Páginas

Yo te cuento

sábado, 21 de enero de 2017

El acantilado. Capítulo 3


El acantilado. 

Capítulo 3

- ¿Estás segura pequeña? No entiendo, ¿qué hacíais en el acantilado? – preguntó el hombre con la presión cada vez más fuerte en el pecho.

- Subimos para ver el mar. Siempre lo hacemos cuando venimos juntas. Subimos arriba para encontrar a papá. Él también se perdió. Por allí – dijo señalando el mar – Pero hoy no. Hoy mami salió sola. Pero yo la seguí y la seguí. Pero corría mucho y después empezó a subir… y ya no la ví más.

Jeremías se fijó en el lugar que la niña le indicaba y un nuevo dolor aprisionó su corazón. Esta vez, empezó a marearse ligeramente y a sudar de forma copiosa.


La niña de pronto se veía como si fuesen dos en lugar de una y sintió que de un momento a otro iba a caer desmadejado al suelo. Había vuelto a olvidar que tenía que alimentarse y que llevaba días sin probar líquido.

- Necesito agua – le dijo a la pequeña.
- Yo tengo aquí.

Tras su espalda, una pequeña mochila de color rojo había pasado desapercibida para Jeremías, que vio como la niña sacaba una botellita de agua de su interior. Un pequeño paquete envuelto en papel brillante le acompañaba.

- ¿Quieres un trocito de bocadillo? Mami siempre me prepara la merienda antes de venir. Pero claro, hoy, ha sido diferente…

Jeremías miró hacia arriba, donde la niña le había indicado y comprendió que algo no cuadraba.

- ¿Cómo es tu nombre pequeña?
- Mi mamá dice que no puedo dar mi nombre a personas que no conozco.

Aquello hizo reír a Jeremías.

- Tu mamá es muy sabia. Pero verás, tampoco deberías hablar con personas que no conoces.
- Necesitaba ayuda – empezó a gimotear de nuevo la pequeña.
- Chsss, No pasa nada. Tranquila. Yo te ayudaré. Pero tienes que confiar en mí.

La niña asintió. Jeremías se puso de pie y tomó la manita de la pequeña entre las suyas, dirigiéndose hacia las rocas que había en la parte baja del acantilado con una especie de nudo en el estómago y rezando para sus adentros, rogando que la madre de aquella criatura no se encontrase destrozada sobre los riscos.

- Gema – dijo de pronto la niña.
- ¿Cómo dices?
- Mi nombre. Me llamo Gema. Ahora ya somos amigos.

Jeremías sonrió intentando tranquilizar a la pequeña.

- Tienes un nombre precioso. Es tan precioso como el mar.

La niña se detuvo enfadada y soltó su mano de la de él.

- ¡El mar es feo! ¡Es malo!
- Tranquila, tranquila. ¿Por qué dices eso?
- El mar me quitó a mi papá, y ahora, se ha llevado a mi mamá.

Jeremías sintió de nuevo esa presión y supo que estaba cerca. Muy cerca. Miró hacia los riscos y no vio el cuerpo de ninguna mujer, suspiró con alivio. Pero podía estar por el otro lado.

Conforme iban avanzando, la gente iba desapareciendo. Cuánto más se acercaban al acantilado, el terreno se volvía más agreste. Prácticamente no se veía ya a nadie sobre aquellas arenas que comenzaban a convertirse en piedra.

Jeremías miró hacia arriba. Cuántas veces había visto ya ese risco. Si la pequeña supiese cuántas y cuántas personas habían perdido la vida en él…

Solo le quedaba rezar para que aquella mujer no estuviese allí.




9 comentarios:

  1. tus letras encierran misterios salidos de tu alma de poeta

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchisimas gracias Mucha. No sabes la ilusión que me hace que alguien que escribe como escribes tú, con valentía, poesía y claridad, me diga eso. Un beso preciosa :D

      Eliminar
  2. tu escribes mejor que yo eres cuentista algo muy difícil de lograr Que tengas un bello dia

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Mucha. No se cuánto llegaré yo a las personas con mis relatos, pero los tuyos están vivos. Te hacen sentir y pensar, y llamas a las cosas por su nombre, y eso es admirable. Estoy encantada de disfrutar con tu Recomenzar. ;D

      Eliminar
  3. Ay Margarita, estoy en vilo por leer la continuación, tiene gancho tu relato.

    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias Conchi, ja ja. ESpero que te guste el final. Éste es cortito :D

      Eliminar
  4. Crece el misterio. ¿Quién es ese hombre y cómo es posible que los padres de la niña se perdieran en el mismo lugar?

    Ya me estoy comiendo las uñas.

    mariarosa

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ja ja ja, ¡eso es bueno Maria Rosa! Muchisimas gracias de corazón :D

      Eliminar
  5. que dolor... pero me intriga jeremias... porque el... por que la niña acudio al mas andrajoso y de mal aspecto.. que tenia jeremias que a la niña le atrajo hasta que anduvieron de la mano buscando a su madre... interesante...
    seguire leyendo..

    ResponderEliminar