Carmona en imágenes

Hola amigos, hoy traigo una entrada poco usual en este blog, y es que en lugar de compartir con vosotros palabras, voy a compartir imágenes. 

¿Cuántas veces hemos escuchado eso de que más vale una imagen que mil palabras? No siempre puedo yo estar de acuerdo con esta afirmación, pero lo cierto es que en lugar de hablarles de como es Carmona, voy a mostrársela. Perdonen la calidad de las fotografías, pues están tomadas con mi móvil, y en movimiento, no siendo yo además buena fotógrafa. Pero dicen que a quién tiene buena intención, hay que perdonarle el fallo, así que aquí dejo con ustedes las imágenes que tomé una larga tarde de paseo a solas con mis pensamientos. 

Ni que decir tiene, que Carmona tiene lugares más conocidos y emblemáticos que no aparecen en estas imágenes, las dejo pendiente para otra segunda parte. Ahora, disfruten tan solo de este paseo conmigo... 

Venganza. Capítulo 2

Capítulo 1

Capítulo 2

Fue así como se decidió a abrir, descubriendo asombrado ante sí, tres figuras recortadas contra la tormenta...

Una de esas figuras, se adelantó a las otras, con suavidad, como si flotara en lugar de caminar, y se mostró. Karim descubrió ante sí a una mujer realmente hermosa.

Si bien la joven llevaba su cuerpo cubierto de gruesos ropajes, su rostro permanecía inusualmente descubierto, mostrando unos ojos negros grandes y rasgados, sombreados por pestañas espesas, así como labios gruesos y lujuriosos que debían estar cubiertos.

Venganza. Capítulo 1

Venganza

Capítulo 1

El poder de Karim se extendía como la arena del desierto por toda Bagdad. El mismo rey había requerido sus servicios en innumerables ocasiones como “hakim”, hombre sabio, médico, y hasta consejero.

El regente le ofreció vivir en palacio, y de esta forma, tenerle más cerca de él y sus continuos reclamos. Pero Karim era un hombre muy celoso de su intimidad,  así que no cedió a esta petición. Necesitaba en cierta forma vivir aislado de la corte, y de esta forma, llevar a cabo sus “consultas privadas”. 

Besos en forma de letras

Te lanzo besos en forma de letras,

pequeños anhelos susurrantes,

que transforman de rosa el azul cielo,

tiñendo de besos el horizonte,

anhelos de tu alma dormida,

sedientos de tu sonrisa danzarina.

Brumas de horizonte emprenden el vuelo,

hacia tí anhelantes.

Las botas rojas

El pequeño se miró una vez más los pies, ahí escondidos bajo las hojas caídas de los árboles. Estaban sucios, llenos de barro y porquería. Pero el chico mostraba una sonrisa de felicidad en su rostro, jugando inquieto con las hojas caídas, moviendo los dedos en una especie de danza, sintiendo quizás como la tierra impregnaba y masajeaba cada uno de sus pequeños dedos. Empezó a frotar la planta de uno de sus pies descalzos,  negros por la mugre, sobre la pantorrilla del otro, y emitió una pequeña carcajada.

Madre

Nacida entre campos de sentimientos, como agua lenta que discurre segura, por el lecho de un arroyuelo.

Surgida entre brumas de constancia, como la buena semilla que germina en tierra sagrada, que surge con fuerza cuando por el sol es bañada. 

El viejo ciruelo. Capítulo 5

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4

Capítulo 5

Mientras golpeaba suavemente con mis nudillos la vieja madera que constituía la puerta de aquella casa, sentía dentro de mí crecer la seguridad.

Zacarías me abrió la puerta. Verle sobrio era, desde luego, incluso desconcertante. Lástima, pensé, no verle así más a menudo, pues si bien se le veía abatido, también es cierto que quedaba en sus ojos el rescoldo de lo que este hombre fue cuando su esposa aun vivía.

Adela esperaba, sentada en una silla, muy derecha, pero no tiesa. Erguida, sentada con elegancia, y una gran serenidad en su rostro. Habían encendido fuego. No hacía demasiado frío, pero las brasas daban a la estancia una temperatura agradable. Yo temí sudar de puro nerviosismo, pero había tomado la determinación férrea de conquistarla, con o sin preguntas. Insistiría una y otra vez, hasta conseguir mi objetivo.

Las lunas de Rona. Doce Pecados del Alma y un minuto de redención, de Cristina Pernas García

“En esta época de internet, pudiera parecer a veces que la única distancia que nos separa de los demás es un “click away”. Sin embargo, ese espejismo se produce porque este entorno consigue alterar nuestro concepto del espacio y del tiempo, deformándolos”…

Hola amigos, ya está aquí al fin “Las lunas de Rona. Doce Pecados del Alma y un minuto de redención”, de Cristina Pernas García.

Muchos de ustedes sabrán que hoy en día, el mundo de las redes sociales nos invade, nos acapara, nos arrulla entre sus pétalos como si no existiese nada más fuera de ellos. Como miembros de un sistema de interconexión cada vez más necesario en nuestras vidas, todo lo vinculado con la red nos envuelve.