En días de cielo gris, de José Manuel Muñoz Serrano

Hace algún tiempo que en mi vida entró, a través de la ventana de mi ordenador, José Manuel Muñoz Serrano. Por aquél entonces, acababa yo de publicar "Estatuas de sal". Él me hizo una propuesta, y a pesar de que solo nos conocíamos de esta parte del mundo llamada "internet", la acepté de inmediato. Nos intercambiamos nuestros libros. 

Yo le envié "Estatuas de sal", y él me envió "De cicatrices y silencios". Si pulsas sobre el título, podrás leer la reseña que en su día le hice. 

Quedé impactada, tanto por la historia, como la forma sublime que tiene este autor de narrar. 

Pues bien, "En días de cielo gris", de la editorial Círculo Rojo, llegó a casa una mañana soleada, donde el cielo más que gris, a pesar de la época, era de un tono brillante y lleno de vida. Hasta ahora, no he podido leerlo José Manuel, discúlpame por ello. Tú sabes de mi locura de vida, y de mi montaña de lecturas pendientes. Pero al fin, llegó su turno. Y digo al fin, no por tí, sino por mí. 

En días de cielo gris es un libro especial. En él nos encontramos con una historia titulada como el propio libro, y que abarca hasta la página 140. A continuación, trece relatos llegan hasta la página 220  que da paso al índice que lo cierra. 

Ese relato de "En días de cielo gris" es una historia cruda, valiente y dolorosa de una situación que por desgracia es real. Nos cuenta de Eliana y Humberto. Dos jóvenes que viven en Chile en una época concreta. Algunos pasajes son duros, pues nos relata sobre la tortura a la que fueron sometidos tanto estos jóvenes, como tantos otros que fueron la diana de una dictadura que llevó a situaciones límite. 

Es un relato que os pido por favor que leáis, pues hay tanta ternura, tanta belleza, y tanta fuerza entre sus líneas, que merece ser leída, merece ser escuchada, y merece ser conocida. 

Es de los relatos que más hondo me han llegado al corazón. 

"Cada sábado y domingo dejaba vagar su mirada por un cielo despejado que en el crepúsculo se desgarraba en trazos anaranjados y bermellones que besaban las aguas. En días de cielo gris, las nubes se oscurecían con brochazos negro azulados y rosados..."

José Manuel es capaz de expresar con tan exactitud los sentimientos, que su lectura es vivir el momento. Hay un pasaje, en el que narra un leve paseo. Eliana, la protagonista de este relato, llega a nuestro país, y como cualquier ciudadano más, una tarde sale a pasear. La descripción de lo que significa "LIBERTAD"...

"Sales a pasear y no piensas que has de regresar pronto al hogar. Al principio caminas aturdida, tratando de aprehender cuanto vas encontrando a tu paso: lees el nombre de calles desconocidas, te fijas en la disposición de los parques y los monumentos que albergan su propia historia, observas la belleza de los edificios antiguos que armonizan con los modernos... Te sorprendes de que no suenen las sirenas del toque de queda, así como no encontrarte con militares vigilando tus pasos. Y respiras profundamente, sientes la plenitud de la libertad bullir por tus venas y te dejas lisonjear por la suave brisa vespertina en días de primavera..." 

Y después de "En días de cielo gris", trece relatos donde lo sensorial prevalece, las historias se suceden en un mar de sucesos y situaciones, entre las que "Un pez llamado Gabriel" se encuentra. Unos abuelos a los que les prohiben ver a sus nietos, la violencia machista, una desaparición forzosa y otra voluntaria, amores imposibles y silenciados... 

Relatos muchos de ellos premiados, pues este autor ha obtenido diversos premios y reconocimientos por su labor. A pesar de su juventud, es un autor prolifero y sobre todo, excepcional. 

Gracias por estas historias José Manuel. Que tu pluma no se detenga jamás, y que tu sensibilidad no se quiebre, pues eres la voz de aquellos que necesitan ser escuchados, y también recordados; y aquí la hermosa dedicatoria de esta excelente obra... 

A mi familia, es especial para Hermi,

que vive en el corazón del recuerdo.

Os recomiendo su lectura, despacio, acompañando a sus protagonistas en el camino, y sintiendo, que el gris del cielo se puede despejar... 

Quiero este libro