El proceso creativo

 

¿Os ha pasado que sentís que se os va la inspiración? Es una sensación de pérdida, de aturdimiento, una sensación de hoja en blanco que enseña los dientes. La mente saturada, la concentración intentando salir por la ventana mientras yo le rogaba que se quedara. La lista mental de cosas por hacer cada vez mayor, y la fuerza para ello, encogida y escondida. 

Creí que al coger vacaciones en el trabajo, todo volvería a su cauce. Pero fue al contrario. Imposible, estresante. Y fue entonces que decidí NO HACER NADA. 

Si, sí, como suena. Dejar la mente en blanco de verdad y...esperar. 

La inspiración se apiadó de mí, la concentración dijo que no entraba, pero que tampoco se iba... así en un cincuenta por ciento. Y las ideas empezaron a susurrarme cositas. Hubo un momento en que una voz me dijo... "Chica, no te compliques la vida. Solo déjate llevar". 

Sentí en mi pecho de lo que quería escribir. Asuntos pendientes que es hora de afrontar y por supuesto, regalarme esos momentos ante mis historias. 

 

Decidí dibujar, pinté en las paredes hojas de colores y me puse a decorar velas y preparar centros de flores para un recital de cuentos que tengo en esta semana, decidí preparar un bosque y el bosque se apiadó de mí. 

 

Surgió la chispa. Y ya puestos, en lugar de una, fueron dos los proyectos que empezaron a bailar ante mí, claros como el agua de un manantial, con timidez de formas aún, pero con fuerza si se les mima. 

Así que amigos míos, mis dos siguientes proyectos empiezan a rodar. Evidentemente, primero uno y luego el otro, vamos por partes. Pero... 

¡La aventura comienza! 

Y a vosotros, ¿Os pasa mucho eso del bloqueo?