Tiempo de espera, José Sarria

 

"¿Te he dicho alguna vez mi nombre?

Mi nombre es aquella vieja aventura por conquistar los silencios cuando aspiraba a comprender a los hombres, el asombro de las horas, la ceniza del tiempo, más allá del reloj y sus agujas..."

 

Conocí a José hace tiempo, gracias a la ACE Andalucía (Asociación de escritores de Andalucía). Desde el primer momento me dio la sensación de ser la calma, el tiempo, quizás incluso, la espera, bien entendida. 

Lo conocí como secretario general de esta Asociación, descubriendo no mucho después, que también era secretario de la Asociación Internacional Humanismo Solidario.

Tal vez, esa es la calma que sus ojos transmiten. La sabiduría de quién sabe y conoce las igualdades y desigualdades que esta vida guarda en su seno. 

Su currículum es impresionante, y necesitaría solo para ello, una entrada. Pero si quiero mencionar el que entre otras muchas facetas, es director de la editorial Poéticas y de la revista digital "Hispanismo del Magreb"; así como que en su haber hay veinticinco libros de poesía , narrativa y ensayo, traducidos a diversos idiomas.

Pero hoy prefiero más bien hablaros de "Tiempo de espera", editado por "Valparaíso ediciones" de forma exquisita, y con un contenido que hace que el tiempo se detenga en fragmentos de pasados, certezas, amor, incertidumbres, afirmaciones, vida.

"Hay pájaros que tiemblan

al pronunciar tu nombre".

"Tiempo de espera" es un mar bravío que agita las olas de lo injusto, y al tiempo, la playa serena que observa la puesta de sol. 

Tuve la suerte de asistir e incluso leer algún poema suyo en la presentación que realizó de su obra en Carmona. El tono de su voz y sobre todo, lo que transmitía con cada una de sus palabras, nos dejó a todos ante la seguridad de estar ante "un gran hombre". 

Pero no seré yo quién recolecte palabras que igual no le hacen justicia. Dejaré que sea él mismo quien escoja esas palabras.

Palabras. 

"En los huecos de las palabras

las grietas de la duda

y el pálido fulgor

que alumbra las cenizas,

con esa inclinación

de asalto a los silencios.

Busco la palabra pequeña,

diminuta, indómita,

pero fundante

como gota de lluvia que adivina

océanos y mares."

Infancia

"Cuando cae la tarde, al final de los años, los recuerdos e inclinan como las ramas de los árboles de un bosque abandonado. El perfume del aire convoca la primera niñez y me hace regresar hasta un lugar en donde aguardan las horas más hermosas, a un patio en el que aprendí el lenguaje del agua y los jazmines..."

Poco más que añadir, salvo que si os animáis a disfrutar de este "Tiempo de espera", podréis comprobar que merece la pena leerlo despacio, incluso, de tanto en tanto, cerrar los ojos y apreciar el aroma a niñez, amistad, amor, inquietud o duda. Escuchar el sonido de cuando se era niño. Ser consciente de alargar la mano y acariciar los sueños que se mecen en nubes de futuro y pensar que ahora, en este momento, es "Tiempo de espera".

La calidad literaria no ha de ir forzosamente de la mano de la calidad humana, pero en este caso, amigos míos, creedme si os digo, que así es. 

"El final es tan simple y pequeño que la frondosidad de todo lo vivido podría contenerse en una diminuta gavilla de palabras: pasión, duda, existencia, espejo, silencio o luz.

Con ellas podría construir la mirada de un pájaro azul, el hialino sueño de los sauzales, el temblor de una vida o la indecisa voz de los primeros dioses"

"Final"

José Sarria