Chica de dentro, Manolo García

 

Hay libros que logran que el tiempo se detenga al adentrarse en sus páginas. Necesitan ser leídos con voz, despacio, retando a las prisas que hoy en día condenan a una sociedad que olvidó detenerse. Páginas que incitan a la empatía, en este caso, hacia la mujer que definen, y que lleva en los bolsillos de su delantal, una vida entera. 

"Chica de dentro novela las andanzas de Chona González, mujer valiente y voluntariosa que, confiando en la utilidad de que su historia forme parte de la memoria colectiva, se atreve a contarle al autor toda una vida marcada por la adversidad y la resiliencia."

Hay una sensación placentera en el arte de saber escuchar. Todos guardamos en  nuestro interior esa mariposa con alas prensadas de recuerdos. Rememorar puede hacer que sintamos melancolía, alegría, felicidad o añoranzas. Sin embargo, hacerlo, supone revivir una época que no regresará, pero que fue la base de quién somos hoy. 

Hace tiempo, las historias se contaban de forma oral, se imprimía de fuerza la voz y se cubrían de luces tenues los fragmentos más delicados. Se transmitían las emociones con la entonación. Para ello se necesitaban buenos oradores, y buenos oyentes. 

Manolo García, a quien tuve el gusto de conocer en la pasada tertulia de mi amigo Manolo Martínez, conoce de la importancia de esta oralidad y la necesidad de escuchar. De esta forma, el autor hizo una propuesta a su empleada de hogar: él haría unas preguntas que ella era libre de responder. Interrogantes sobre su vida, su pasado, sus orígenes, ilusiones y metas. A cambio de las respuestas de ella, él le ofrecía plasmar las mismas de forma escrita, conservarlas en hojas de papel y tinta, salvaguardarlas de la pérdida que puede otorgar el paso del tiempo.

"Su tema principal es el paso del tiempo implacable, la vida como ceremonia de transformación continua: el testimonio oral de Chona refiere quehaceres, sentires y pensares que nos van quedando ya muy lejos. Pero Chica de dentro es, además, un ejercicio de indagación en la vida de otro que, en una prosa exquisita y con una ternura sobrecogedora, ofrece un alivio eficaz contra las penurias y miserias a que nos condenan el individualismo y la egolatría imperantes."

Doce entrevistas de cuatro horas cada uno se fueron constituyendo en todo un relato, donde charlatana y escribidor, daban forma a esta obra. Tres hilos de los que tirar; por un lado, la voz de ella, su vida, sus experiencias e inquietudes. Por otro lado, la necesidad de él de compartir, de opinar sin juzgar, de modelar el lenguaje y jugar con las letras para embellecer el tercer hilo existente, la historia en sí. 

El autor trenza esos hilos y transforma a la entrevistada en personaje; al entrevistador en novelista. 

Conforme las páginas avanzan, la empatía hacia Chona es adorable. Los recursos estilísticos de Manolo, un sueño. 

El retrato de una mujer de armas tomar, de las que se aferran a la vida con la sabiduría que otorga mirar de frente. Alguien cuya existencia no ha sido sencilla y que ha tenido que despejar el camino a base de trabajo duro y constancia. 

Un ejemplo como mujer y también como madre. Un ser que merece, sin lugar a dudas, esta ilusión, este homenaje, realizado con tanto cariño. Una simbiosis entre ambos, él tecleando con ansia de plasmar todo, y ella no queriendo que se olvide nada, salvo cuando se detenía unos instantes para aclarar... "Don Manuel, esto se lo cuento, pero no lo escriba usted..."

Sumergirme en sus páginas ha sido sumamente hermoso, y como bien indica su autor, ha supuesto retirarse, durante un rato, de ese espejo en el que solo se refleja nuestra propia imagen.