliz noche.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegro muchísimo que te haya gustado María, eres un encanto. Aunque lo mío es más el misterio que el romanticismo, ultimamente me sale casi todo con tintes románticos, ja ja.
      Muchisimos besos y como siempre, de corazón, gracias por estar aquí. Muaaakk :D

      Eliminar
  2. Holaaa
    Que maravilla, increíble, me parece precioso, que tiene un mensaje de esperanza, fé y amor maravillosos, y eso es algo genial
    Un besazo enorme!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Naya, tú sabes, son historias muy cortitas, pero intento que cuando se lean te dejen la sensación de que la historia podría haber sido más larga.
      Muchos besos preciosa:D

      Eliminar
  3. Qué bonito. Ojalá todo fuera tan fácil. Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues sí Susana. La vida suele ser un poquito más complicada, pero a mí me gusta pensar que querer es poder, o al menos, un peldaño más para poder. Muchos besos :D

      Eliminar
  4. El final! Lo leo todo con tranquilidad y ya comentaré.
    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ja ja ja, muchas gracias Navegante. Es lo que tienen estas historias semanales, que cuando terminan hace ya más de un mes que las comenzaste y no veas. Pero yo soy mujer paciente, y aquí espero a ver qué tal.
      Muchas gracias por tu dedicación y amistad. ¡¡Besos!! :D

      Eliminar
    2. Amiga ¡pero que romántica incurable sos!
      Tus historias son bellísimas, repletas de cuestiones del corazón. Emocionan, de verdad, y no son cursis. Pero hay algo más.
      Puede leerse esto con simpleza, ahora bien, yo creo que hay en situaciones como las planteas todo un profundo contenido filosófico, porque la vida es así: lo que parece fácil en realidad pertenece a un entramado cósmico en donde no hay dudas existenciales, es todo CAUSAL.
      En cualquier caso se pasa un rato maravilloso leyéndote.
      Besos.

      Eliminar
    3. Me encantan tus comentarios Navegante. Ni te imaginas lo que disfruto con ellos. Gracias. Sí, me confieso. Soy una romántica incurable, ja ja. Y sin darme cuenta me sale, y cada vez más. En cuánto a lo demás, es un tema reincidente en mí, lo casual y causal. Supongo que porque he llegado a un momento de mi vida en que me planteo cosas sin plantearmelas.
      Muchas gracias de corazón por tu opinión. Me ayuda más de lo que imaginas :D
      ¡¡Muchos besos!!
      ¡

      Eliminar
  5. He venido de las vacaciones y he visto tu blog y el quinto y último capítulo, y no he podido resistir la curiosidad y me he ido al capítulo uno , luego el segundo y así hasta el quinto . Todos del tirón , porque me ha encantado esta historia de amor entre ancianos tan bonita y esa relación que comienza en sus nietos y me han encantado las frases tan sabias y llenas de esperanza y ternura. Te felicito porque eres una gran escritora. Besitos

    ResponderEliminar
  6. He venido de las vacaciones y he visto tu blog y el quinto y último capítulo, y no he podido resistir la curiosidad y me he ido al capítulo uno , luego el segundo y así hasta el quinto . Todos del tirón , porque me ha encantado esta historia de amor entre ancianos tan bonita y esa relación que comienza en sus nietos y me han encantado las frases tan sabias y llenas de esperanza y ternura. Te felicito porque eres una gran escritora. Besitos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchisimas gracias preciosa. Sí, ya se que has estado de vacas, porque te tengo aquí a la derecha colocadita, en mis blogs asiduos, ja ja. Un beso preciosa, muchas gracias por tu bello comentario y bienvenida. ¡¡A comernos ahora el otoño!! Que estoy deseando ver tus propuestas :D

      Eliminar
  7. Hola Margarita, ¿has pensado en editar tus ingeniosos relatos? sería estupendo. Para la narrativa estás especialmente dotada y no lo digo por decir, es que vales mucho para ello.
    Gracias, cielo por esta nueva joyita, estaré espectante a la próxima.
    Besotes.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. OH Mari Carmen, muchas gracias. Lo cierto es que a pesar de mi timidez natural que los que estan a mi alrededor conocen bien, y de otros factores, este otoño igual te sorprendo con algo... digamos voluminoso, ja ja.
      ¡¡Muchos besos !! :D

      Eliminar
  8. ¡¡Hermoso relato!!

    Gracias por compartirlo, es una historia bella y muy romántica,

    mariarosa

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias María Rosa. Me volvió a salir otra romántica, en la siguiente quizás sea algo más malvada para ir variando, ja ja.
      Muchos besos amiga :D

      Eliminar
  9. hola! siempre nos emocionas y enterneces, eres un ser muy especial y se ve en tus letras, gracias! abrazosbuhos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola chicas! Muchas gracias por vuestro apoyo y cariño, aprovecho para daros las gracias también no solo por compartir mis cuentos a través de Google, sino por agradecerme que yo los comparta. La verdad es que soy un poco novatilla pero ya parece que le voy cogiendo el truquillo, ji ji. ¡¡Muchos besos!! Muaakk :D

      Eliminar
  10. Una historia preciosa...eres una gran escritora porque tus relatos llegan al corazón
    Un Beso

    ResponderEliminar