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Yo te cuento

jueves, 6 de octubre de 2022

Mariposa azul

 


Lo tenía todo, pero sentía que no tenía nada. Observaba la naturaleza tras un cristal y envidiaba el vuelo de aquellas mariposas que osaban acercarse a su ventana. Les envidiaba la libertad.  

Una increíble mariposa azul se posó sobre el alfeizar de su ventana. Respiró hondo y sintió que las lágrimas le inundaban los ojos. Notó el pulso acelerado y la frente fría de apoyarla en el cristal. Sus manos ahora heladas, temblaban, mientras separaba su cuerpo de la ventana, abandonaba la habitación, bajaba la inmensa escalera y descendía los peldaños... ansiando sentir el frescor del exterior en el rostro, y aterrada por ello.

Jamás el pasillo fue tan largo  ni la puerta de entrada a la casa tan grande y alta. 

Colocó la mano sobre el pomo y tuvo que respirar varias veces mientras abría la puerta. Escuchaba su propia corazón en los oídos y su vista parecía haberse desenfocado. 

Un paso y otro más. 

Percibió que iba descalza. Sintió la frialdad del suelo, el cosquilleo punzante de la hierba, y respiró con euforia e intensidad, mirando a la luna. Giró sobre sí misma hasta caer al suelo, la sonrisa en el rostro y el brillo en su mirada fija en un hermoso cielo.  

Una hoja descendió sobre ella, despacio. Y otra y otra, y la muchacha recordó que comenzaba el otoño y sonrió. Después abrió los ojos en demasía y elevó una mano al aire al descubrir que no eran hojas, sino mariposas. Mariposas azules... 

Alguien le dijo una vez que esas mariposas no existían en su mundo. Sonrió como no lo hacía desde hacía tiempo y elevó ambos brazos no tardando estos en estar totalmente cubiertos de mariposas azules que acudían sin cesar. Se sintió feliz, admirando aquella belleza y riendo con las cosquillas que le producían sobre el cuerpo... 

Y entonces, despertó. 

La dura realidad la zarandeó. Recordó que hacía mucho que no salía de aquella casa que se había convertido en todo su mundo. Recordó el accidente, la angustia, la impotencia... En casa estaba a salvo, nada malo podía ocurrirle ahí. Nada. Nada. Nada. 

Esa era ella ahora. La nada. 

Sobre la mesita de noche vio el folleto que su hermana le había dejado unos días antes. En él se veía una bucólica imagen de un lugar, al parecer, preparado para ayudarla. Curioso nombre el suyo... "Mariposa azul". 

Miró a la ventana, fuera hacía viento y las primeras hojas de otoño caían sin cesar. 

Volvió a tumbarse y se cubrió la cabeza con la colcha. Pero esta vez, despacio, sacó la mano y sujetó el folleto sobre la mesita, dejando que se deslizara bajo aquellas sábanas que de pronto, tuvo necesidad de que fuesen cielo azul.


 


18 comentarios:

  1. Una historia poética y real a la vez. Un beso

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  2. Este verano he visto una mariposa azul.
    Una historia conmovedora. Abrazos

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  3. :as mariposas también simbolizan el renacimiento, la esperanza y la valentía. Su presencia puede interpretarse como una señal de que en tu vida está en marcha un cambio positivo mediante una transición pacífica y equilibrada. Así, la mariposa te anima a fluir con confianza a través de tu transformación.Bella entrada llena de vos

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  4. Y la esperanza se transformó en realidad para enfrentar con miedo y coraje, hermoso relato Margarita, un abrazo!

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  5. ¡Hola, Margarita! Qué lindo es leerte...Te cuento que siempre he tenido una fascinación por las mariposas, me parecen tan hermosas, tan libres y para mí, siempre han representado la transformación y que los cambios pueden ser para algo mejor. Que tengas un lindo fin de semana. ¡Un besito!

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    1. Muchisimas gracias Marita. A mi también me fascinan, siento una atracción hacia ellas, para mí son la unión con mi lado mágico. Besos :D

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  6. ¡Hola, Margarita!
    Qué historia tan especial, me ha gustado mucho leerte, como siempre :). Amo las mariposas.
    Un beso.

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    1. ¡Hola preciosa! Muchísimas, muchísimas gracias. Besos :D

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  7. No lo tenía todo, le faltaba algo más esencial que la mauoría de los bienes materiales y la idea de huir parece que ha sido una decisión valerosa. Me ha encantado el relato. Un abrazo.

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    1. Muchisimas gracias Franziska. Estoy segura de que buscará esa ayuda en "La Mariposa azul". Besos :D

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  8. ¡Hola!
    Hermoso relato, gracias por compartirlo.
    Besos.

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  9. Una vez publiqué una foto mía con una mariposa en el hombro y luego se puso sobre el vaquero, era azul y grande, preciosa como las de tu imagen, pero no acerté a escribirle nada, me hubiera gustado saber escribir como tu. Abrazos

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    1. Hola Ester, tú escribes maravillosamente. Acabo de leer hace un momento tu "Nostalgia", y no veas. No sería ese el momento de inspiración, pero igual cuando menos lo esperas llega. A mi me encantaría ver una de estas mariposas. Besos :D

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