8 de marzo de 1957

(Imagen de la red)

Hola mis queridos amigos, hoy traígo una entrada algo distinta a lo que suelo compartir en mi blog; pero antes, me gustaría compartir con vosotros un hermoso poema de una mujer a la que acabo de descubrir, GIOCONDA BELLI

"Y Dios me hizo mujer"

Y Dios me hizo mujer,

de pelo largo,

ojos, nariz y boca de mujer.

Con curvas 

y pliegues

y suaves hondonadas

y me cavó por dentro,

me hizo un taller de seres humanos.

Tejió delicadamente mis nervios

y balanceó con cuidado

el número de mis hormonas.

Compuso mi sangre

y me inyectó con ella

para que irrigara

todo mi cuerpo;

nacieron así las ideas,

los sueños,

el instinto.

Todo lo creó suavemente

a martillazos de soplidos

y taladrazos de amor,

las mil y una cosas que me hacen mujer todos los días

por las que me levanto orgullosa

todas las mañanas

y bendigo mi sexo.

(POEMA DE GIOCONDA BELLI)

Como todos sabéis, el 8 de marzo es el Día Internacional de la Mujer. Yo hoy solo quiero hacer una pequeña reflexión.

El 8 de marzo de 1957, cientos de mujeres de una fábrica de textiles de Nueva York, salieron a la calle para protestar y reclamar que sus sueldos eran inferiores a la mitad de lo que percibían sus compañeros masculinos; así como también las pésimas condiciones laborales en las que se encontraban. 

Aquella manifestación terminó mal. Muy mal. 120 de esas mujeres que defendían sus derechos, perdieron su vida en aquél día al ser reprimida esta manifestación. 

Hoy, 8 de marzo de 2019, sesenta y dos años después de aquél trágico suceso, las mujeres seguimos viéndonos inmersas en manifestaciones, reivindicaciones y huelgas para ser escuchadas. 

Solo quiero plantear una reflexión. En mi puesto de trabajo cobro exactamente igual que cualquier compañero de mi misma categoría, pero aunque parezca increíble, conozco de empresas "muy importantes" en las que "ellas" no están sujetas a las mismas condiciones que "ellos". Empresas en las que el hecho de ser mujer y poder quedar embarazada, es un problema; al igual que puede serlo el pedir una conciliación familiar (que por cierto, por suerte, y por lógica, puede ser solicitada por ambos sexos). 

Considero que luchar por la igualdad es luchar por eso, por la igualdad entre hombres y mujeres. Me parece de justicia que tanto unos como otras, tengan los mismos derechos laborales, accedan a las mismas oportunidades, y ejecuten las labores domésticas y del cuidado de hijos con el mismo nivel de responsabilidad. 

Aquí en este punto quiero hacer hincapié en una salvedad. Opino que si en un hogar, el hombre se relaja (por ser hombre); y la mujer asume todas las tareas domésticas y cuidado de los hijos, (por ser mujer)... hablamos de una situación que no se puede resolver en una huelga o manifestación. Aquí ya no se trata de una empresa que discrimine, se trata de una falta de educación, respeto, civismo y compañerismo; por no hablar de amor, entre esa pareja. 

Considero que las mujeres nos vemos muchas veces sometidas a un rol que no es justo y que además nos dificulta nuestra vida diaria. Y por ello, hay que luchar y manifestarse. Porque hay que manifestarse contra cualquier injusticia y opresión del ser humano. Igual que hay que luchar contra la violencia de género, y cuando digo violencia de género, me refiero a hombres contra mujeres, y mujeres contra hombres. 

Igual que nadie debe hacerse valer por encima de nadie. 

Así que nada, solo hacer una pregunta, una pequeña pregunta. Sesenta y dos años hace que murieron esas 120 mujeres, y desde aquél día, han sido muchas las mujeres, y también hombres, que han tenido que abrir una brecha en un sistema que no las aceptaba por igual. Ha sido mucho el camino recorrido, pero seguimos necesitando hacer manifestaciones y huelgas. Que digo yo, que ya que somos racionales deberíamos de "razonar" y "actuar" en consecuencia, ¿no creen? 

Este 8 de marzo, yo saldré a la calle,  escucharé manifiestos y me solidarizaré con aquellas compañeras que se ven inmersas en una situación de disparidad y discriminación. Lo haré por ellas, y por todas aquellas que han luchado para que yo ahora pueda ejercer mi derecho al trabajo y a un sueldo justo, como cualquier otro compañero. Pero recuerden, que en cada uno de nosotros, también hay una parte importante que llevar a cabo de esta labor. Cosas sencillas, pero imprescindibles que se encuentran al alcance de todos. 

Así que por todas, y por todos, que el día 8 de marzo llegue con el tiempo (esperemos que sea un tiempo breve); a ser un día simbólico de homenaje a la mujer, y no una necesidad. 

Y finalizo con otro poema de Gioconda Belli; esta vez, un poema que he encontrado en este enlace... 

Poemas de Gioconda Belli para la mujer empoderada, del blog de Esther PIneda G.

“Ocho de marzo”

Amanece con pelo largo el día curvo de las mujeres,

¡Qué poco es un solo día, hermanas,

qué poco, para que el mundo acumule flores frente a nuestras casas!

Desde la cuna donde nacimos hasta la tumba donde dormiremos

-toda la atropellada ruta de nuestras vidas-

deberían pavimentar de flores para celebrarnos

(que no nos hagan como a la Princesa Diana que no vio, ni oyó

las floridas avenidas postradas de pena de Londres)

Nosotras queremos ver y oler las flores.

Queremos flores de los que no se alegraron cuando nacimos

hembras en vez de machos,

Queremos flores de los que nos cortaron el clítoris

Y de los que nos vendaron los pies

Queremos flores de quienes no nos mandaron al colegio para

que cuidáramos a los hermanos

y ayudáramos en la cocina

Flores del que se metió en la cama de noche y nos tapó la boca

para violarnos mientras nuestra madre dormía

Queremos flores del que nos pagó menos por el trabajo más pesado

Y del que nos despidió cuando se dio cuenta que estábamos embarazadas

Queremos flores del que nos condenó a muerte forzándonos a parir

a riesgo de nuestras vidas

Queremos flores del que se protege del mal pensamiento

obligándonos al velo y a cubrirnos el cuerpo

Del que nos prohíbe salir a la calle sin un hombre que nos

escolte

Queremos flores de los que nos quemaron por brujas

Y nos encerraron por locas

Flores del que nos pega, del que se emborracha

Del que se bebe irredento el pago de la comida del mes

Queremos flores de las que intrigan y levantan falsos

Flores de las que se ensañan contra sus hijas, sus madres y sus nueras

Y albergan ponzoña en su corazón para las de su mismo género

Tantas flores serían necesarias para secar los húmedos pantanos

donde el agua de nuestros ojos se hace lodo;

arenas movedizas tragándonos y escupiéndonos,

de las que tenaces, una a una, tendremos que surgir.

Amanece con pelo largo el día curvo de las mujeres.

Queremos flores hoy. Cuánto nos corresponde.

El jardín del que nos expulsaron.

(POEMA DE GIOCONDA BELLI)