Las nieblas de Avalón, Marion Zimmer Bradley

 

Hola amigos míos, hoy os traígo la reseña, la opinión, el sentimiento, de una historia que ha logrado vencer al tiempo, y que al menos en mi caso, se ha convertido en una de esas joyas que sientes el orgullo de poseer.

Cuatro libros que en este caso vienen encuadernados en dos tomos, componen la saga llamada "Las nieblas de Avalón", de Marion Zimmer Bradley.  

Fue un regalo que me hicieron en mi cumpleaños y que he disfrutado intensamente. "Experta en magia", "La Reina Suprema", "El Rey Ciervo" y "El prisionero en el roble".   

Estamos ante una joya de la literatura de fantasía, ante una historia épica en la que la leyenda del rey Arturo se nos manifiesta exquisitamente contada a través de los personajes que lo componen, no solo Arturo o sus caballeros, sino esa magia antigua de la Diosa, las sacerdotisas de Avalón, entre las que está Morgana, hermana de Arturo, por cuyas venas corre la magia antigua, la adoración a la Diosa y el entendimiento de los Misterios. Mujeres capaces de utilizar la Visión para desvelar el futuro y discernir la leyenda.  

 

  

Descubrimos el mito, la leyenda, las supersticiones y por supuesto, a Merlín, la Dama del lago, Morgana, y un joven Arturo, que apenas se inicia en los Misterios de Avalón, y que conforme avanza la trama, nos muestra al que será el rey. Crece como cristiano, al igual que su padre, si bien su madre, fue sacerdotisa de Avalón. El joven, sin embargo, se ve inmerso en la magia antigua, y en las tradiciones de un pueblo que reclama su lugar a pesar de que el cristianismo intenta ahogarlo. 

Los destinos de sus personajes están marcados por aquello que Viviana, la Dama del lago, ve en sus visiones que ha de encauzar para que un rey afín a Avalón gobierne y establezca una paz y un equilibrio que no existen. La antigua tradición celta se enfrenta al cristianismo, separados tan solo por la intensa niebla que solo las sacerdotisas de Avalón pueden despejar. La Diosa Madre y el Rey Astado permanecen más vivos que nunca en un lugar que parece irreal de la propia belleza que guarda en su seno. Sin embargo, no todo es hermoso, también hay conjuras y traiciones que marcan destinos. 

 

  

Las intrigas y el poder se harán un hueco importante en la vida de estos personajes, que verán como si bien el cristianismo gana adeptos, también el paganismo y los admiradores fervientes de la Diosa, mueven los hilos para conseguir aquello en lo que creen.

 

Es curioso, pues siempre a través del cine, los roles de sus personajes principales estaban para mí definidos, pero muy al contrario de lo que se nos muestra a través de algunas de esas películas, en estos libros conocemos el talante pacífico de Arturo, su gran mediación constante a fin de conseguir la paz en Camelot, y la forma en que la reina Ginebra, lo va desplazando hacia el cristianismo. 

El personaje de Ginebra no me ha gustado en absoluto, me ha parecido una mujer obsesiva, débil y caprichosa, celosa y egocéntrica. Por el contrario, me ha encantado conocer a Arturo, y ese triángulo amoroso de Arturo, Lanzarote y Ginebra, es más bien un cuadrilátero, pues a su vez, Morgana siempre estuvo enamorada de Lanzarote. 

No quiero destriparos nada, pues además es una historia para leer despacio y dejándose llevar por lo que transmite. Esos bosques ocultos, las brumas que rodean Avalón, los sonidos del País de las Hadas, el chocar de espadas, los fuegos de Beltane, las intrigas palaciegas y, algo que me ha sorprendido mucho: la forma en que van uniendo los símbolos paganos y los cristianos, de tal forma, que da lugar a la reflexión. 

 

Me maravilla la forma de escribir de su autora y la magia que ha crecido en torno a esta historia tan particular, donde actualmente existe tanta magia celta y mágica en lugares como Glastonbury. Auténticas comunidades mantienen vivo el mito, la leyenda, y sobre todo, la adoración a la Diosa y sus seres. 

 

Como ya le dije en su día a la persona que me hizo tan espléndido regalo, para mí, toda una joya del mundo de la fantasía.