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Yo te cuento

domingo, 20 de noviembre de 2016

Escúchame



Hola.  ¿Estás ahí? Sí. Lo estás. Siempre estás ahí. Tengo algo que decirte, pero no estoy segura de por dónde empezar. Bueno, sí, sí lo sé. Quiero empezar por pedirte que esta vez me escuches. Lo sé. Por favor, no te enfades. Sé que siempre me dices que sí, que me escuchas, pero ambas sabemos que eso no es del todo cierto.

Hace tiempo que te acompaño. Te observo. A veces me dirijo a ti, y otras, prefiero que seas tú quien me hable. Llevo un tiempo intentando que te detengas. Que te sientes un momento en el banco que la vida sitúa en tu camino para que, durante unos instantes, tomes asiento y descanses. Pienses, recapacites, y después, con nuevas fuerzas, continúes tu camino.

Te pasas el día intentando hacer más fácil la vida de aquellos a los que quieres, a veces, te olvidas de ti misma, te dejas ir, no quieres o no sabes cómo detenerte ante ese banco que te he mencionado.  

Tienes miedo, te muestras ausente cuando algo te causa angustia, porque te cuesta trabajo expresarlo en voz alta, te hace sentir culpable, sí, sí, eso de pedir ayuda te hace sentir fatal.

Cuando eras niña te dije que algún día tendrías que seguir el ejemplo de tus padres, que algún día debías tomar las riendas de tu vida. Te lo advertí, y tú, me miraste, sonreíste, y me guiñaste un ojo.

Te he visto pasar por situaciones muy complicadas. Te he escuchado reír con fuerza y te he sentido llorar con el corazón roto, con el alma desgajada y el sentimiento a flor de piel.  Te he visto actuar de forma impulsiva, y también, detenerte contra la corriente y soportar el flujo marino con tan sólo el escudo de tu cuerpo. He visto como la vida te iba dando una de cal y otra de arena, pero también sé… que siempre te has sentido una persona con suerte.

Ahora, te sientes en una encrucijada, en un camino, donde te brindan una oportunidad y tienes miedo, estás aterrada. Sientes como el corazón golpetea contra tu pecho y tus pulmones no son capaces de administrar la entrada y salida de aire porque esto ocurre a borbotones, como tus ideas y tus razonamientos, y te cuesta trabajo coordinar la respiración con la realidad.

Tienes miedo. Tienes miedo porque yo he abierto la puerta de tu zona de confort y te he invitado a salir al exterior.  Te he invitado a explorar nuevos caminos, a dejar un poco de tu coraza atrás, a desatornillar una parte de las bisagras que la sostienen, y permitir que ese aire de fuera entre en ella y termine oxidada y dejándola caer, porque ya no la necesitas.

Tienes miedo. Pero una vez más, yo estoy aquí para ayudarte en tu camino.

Y lo haré.

Lo haré, porque formo parte de ti. Porque tú y  yo somos la misma persona. Si tú caes, yo caigo. Si tú te levantas, yo me levanto. Así que escúchame y pierde el miedo a vivir. Escúchame, hazme ese favor, que para algo, yo, soy tu voz interior.




6 comentarios:

  1. Una magnifica entrada Margarita, cuando he comenzado a leer, pensaba que era una madre dirigiéndose a su hija. La voz interior le daba sabios consejos.

    Abrazos.

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    1. ¡Gracias Conchi! En este caso, es la propia voz interior... ésa que a veces mandamos callar, ja ja.
      Muchos besos :D

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  2. Esa voz interior que siempre nos ayuda a tomar decisiones siendo o no las adecuadas pero nuestra al fin y al cabo

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    1. ¡Hola Abbie! Ésa voz. Que está ahí, y a veces nos habla y le decimos que se calle, pero deberíamos escucharla ¿verdad?
      Muchos besos preciosa :D

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  3. simplemente sin palabras... :3 he sentido este escrito tan cercano a mi, algo tan de dentro de mis rincones enpolvados.. aquellos que no me animo a veces a escuchar.. a esa pequeña que siempre parece hacer las cosas, la que parece saberlo todo pero que ignoro... mi voz interior..

    pd: Precioso escrito.. y me encanto la parte de la puerta y las bizagras que se oxidaran y caeeran!! :D wow me encanto!

    un abrazo infinito para ti, mi amiga Margarita HP

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    1. Hola cariño, muchisimas gracias, fíjate me puse un poco melancólica y reflexiva, ja ja.
      Esa vocecita interior que me gusta escuchar todo lo que puedo.
      Un beso enorme :D

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