Seda, de Alessandro Baricco

Hace unos días, un amigo me preguntó si había leído "Seda", de Alessandro Baricco. Cuando le dije que no, me miró diciendo... tienes que leerlo. Y hoy, solo puedo darle las gracias por ello. 

El propio Alessandro describió su obra de la siguiente forma...

"Ésta no es una novela. Ni siquiera es un cuento. Ésta es una historia, que empieza con un hombre que atraviesa el mundo, y acaba con un lago que permanece inmóvil, en una jornada de viento"

Así es "Seda". Una obra, para mí, una joya, de 65 capítulos, con solo una extensión de 93 páginas. Pero eso sí... vaya 93 páginas. 

Todo comienza con la historia de la seda, un viaje, una historia, que se desarrollará entre Francia y Japón y el comercio de la seda. Y dicho así, parece fácil. Pero en esta travesía, se entrecruzan los designios de la propia vida, los sentimientos, la sensualidad, y también el dolor. Sentimientos que se enfrentan entre el amor que ya se tiene, y aquél que parece llegar con la caricia de una pluma, pero que va a fuego lento, marcando tu piel hasta hacer que no exista nada más en tu mundo. 

Un final, para mí, inesperado, triste y melancólico... pero a la vez, sereno y hermoso. Es como si este autor hubiese encontrado el equilibrio perfecto. 

Lo he devorado con la avidez de quien no puede dejar de leer, pero con la paz de quien saborea líneas tranquilas. Me ha encantado. 

Me ha parecido un viaje exótico, no solo por los lugares o la época, sino por los recovecos de ese amor inesperado y prohibido, atrayente y peligroso, sensual y sutil... como la misma seda. 

Y una reflexión final. Esa ansiada seda que guarda su origen en algo tan vulgar como un gusano; y a la vez tan delicado y valioso como para proporcionar una caricia a los sentidos. 

Me ha fascinado.