El bosque azul

No tardan en salir de sus escondrijos más profundos. Infinidad de ojos que poco a poco se hacen visibles. Todas son altas, todas tienen la piel de luna, grandes ojos y boca pequeña. Ojos de bosque y labios de vida, savia en las venas y siglos en el alma. Algunas llevan el cabello adornado con flores, otras llevan hojas, rocío, e incluso barro. No todas llevan alas, pero todas llevan en el cuerpo dibujadas las ramas. Algunas visten túnicas ligeras, otras van desnudas, también las hay que visten como duendes, sus cuerpos cubiertos de hojas.

Son ellas

Son las guardianas del bosque azul

 

Dice la leyenda que no debes cruzar las lindes de este bosque, pues es bosque de espíritus que ansían la soledad. Los requiebros y lamentos quedaran prendidos de las hojas más altas de sus árboles, allá donde no alcance el hombre. Más si perturbas su paz, las mismas guardianas te acecharán, no otorgando paz hasta tanto devuelvas al bosque lo que le pertenece, tu propia alma, que el mismo bosque transformará en colibrí, libélula, salamandra, lombriz o mariposa.